EL ARTE DE ACCION EN ESPAÑA
(Una visión panorámica)
Hilario Álvarez.
Madrid, Enero 2007/Marzo 2009/Septiembre 2010
El primer antecedente de Arte de Acción del que tenemos noticia, y que para algunos es la protoperformance española, tuvo lugar en los primeros años treinta.
Parece ser que la presentaba en bares y cabarets de la zona de Aragón un desconocido artista. Según otras versiones era una “función especial” que presentaban las compañías de teatro que hacían giras por pueblos y provincias, el día de “Los Inocentes” y que titulaban “La Agonía de un Cabo”. La acción consistía en una persona que salía al escenario con una vela casi agotada, la colocaba sobre una mesa, encendía el cabo y esperaba a que la vela se apagase por sí misma. Por supuesto el escándalo era mayúsculo entre el público que esperaba un espectáculo “normal”.
Así pues, habría habido en España acciones desde los años 30, como un posible eco del movimiento dadaísta.
Después de eso y siguiendo la descripción que hace Bartolomé Ferrando, en su texto PERFORMANCEOLOGIA, que por su amplitud y contenido será base y guía de esta exposición, vendrían las “accions espectacle” de Joan Brossa.
Desde 1947 Joan Brossa fué construyendo, en tiempos irregulares, unas piezas que, denominadas “post teatre” constituyen un antecedente claro del tema que estamos tratando y muestran, entre el humor y la magia, la sorpresa de un acontecimiento inesperado en cuyo entramado, si el público no ha intervenido, está invitado a hacerlo.
A modo de ejemplo recordar brevemente la pieza “Sí” en la que tras escoger un espectador una carta de una baraja que se le ha ofrecido, se vuelve a mezclar con las otras. A continuación el intérprete saca una nueva carta, que muestra al espectador, a modo de ejercicio de magia falsa, y que nunca coincide con la primera. Añadir además el texto de una segunda pieza titulada “El Gibrell “en la que Brossa propone situar en el centro de una habitación, un barreño de patatas fritas que el público se irá comiendo. En resumen, piezas post teatrales como él indica, que no son en sí mismas otra cosa mas que happenings “avant la lettre”.
Y en tercer lugar, reseñar una de estas “accions espectacle” en la que el autor tras salir a escena y mojar una pluma en un tintero, sale de escena, escribe una palabra en un papel, lo envuelve en un sobre e indica que éste deberá ser abierto y leído el papel dos minutos después de haber sido entregado a una persona situada entre el público. En el papel se había escrito la palabra fin.
Hablando de performance propiamente dicha, en el principio fue ZAJ. Sin duda alguna, el inicio del Arte de Acción en España se debe a ZAJ. ZAJ se formó en Madrid en 1964, pero ya antes, Juan Hidalgo -español de las Islas Canarias- y Walter Marquetti, italiano de Milán, se habían conocido y habían conocido a John Cage.
ZAJ, que se considera heredero de Marcel Duchamp, discípulo de John Cage, amigo de Satie, e impregnado del espíritu zen, conectaba con las actitudes de las vanguardias experimentales internacionales del momento, aquellas que se suelen integrar en las tendencias neodadás y que tuvieron en Fluxus uno de sus núcleos fundamentales.
A propósito de la relación FLUXUS-ZAJ, cabe recordar el intercambio de correspondencia en el que George Maciunas invita a ZAJ a integrarse en FLUXUS y la irónica contestación del grupo español invitando a FLUXUS a integrarse en ZAJ.
Desde 1964 hasta 1973, fecha en la que los miembros permanentes de ZAJ deciden instalarse fuera de España ante la escasa repercusión de sus trabajos, el grupo realizó una intensa actividad: conciertos, acciones, publicaciones, instalaciones y tarjetas postales. Ofrecían trozos de cotidianeidad sacados de su contexto habitual, utilizando gestos y movimientos minimalistas, introduciendo objetos sencillos y ordinarios y ejecutando la acción con neutralidad y desasimiento personal, siguiendo un esquema previamente establecido.
Si bien los miembros iniciales del grupo oscilaban entre tres y doce, finalmente el grupo quedó constituido por Juan Hidalgo, Walter Marquetti y Esther Ferrer. Y su repercusión en el campo del arte fue siempre mayor fuera de España que en ella. Sólo en 1996 llegó el reconocimiento a su labor con una exposición antológica que se realizó en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Aunque en los años ochenta y noventa los tres miembros de ZAJ se reunían esporádicamente para presentar trabajos conjuntos, lo cierto es que desde finales de los años setenta cada uno de ellos se dedicó a su propio trabajo individual, siendo Esther Ferrer quien con mayor asiduidad y acierto se ha dedicado a la performance.
Buena prueba de ello es la concesión en 2008 del Premio Nacional de Artes Plásticas -máximo galardón que otorga el Ministerio de Cultura español-.
Desde 1967, que es cuando la artista realiza su primera acción, a 2010 son mas de cuarenta años de dedicación a esta actividad artística, sirviendo de exponente la asiduidad con la que es invitada a los festivales de mayor prestigio, recorriendo países como: Francia, Estados Unidos, España, Japón, Canadá, Italia, Bélgica, Polonia, Alemania, Suiza, etc. Son también innumerables los Talleres de Performance que ha impartido. La claridad de sus ideas y la sencillez en su exposición, ha dejado una huella imborrable en todos los que la han tenido como profesora. Sus tres principios básicos de Tiempo, Espacio y Presencia, son la regla de oro para gran parte de los artistas de Acción en España.
El colectivo artístico Grup de Treball actuó entre 1973 y 1975 a través de once proyectos que fueron desarrollados –y firmados– colectivamente por sus integrantes. Un grupo ecléctico que cambiaba en cada propuesta, en función de la disponibilidad de sus miembros.
Considerado como uno de los grupos más relevantes en el contexto del arte conceptual en España, su actividad supuso la propuesta de renovación de la práctica artística, así como el cuestionamiento de la misma existencia del arte y de su función social.
Entre los artistas, escritores, cineastas y críticos que integraron Grup de Treball figuran Francesc Abad, Jordi Benito, Jaume Carbó, Maria Costa, Alicia Fingerhut, Xavier Franquesa, Carles Hac Mor Imma Julián, Antoni Mercader, Antoni Munné, Antoni Muntadas, Josep Parera, Santi Pau, Pere Portabella, Àngels Ribé, Manuel Rovira, Enric Sales Carles Santos, Dorothée Selz y Francesc Torres.
Aunque con posterioridad cada uno de los miembros del Grup de Treball haya seguido su propio camino, alguno de ellos ha dedicado una atención preferente a la performance. Entre ellos, el poeta Carles Hac Mor, el músico Carles Santos y Jordi Benito.
De éstos dos últimos dice Bartolomé Ferrando: “Si hablamos de las accions espectacle de Brossa, será preciso hacer mención del músico Carles Santos, el cual intervino en un sinnúmero de piezas brossianas.
Desde la música, y sin renunciar en ningún momento a ella, las acciones de Santos, en muchos casos cercanas al happening y la performance, se desarrollan a caballo de los ejercicios teatral, plástico y poético.
Pero lo que más resaltaría de su trabajo es la inclusión constante del factor de repetición en sus piezas. La repetición, como se sabe, desajusta el significado habitual de las palabras y los gestos y genera la irrupción de diferencias y de nuevos sentidos insospechados.
Repetición que se contagia de algún modo de automatismo y que en Santos se muestra unida al juego: al juego de la voz y del gesto encadenados uno con otro entre un desarreglo incesante”.
De Jordi Benito (fallecido a finales de 2008) dice Ferrando: “El ritual, el sacrificio, el grito interno junto con la presencia de elementos simbólicos como la cruz, constituyen algunos elementos propios de sus performances. Cercano en algunas veces a la práctica del body art, en otras, la presencia del objeto convertía a sus piezas en verdaderas instalaciones entre las que el autor intervenía”.
Situados como estamos en la España de los años setenta, recordemos que esta década se caracteriza en por las convulsiones políticas del tardofranquismo y la inestabilidad a que dio lugar la muerte del dictador en 1975.
En estas circunstancias es fácil imaginar que es el arte más explícitamente político el que obtiene la mayor visibilidad. El arte experimental es, muchas veces, tachado de apoliticismo y queda relegado a un segundo o tercer plano. A pesar de ello, el arte que investiga y arriesga sigue produciéndose. Un ejemplo paradigmático fueron los “Encuentros de Pamplona”, marcados por los enfrentamientos políticos y en los que participó John Cage.
En este periodo surgen también aportaciones al campo de la performance entre las que hay que citar las de Llorenç Barber, Fátima Miranda, Nacho Criado e Isidoro Valcárcel Medina, todos ellos en activo en la actualidad con la excepción de Nacho Criado que falleció en 2009.
De Llorenç Barber y Fátima Miranda, como dúo, hay que resaltar que si bien su campo es el de la música, su producción artística está siempre inserta en el terreno de la acción. Posteriormente en su trabajo en solitario Llorenç Barber ha practicado un arte genuinamente urbano, escribiendo partituras para ciudades en las que usa como instrumentos las campanas de las iglesias y otros edificios existentes en la población, con lo que consigue una sonoridad envolvente que se difunde por todo el espacio urbano. En otras ocasiones, cuando la ciudad es portuaria, utiliza también las sirenas de los barcos y la participación de bandas de viento y voluntarios que circulan siguiendo itinerarios marcados, haciendo sonar innumerables y atípicos instrumentos, entre los que cabe incluir cañonazos y vuelos rasantes de avión.
El ejercicio artístico de Isidoro Valcárcel siempre ha estado contagiado de cotidianeidad. Tal vez, dentro del panorama español, sea quien ha llevado a la práctica con mayor rotundidad la contaminación e interrelación entre el arte y la vida.
Invitado a un Encuentro de performance realizado en Valencia en 1992, la acción de Valcárcel consistió en la confección in situ de la bandera del festival, con la participación activa de cuatro costureras-performers que trabajaban acompañadas por el sonido de canciones de los años cincuenta.
La intervención de Valcárcel se limitó a un ejercicio de coordinación y selección mientras que el peso de la acción recayó en las colaboradoras que se limitaron a unir unas telas con una máquina de coser de manera equivalente a como lo hubieran hecho en un espacio privado.
En otra ocasión, invitado por el MNCARS, propuso participar con una pieza que consistía en la presentación del presupuesto de gastos del propio evento, proyecto que fue rechazado por el museo. La respuesta de Valcárcel Medina fue publicar la correspondencia mantenida con la institución.
Otra acción de carácter similar la realizó cuando una importante institución le pidió que hiciera una exposición de su trabajo. Isidoro Valcárcel aceptó con la condición de que el coste de la exposición fuese de mil pesetas (6€). El comisario de la exposición contestó que él podría defender una exposición que costase 10 millones, pero no una que costase mil pesetas.
La gran calidad del trabajo de Isidoro Valcarcel se vio reconocida en 2007 al concederle el Ministerio de Cultura su máximo galardón: El Premio Nacional de Artes Plásticas.
En Nacho Criado resalta ante todo la importancia que otorga a la temporalidad y al concepto de proceso, tanto en sus instalaciones como en sus acciones. Proceso de recorrido que deja siempre marcas, huellas y residuos múltiples, como en el trasvase de un líquido, por ejemplo, o en la transformación de un trozo de madera por la polilla.
Cercano al arte póvera, pero también a lo que él denomina arte mínimal orgánico, sus performances encadenan etapas bien diferenciadas unas de otras, provistas de cadencias diferentes, y en las que el cuerpo del autor se involucra hasta producirse una herida, como la generada al arrastrar su hombro sobre una larga tira de papel de lija, como se pudo ver en una de sus acciones. Constatar que, también a él, poco antes de su muerte, le fue concedido el Premio Nacional de Artes Plásticas.
Durante los años setenta hubo, especialmente en Cataluña, otros artistas activos en el campo de la performance, como cita Lluís Utrilla en su libro “Croniques de l’era Conceptual”: a destacar las acciones desarrolladas por Fina Miralles, Carles Pazos, Olga L. Pijoan, Ferran García Sevilla, Miquel Cunyat, Lluís Utrilla, Josep Ponsatí, y Françesc Abad, que supusieron en su momento un nuevo empuje y estímulo para el desarrollo del arte de acción en el país.
La recopilación-exposición de mayor importancia realizada hasta entonces en el estado español, de toda una serie de prácticas no convencionales en arte, fue coordinada por Concha Jerez y Nacho Criado en el Centro Cultural de la Villa de Madrid en 1982, bajo el título de Fuera de Formato. Abundante en instalaciones, proyectos, videos o intervenciones en el paisaje, la exposición y el catálogo recogían diversas performances de autores como Jaume Xifra, Pere Noguera, Paz Muro, Eugènia Balcells, Pedro Garhel y Jose Ramón Morquillas.
Es a partir del objeto cotidiano y de consumo como Pere Noguera construye y articula muchas de sus instalaciones. En algunos casos estas constarán de objetos previamente recubiertos por barro, y por tanto transformados y ocultos, entre los que el autor intervendrá desvelándolos y haciéndolos reaparecer rociándolos con agua; en otros irá ocupando y se irá apropiando de un espacio por medio de objetos comunes, desgastados, construyendo una instalación con ellos e interviniendo en su interior.
En una de sus recientes acciones, el barro, seco pero sin cocer y sumergido en agua, sirve de peana a objetos de uso cotidiano. Al ir deshaciéndose el barro pone en evidencia el paso del tiempo y sus efectos destructores.
Integrado en el Grup de Treball, y teórico de la práctica artística más reciente, Carles Hac Mor coordinó junto con EstherXargay diversos Festivales de performances, entre ellos el titulado “L’Acció” desarrollado en el Palau de la Virreina de Barcelona y en el que tomaron parte performers como Sílvia Gubern, Angel Jové, Antoni Llena y Benet Rosell.
Hac Mor y Xargay pusieron además en movimiento su “De Viva Veu, Revista Parlada”, constituida por la realización de una serie de acciones desarrolladas por un grupo de personas que no había sido seleccionado previamente, dando pie y provocando de este modo la creación de unas acciones espontáneas, sin orden preciso, en donde se valoraba precisamente esa imprecisión, el desorden y el desconcierto producidos.
Sus performances más recientes, son un tejido de lenguajes abiertos, imprevisibles y no premeditados o, al menos, no apuntan a serlo, tal como se manifiesta en su Opera-happening “Homenaje a Anselm Turmeda” que se realizó en Mallorca en 1.997, en un evento organizado por la Asociación Cultural “Per Amor A L’Art”, y tambien en otra pieza titulada Mètrica realizada en Barcelona.
Las acciones de Pedro Garhel se remontan a 1977. “Esculturas vivas”, “Experiencia 3E”, “Variaciones 4,2,1” o “La polaroid danza”, son los títulos de algunas de sus performances. Una práctica desarrollada conjuntamente con Rosa Galindo en las que la interacción de la luz con el cuerpo, la voz y el sonido estructuraban todo un conjunto de piezas. Cabe destacar entre ellas la presentada en la Dokumenta 8 bajo el título de “Dedicado a la memoria”.
Subrayar también de Garhel la coordinación del Espacio P, centro dedicado a las actividades de la acción y de la instalación dirigido por él en Madrid. Desgraciadamente, Garhel sufrió una larga enfermedad y falleció hace poco más de tres años. Pocos meses después, un gran número de performers se reunieron en el Centro Cultural del Conde Duque de Madrid para rendirle un merecido homenaje.
Mención aparte hay que hacer de la práctica conjunta realizada por Concha Jerez y José Iges. Conjunción llevada a cabo en la encrucijada entre la instalación y la música contemporánea, espacio en donde se construyen las acciones que desarrollan.
La reflexión y consideración de la interferencia entre los conceptos de tiempo real, tiempo virtual y tiempo mental a los que Jerez da uso, invaden en muchas ocasiones las performances que llevan a cabo. Acciones que se despliegan con gran precisión y rigor de movimientos, sin hacer concesiones a la expresividad y tendentes a integrar su cuerpo, como si fuera un elemento más, en la pieza que realizan.
Seguimos adelante para decir que si la ocupación y transformación del espacio real marca ciertos rasgos distintivos de las acciones de Carles Pujol, la reflexión constante sobre el arte y el hecho de su representación constituyen el eje de las intervenciones de Jordi Cerdá.
De Benet Rosell sorprende la utilización de la escritura en sus performances más recientes: grafías que plasma in situ sobre objetos diversos, que entran de ese modo a formar parte de su acción, o también del enfrentamiento que tuvo con la letra B, su propia B de Benet, asaltándola en el interior de un ring de boxeo.
De Angels Ribé comentar una acción, enormemente sugerente, en la que se advierten cruces y confluencias de sentido múltiples, entre lo vertical y lo horizontal, entre la noción de círculo, entre el fuego y el agua, desarrollada en un espacio desnudo, parcialmente ocupado por ciertas repeticiones acústicas, y en la que el cuerpo de la performer quedó perfectamente integrado al entorno y cadencia de la pieza.
Por otra parte, citar a Albert Vidal, situado en un terreno más cercano al ejercicio teatral, y del que resaltan performances como “ L’enterrament” o “L’aparició”, en las que el autor se diluía en la pieza como sujeto, en coherencia con su idea sobre la voluntad de disminución y minusvaloración del ego del artista, con la intención añadida de propiciar una lectura de la acción más genérica y universal y menos intimista, señalando de este modo una dirección clara en el desarrollo de esta práctica artística que tratamos.
En el ámbito internacional más reciente destacar a un performer proveniente de la práctica de la escultura y la instalación: Valentín Torrens. Torrens organiza el espacio de su intervención con los escasos objetos y útiles que emplea. En sus acciones no hay sitio para lo innecesario o anecdótico. Por otra parte todo parece envuelto de ciertos rasgos de ambigüedad no hermética, entre los que se advierte la importancia de la idea, que marca y determina el decurso de la acción.
De una idea que se expone tan sólo un instante, como en tránsito hacia otra, y que vuelve a desaparecer de pronto al igual que la primera. El uso de un entorno oscurecido y la ocultación de su propia imagen son otros de los items que puntúan el ejercicio artístico de Torrens.
En 2008 Valentín Torrens ha editado un grueso volumen titulado “Pedagogía de la Performance. Programas de Cursos y Talleres” en el que recoge la metodología pedagógica de 40 artistas de acción de todo el mundo.
Situar tanto a Fernando Millán como a Pablo del Barco, Josep Mª. Calleja, Nel Amaro, Xavier Canals, Jose Antonio Sarmiento y al mismo Bartolomé Ferrando en un espacio común, conectado al ejercicio poético.
Las acciones de Calleja y Sarmiento dan prioridad al concepto y al factor temporal muy por encima de los útiles empleados o la propia gestualidad del performer. Si el primero permaneció 25 minutos estático, vestido de blanco, junto a un piano recubierto de tela, entre partituras esparcidas por el suelo y acompañado por un sonido repetitivo, el segundo ocupó paredes, suelo y techo de una galería de París con la palabra ARgenT, transformando por completo el espacio tratado.
De Bartolomé Ferrando hay que decir que imparte, en Valencia, la única cátedra de Arte de Acción que existe en la universidad española y que su labor docente ha producido ya varias generaciones de nuevos performers.
Poeta visual de exquisito desarrollo, también hay que mencionar la coordinación de varios Encuentros Internacionales de performance y poesía de acción en Valencia, Castellón, Murcia y en 2008 en Madrid; y citar como muestra de su trabajo una performance llevada a cabo en 1989 en Valencia, titulada “Desde un libro”, en la que envuelto por las páginas sonoras del mismo, escribió-pintó sobre una superficie con zapatillas-letra, para acabar incendiando un segundo libro de hielo rodeado de la palabra escritura envuelta en llamas.
Otra acción reciente de Ferrando evidencia su interés por el sonido como material poético. Sonidos sin significado alguno configuran el cuerpo de la acción junto a la gestualidad y la proyección muy cercana de un atril sobre el que van cayendo letras recortadas que son las que, en orden aleatorio, va leyendo el performer y poeta visual Ferrando.
Del colectivo A UA CRAG, emplazado en Burgos, hay que destacar las prácticas de Rafael Lamata y de Alejandro Martínez Parra. Lamata construyó junto con Jaime Vallaure su acción-vídeo “El ABC de la performance”, mostrado y debatido en diferentes foros del Estado, en los que tuvo una repercusión notable.
Subrayar además, de este autor, su interés o inclinación por la práctica de la acción-happening, con la intención de que la participación del otro fuera capaz de provocar en cierto modo una disolución del sujeto-performer en el conjunto de la pieza.
A finales de los años noventa y principios del nuevo siglo, Rafael Lamata convocó en Madrid y Mallorca y en Segovia junto con Miguel Navas, la “Revista Caminada”, de la que se hicieron no menos de diez ediciones. Experiencia a caballo entre la deriva situacionista y una sucesión de acciones que cada participante realizaba en un punto prefijado del recorrido por una zona previamente elegida de la ciudad.
También hay que incluir en el haber de Rafael Lamata la creación de un espacio llamado Zona de Acción Temporal donde artistas y no artistas pudieron presentar acciones y realizaciones tan atípicas como un concurso de croquetas en cuyo jurado estaban presentes Esther Ferrer e Isidoro Valcárcel Medina.
Posteriormente, junto a un numeroso colectivo del que formaron parte Jaime Vallaure, François Wimberg, Belén Cueto, Jesús Acevedo, Kamen Nedev, Teresa del Pozo, Rafael Suarez, Marta de Gonzalo, Publio Pérez y el dúo Los Superagradecidos, fundaron el Circo Interior Bruto, que durante un año se dedicó a presentar cada mes una larga pieza a caballo entre el teatro del absurdo y la sucesión encadenada de acciones. Destacar del método de trabajo que, cada mes, era uno de los participantes quien ejercía las funciones de autor y director de la pieza.
En la actualidad Rafael Lamata y Jaime Vallaure han formado el dúo Los Torreznos y se dedican a presentar piezas muy ensayadas en las que ponen en cuestión los límites entre el teatro y la acción haciendo gala de un peculiar sentido del humor. En 2008 formaron parte de la representación oficial española en la Bienal de Venecia y han sido invitados a numerosos festivales internacionales.
Del performer Alejandro Martínez Parra citar su acción ¡Compro su nombre!, llevada a cabo en un Centro comercial, donde se invitaba al transeúnte a grabar y vender su propio nombre y apellidos, tras lo que se le entregaba el certificado de la venta junto a una pequeña cantidad de dinero previamente acordada.
En este recorrido apretado que realizamos por las diversas prácticas de arte de acción no podemos dejar de hablar de los valencianos Valentí Figueres, Luis Contreras y Domingo Mestre.
Del primero hacer mención de una práctica a medio camino entre la intervención urbana, la instalación y la acción, a la par que destacar la realización del documento ”Los accionistas del arte”, mostrado en televisión y que recoge muestras de algunas de las performances actuales realizadas en España. Del performer Contreras citar acciones como “Trastempo” y “The other’s smell”, desarrolladas en espacios públicos y con la participación del otro en las piezas, a la par que indicar la variación e interés de otras muchas performances suyas como su “Homenaje a Antonin Artaud”.
De Mestre citar su “Segundo Des-concert”, compuesto de veinte artistas aplaudiendo al público cubiertos con pasamontañas y un director que dirigía a éstos y también al público asistente. Y más recientemente sus acciones de marcado carácter político y de resistencia cultural.
En el País Vasco además de las performances llevadas a cabo hace algún tiempo por Jose Ramón Morquillas,se vieron algunas de las realizadas por Beatriz Silva, una de las personas jóvenes que más se ha introducido en el estudio y ejercicio del arte de acción. De ella citaremos su “ Homenaje a Pekka y Lea,” práctica cercana al ritual, cargada de elementos simbólicos y alargada en el tiempo, en la que el cuerpo de la performer intervenía como parte matérica de la pieza en diferentes puntos del espacio.
Junto a ella, hacer mención del performer Alberto Lomas, coordinador del Centro Abisal, espacio dedicado a la práctica de la performance y de la instalación, y también organizador, junto con Silva, de un Encuentro teórico-práctico bien estructurado sobre el arte de acción realizado en Bilbao.
También de Bilbao es la performer Maider López de quien cabe destacar una acción llevada a cabo, en 2005, en el idílico paisaje del interior del País Vasco que ella, mediante una convocatoria pública, llenó de coches organizando un gran atasco en pleno campo, ocasión que aprovechó para fotografiar el evento desde un helicóptero.
En el ámbito organizativo, es preciso citar ante todo el Encuentro de acciones coordinado por Marta Pol y Jaime Vallaure, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1996 bajo el título de “Sin número, arte de acción”, en el que participó un gran número de performers de todo el Estado, y cuyo catálogo contiene abundante información sobre la práctica actual del arte de la performance en España. Reseñar que Marta Pol continuó organizando hasta 2007 presentaciones de acciones en la Fundació Espais de Girona.
Jaume Alcalde, Denys Blacker, Eulalia Valldosera, C-72R, Accidents Polipoètics, Joan Casellas, Andrés Pereiro, Noel Tatú, Marcel.lí Antúnez, Pere Lluís Plá Buxó, Lluís Alabern, Borja Zabala, Oscar Abril, Clara Garí, Isabel Roura, Josep Masdevall y Eduard Escoffet son algunos de los performers jóvenes o grupos más representativos existentes en Barcelona y Girona en los años noventa del siglo pasado.
Coordinadas por Oscar Abril, el colectivo C-72R, Joan Casellas, Andrés Pereiro y Xavier Moreno entre otros, se realizaron periódicamente prácticas de acción en Barcelona en el marco del espacio Metrònom, dedicado desde hace varias décadas al ejercicio y desarrollo del arte actual. Una performance de C-72R consistió en una práctica de cosido de retales diversos, que duró varios días, hasta que la sala de actuación quedó recubierta por una gran tela.
La relación del cuerpo de la performer situado sobre una cama móvil sobre el que se proyectaba un film y la relación cuerpo real-cuerpo virtual de la autora, constituyó el eje de una performance de Eulalia Valldosera.
Subrayar de Andrés Pereiro una acción filmada para TV2, en la que se establece y se muestra una fuerte y cruda relación entre el performer y una cabeza de cordero extraída de un caldero lleno de leche.
Del ya citado Jaime Vallaure y Nieves Correa, coordinadores ambos de diversos Encuentros en Madrid, destaco alguna de sus múltiples acciones. De Vallaure mencionar una performance múltiple, de nueve horas de duración, en la que se realizaban diecisiete actos cotidianos, comunes a cualquier persona, acompañándose en todo momento por dos guardias de seguridad y distanciándose en todo momento del público asistente.
De Correa citar su pieza 7776 tiradas de un mismo dado, acción privada de tres días de duración, llevada a cabo por tres personas en el ámbito de una galería.
No olvidaré además nombrar a Sara Rosenberg, Graciela Baquero y Dionisio Romero como representantes activos de la práctica de acción actual madrileña así como a Pedro Bericat afincado en Zaragoza.
En Valencia entre los años 1989 y 1993 se abrió, por impulso de Bartolomé Ferrando, el espacio A.N.C.A. destinado a la realización ininterrumpida de prácticas de performance e instalación. Al grupo formado pertenecieron, entre otros, accionistas como Rafael Santibáñez, Lucía Peiró, José Tarragó, Raúl Gálvez, Santi Barber o Nelo Vilar. De este último, cuya práctica de acción se ha centrado muchas veces en la ironía y crítica del ego del artista, mencionaré una performance, titulada “Poema Brut”, entre la voz, el gesto y la notación musical, realizada en el tercer Encuentro internacional celebrado en Valencia.
Destacar, también en Valencia, en el período más reciente, tanto a Laura Tejeda como a Andrea Dates, al Equipo Tiempo, a Eva Vela, a Oto García o a Marta Moreno, de los que se han podido conocer y apreciar acciones de mucho interés en repetidas ocasiones. Citar a Pistolo Eliza como coordinador del espacio Performatori, y destacar la acción “Caminantes de Ruedo”, de Tejeda y Dates, cruce entre el gesto y la vestimenta, y cuya práctica general gira en torno al movimiento-danza mínima, entre la cual se ha intercalado algún objeto preciso y concreto.
Los años 1993, 1997, 2000 y 2002, coordinados por Hilario Alvarez, para la Asociación cultural Per Amor A L’Art, se desarrollaron en Palma de Mallorca y Alcudia, programas de acciones en los que participaron Isidoro Valcarcel, Carles Hac Mor, Esther Xargay, con su ya citada Opera-Happening, Fernando Baena, Joaquín Ibars, quien instaló sobre el techo de un automóvil un altavoz por el que una voz de mujer susurraba un discurso artístico, mientras circulaba por las calles de la ciudad, Mayte Cajaraville, que hizo estallar un monitor de televisión después de visionar un ácido montaje de vídeo, Cristina Lucas, que por entonces se hacía llamar P.Lucas, Belén Cueto, el dúo Accidents Polipoetics, Rafael Lamata quien, como ya se ha dicho, convocó una revista caminada, Jaime Aledo y Lee Guayguay que hicieron una acción con su anciano perro, Joan Casellas, Nieves Correa, Miguel Lorente y Patricia Escario, Francisco Felipe, con una acción en la que relacionaba su amplio conocimiento de la botánica y las plantas curativas con su propio cuerpo, después de producirse cortes en las manos. Reseñar que los dos últimos años de esta convocatoria también fueron invitados críticos de arte y así estuvieron en Palma de Mallorca y escribieron en los catálogos correspondientes José Mª. Parreño y Miguel Cereceda.
A lo largo de los últimos años hemos asistido a la proliferación de Encuentros de performance por todo el país, organizados muchas de las veces con escasez de medios y de presupuesto económico. Encuentros celebrados en Barcelona, Valencia, Madrid, Sevilla, Granada, Santiago de Compostela, Pontevedra, Lérida, Girona, Zaragoza, Mallorca, Asturias Zamora o Málaga, que advierten del interés creciente hacia este tipo de práctica artística.
A pesar de lo cual hay que reseñar que un buen número de artistas de acción han emigrado a otros países, en busca de un territorio más propicio para su desarrollo. Recordar aquí que el grupo pionero ZAJ fue también pionero en exiliarse de España y que desde los años 70 Esther Ferrer vive en París.
La Ribot, artista procedente de la danza, se afincó en Londres, donde le cabe el dudoso honor de ser la primera artista de acción que vendió su obra a una corporación multinacional, con la condición de que cada vez que esa obra sea realizada o referenciada públicamente, se haga mención expresa de ser propiedad de dicha institución. Es digno de mención que sólo después de esa venta, realizó su primera acción en una galería comercial de Madrid y que, a continuación, realizó una revisión de algunas de sus acciones en uno de los mejores espacios públicos de Madrid: el Palacio de Velázquez en el Jardín del Retiro.
También procedente de la danza, Olga Mesa decidió hace tiempo seguir su carrera en Francia, desde donde ha encontrado mayor eco para su trabajo.
Santiago Sierra, artista madrileño que realiza sus acciones en el terreno del llamado “arte público”, con fuerte incidencia mediática, reside en México DF desde los años ochenta, y ahí le llamó el llamó el gobierno español para que representase a nuestro país en la edición de 1995 de la Bienal de Venecia.
Fuera de España vive Dora García, performer que en sus últimas acciones está utilizando voluntarios que son quienes en realidad realizan la acción, forzando así la relación creador/performer.
Marcel.lí Antunez, que fue uno de los fundadores del famoso grupo multinacional de teatro La Fura dels Baus, trabaja mayoritariamente fuera de nuestro país y ha experimentado con acciones en gravedad cero en el programa que puso en marcha la agencia espacial rusa.
Otro artista exiliado, aunque en este caso por amor como a él le gusta decir, es Angel Pastor, performer barcelonés que hace más de cinco años se afincó en Cracovia (Polonia), donde dirige junto a Malgosia Butterwick el espacio Mostowa2 dedicado exclusivamente al arte de acción.
Incluyamos en esta larga lista a Andrés Pereiro, de quien ya se ha hablado antes, que vive en Suiza desde hace bastantes años.
De la falta de apoyo institucional deriva la actividad de los propios performers como organizadores de eventos, hasta tal punto que en 2006 se celebraron en Murcia, en el Centro de Estudios de Arte Contemporáneo, unas jornadas llamadas Encuentro de Autogestión y Arte de Acción, donde los asistentes se plantearon la seria duda de si no es la autogestión un elemento inherente al arte de acción, como la asumieron los dadaístas organizando sus propios eventos y como lo asumió FLUXUS, organizando los suyos y, yendo aún más lejos, como una reivindicación del arte en general con respecto al mercado y al ámbito institucional.
Durante los años noventa, Nel Amaro, multifacético artista asturiano, organizó los Encuentros de Pola de Lena y el Valle de Turón en los que, con escasísimos medios materiales y económicos, dió espacio y cabida a la generación que en esos años trataba de mantener vivo el fuego del arte de acción en España. Allí presentaron sus acciones Nieves Correa, Joan Casellas, Oscar Abril, Roxana Popelka, Kamen Nedev, Abel Loureda, Abel Figueras, Cuco Suarez, Rodolfo López Franco, Olga Mesa, Miguel Angel Maroto, Pino Mesa, Xavier Moreno, Paco Cao, Pere Sousa y otros muchos.
El Club8, con Carlos Pina y María Cosmes entre otros, organizan, desde el año 2001 e-Bent, festival internacional que se ha desarrollado en Barcelona, con alguna extensión a Madrid. Junto a performances y conferencias, uno de los apartados centrales de eBent es la proyección de video-acciones o performances registradas en vídeo. El Club8 cuenta con un importante archivo documental en vídeo con una exhaustiva representación de la performance catalana de los 90.
En Segovia, a finales de los 90, Miguel Angel Maroto, músico de rock y performer organizó varios Festivales de Performance en los que se dieron cita, nuevamente, los artistas de acción que comenzaban a ser habituales por su continuidad en el medio.
En Burgos, el Espacio Tangente, organizó el Festival Escena Abierta y también sesiones de videoperformances, entre las que hemos podido visionar, las poco ortodoxas acciones del colectivo Art in Box, disparando moscas con una escopeta de aire comprimido o perforando un glande con un candado, como si de un piercing de castidad se tratase.
En Sevilla, Ruben Barroso, performer él mismo, lleva varios años organizando Contenedores, un festival internacional de performances por el que han pasado performers españoles de las últimas generaciones, además de destacados performers internacionales. Muy recientemente ha puesto en la red la página web www.laaccionvisible.es donde ambiciona cartografiar el arte de acción en España y editar una publicación que recoja y reflexione sobre los eventos performáticos.
Luis Elorriaga, escultor y también performer, organiza en Caudete, una pequeña población de la quijotesca región de La Mancha, un no menos quijotesco Festival de Performances con absoluta escasez de medios pero con enorme voluntad.
En Girona, Joan Casellas organiza anualmente un festival llamado La Muga Caula, por tener lugar en una fuente termal a la que acudía con frecuencia Marcel Duchamp durante sus años de residencia en España. En 2009 celebró su quinta edición y el objetivo es seguir convocando anualmente a un buen número de artistas de acción y poetas.
También en Girona, Denys Blacker, de origen inglés pero afincada hace años en la Costa Brava, organiza varios encuentros de performers, uno de ellos FEM, exclusivamente femenino que tiene lugar en La Bisbal el Día Internacional de La Mujer, del que, en el año 2007, se hizo una extensión en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, denominado Mujeres en Acción.
El año 2004, Nieves Correa e Hilario Alvarez organizaron, para el Círculo de Bellas Artes de Madrid un evento que llamaron “Pro-Posición ZAJ”, con motivo del 40 aniversario de la fundación del grupo y en el que participaron los tres componentes del mismo.
También en Madrid, el Centro de Arte Moderno, gestionado por dos editores argentinos, organizó durante cinco años un Festival de performances con estrecha conexión con algunos performers y mail-artistas italianos.
En Mérida, Antonio Gómez, poeta visual y también performer, fue el impulsor de un encuentro que tuvo lugar en el Parlamento de Extremadura, antes de su rehabilitación. Y también por impulso de Antonio Gómez, Koke Vega edita la Revista La Bolsa, en formato DVD dedicada al vídeo experimental y las videoacciones. Los dos mismos artistas organizan, en el Museo Vostel de Malpartida (Cáceres) unos pequeños festivales si atendemos a su duración, pero importantes si atendemos a la lista de sus participantes.
En Pontevedra, dependiendo de la Universidad de Vigo, Carlos Tejo organiza un encuentro de Arte de Acción que lleva el curioso nombre de “Chámalle X” que va adquiriendo estabilidad con el tiempo y que se caracteriza por la gran labor de documentación que realiza.
Al sur de España, en Punta Humbría, Uberto Stábile, poeta y gestor cultural, organiza, desde hace más de 12 años, un encuentro de Editores Independientes. Allí han encontrado un hueco los performers y desde la primera edición se realizan acciones como una extensión nocturna y cabaretera del encuentro de editores y poetas. Aún más al Sur y más al Oeste, en Las Palmas de Gran Canaria, desde el año 2008, Pedro Deniz, de quien se hablará más adelante en su faceta de performer, coordina el evento Cuerpo a Cuerpo, de carácter internacional y del que se espera una larga andadura.
Andadura que, en 2009, en Madrid, comenzó “Arte en Acción”, de la mano de Ana Matey, compartiendo sesiones en el estudio El Carromato y la galería Espacio Espora, siendo, por el momento, la única programación mensual de arte de acción de la capital.
Para finalizar este apartado dedicado a la autogestión de eventos citar dos de ellos que se organizan en Barcelona los primeros viernes y en Madrid los últimos viernes de cada més.
El Kabaret Obert surgió en Barcelona hace ya siete años por iniciativa de Hilario Alvarez y con el impulso de Joan Casellas, Pere Sousa y Xavier Sabater. En un ambiente underground y muy marginal se realizaron sesiones abiertas de performance y poesía. Al cumplir su quinto aniversario el Kabaret Obert, fiel a su referencia dadaísta, optó por disolverse.
En Madrid, con el Nombre de Ven y Vino, Yolanda Pérez Herreras organizó, en una pequeña galería/taller de grabado, sesiones mensuales de acción y poesía donde los asistentes acudía aportando bebida y comida. Cumplió diez años pero una remodelación de la galería ocasionó el fin de la programación..
Hay que citar aquí el continuado trabajo que Nieves Correa, junto con Hilario Alvarez, vienen realizando, desde el comienzo de éste nuevo siglo, en la organización de los Encuentros Internacionales de Arte de Acción de Madrid Acción!MAD, con un denodado empeño por darle continuidad en el tiempo.
En las seis ediciones realizadas hasta ahora se ha podido apreciar el trabajo de reconocidos performers internacionales como Roi Vaara (FI), Alastair MacLennan (IR), Seiji Shimoda (JAP), Elvira Santamaría (MX), Boris Niesloni (D), Lee Wen (SG), André Stitt (UK), Melati Suryodarmo (IND/D), Julie Andrée T. (CAN) Artur Tajber (POL), Hans T. Sternud (SU), Nicola Frangione (IT), Tamar Raban (IS), Myriam Laplante (IT/CAN), Wladislaw Kazmierzak y Ewa Rybska (POL), Julien Blaine, (FR) Lorena Méndez y Fernando Fuentes (MX), Jamie Mc Murray (USA), Lorena Wolfer (MX), Marilyn Arsem (USA), Andrea Saemann (CH), Norbert Klassen (D/CH), Willem Wilhelmus (H/FI), MaraM (ITA), Jürgen Fritz (D), La Congelada de Uva (MX), Jacques van Poppel (PB), Helge Meyer (D), Eugenie Kuffler (FR/USA), Ben Patterson (D/USA), Angie Dight (UK), Pancho López (MX), Denys Blacker (ENG/ESP), entre otros y por citar sólo a los de procedencia extranjera. Por Acción!MAD han desfilado también la mayoria de los artistas de acción en activo de nuestro país.
Para finalizar, hacer simplemente mención de los nombres, de un gran número de artistas que, en España, están trabajando en el arte de acción afrontando, cada cual como puede, las escasas condiciones que nuestro país ofrece a la práctica artística que más ha aportado al arte del siglo veinte y va a seguir haciéndolo en el veintiuno:
María A.A., cuyas acciones están ligadas a sensaciones y sentimientos cotidianos, Angélica Lidell, quien hizo introducir un caballo en el Museo Reina Sofía de Madrid para realizar una acción basándose en sus experiéncias infantiles.
María Marticorena, que realiza acciones de gran esfuerzo físico y otras en las que se apoya en un diseño de su vestuario que se convierte en artilugios sonoros que luego completa con sonidos pregrabados.
Clara Garí, quien consigue dar a sus acciones un aire de espontaneidad contagiosa.
Andrés Senra y Félix Fernández, que suelen usar tecnología de vídeo en sus acciones y que tratan temas tan poco frecuentes como el odio o la venganza. Anxel Nava, que ha hecho de su personaje El Bardo Errante casi un alter ego. Josep Masdeval, quien aporta un efecto sorpresa a un acto tan cotidiano como la comida. Mayte Segura y Harald V. Ucello, que durante años han hecho del viaje y la globalización el motivo central de sus acciones.
La poetisa Amalia Sanchís, que llegó a organizar algunas sesiones de performance en su estudio de Barcelona. Xavier Sabater, conocido también por sus ediciones de poli poesia y ciber poesia. Juan Belda, que hoy es mucho más conocido por su música experimental y que participó en el homenaje a Pedro Garhel al que antes se ha hecho referencia.
Como tambien lo hicieron Guillermo Lorenzo, y Marisa González,
No podemos dejar de citar, por su ingente actividad performática, a Pepe Murciego, que forma parte del Colectivo La + Bella y edita una revista experimental del mismo nombre y bien ganado prestigio. Creadores tambien de una máquina expendedora de arte “La Bellamatic” que han paseado por medio mundo, realizando una performance en cada una de sus presentaciones.
Montse Seró, que en una de sus acciones en La Bisbal en el norte de Cataluña se hizo transportar envuelta en una moqueta para aparecer luego como Cleopatra ante Julio César. Noel Tatú, quien suele rodearse de su familia para realizar acciones que están muy cerca de la dinámica circense.
Xavier Moreno, que como fotógrafo colaboró muy activamente en la documentación de las acciones de los años noventa para el Arxiu Aire que fundara Joan Casellas y que tiene la que probablemente sea la más ámplia colección de fotografías de los artistas de acción en España. Resaltar en las acciones de Xavier Moreno su implicación con lo social-político unido a una fuerte carga conceptual no exenta de ironía. Eulalia Framis, que desarrolla su trabajo básicamente en Cataluña, donde se da una muy estrecha relación entre los desarrollos de la poesia contemporánea y el arte de acción.
Paloma Calle, de Madrid que abarca en sus acciones terrenos tan disímiles como la ensimismación intimista y las problemáticas de género.
Ana Mazoy, que proviene de las artes plásticas de las que es profesora en una universidad de Madrid y que tal vez por eso confiere a los objetos un papel protagonista en sus acciones, que tambien pueden incitar a la participación.
Carlos Felices, siempre cercano a la provocación, bien sea incitando al púlico a preguntarle sobre cualquier tema, como cuando sodomiza una escultura del colombiano Botero situada en una de las más céntricas vías de Madrid.
Giusseppe Dominguez, realiza sus acciones con notable desapego personal, incluso en los casos en que es su propio cuerpo el medio utilizado.
Almudena Mora, ya sea sola o formando parte del grupo Anima, pone en sus acciones humor y cotidianeidad. Mencionar que al Colectivo Anima pertenecen tambien el galardonado traductor y poeta Mario Merlino, recientemente fallecido, así como Pedro Nuñez de quienes se hablará un poco más adelante.
Pedro Deniz, performer y poeta visual de procedencia y residencia en las Islas Canarias, utiliza su cuerpo como soporte de materiales llenos de significación como el antifaz del que hace una utilización acumulativa que dota al resultado de nuevas resonancias, o las luces tipicas del arbol de navidad con las que él mismo se disfraza. Citar tambien la que probablemente sea su acción más conocida, por la dimensión transoceánica que incorporó al lanzar desde las costas canarias botellas conteniendo mensajes y solicitando el reporte de su hallazgo.
De la performer Analía Beltrán, señalar el trabajo realizado sobre el tema de la violencia contra las mujeres, aprovechando un fortuíto accidente doméstico y otro en el que usando una escena doméstica presentada en vídeo, vuelve a reflexionar sobre los roles que ambos sexos toman en la vida diaria.
José Ferrer, es un jóven artista que ha sido alumno del taller de arte de acción que Esther Ferrer impartió en el Círculo de Bellas Artes de Madrid con motivo del cuarenta aniversario de la fundación de ZAJ. De sus acciones señalar la extrema sencillez y el uso muy notorio del tiempo.
LHFA, cuyo provocador nombre completo es La Hostia Fine Arts y que está compuesta por los artistas Rafael Burillo y Fernando Baena. De sus acciones, todas de gran calado social, citar una en la que pesaron a los asistentes al entrar y al salir de la galería, para llegar a la conclusión de que asistir a una sesión de performances, adelgaza o engorda en función del resultado de la balanza.
Pedro Núñez, de quien se ha citado antes su pertenencia al grupo Anima, experto en el arte de la papiroflexia y el corte y montaje de cartulinas que utiliza en sus acciones para dejar las piezas así confeccionadas como una instalación.
Roxana Popelka que después de años trabajando en solitario ha formado pareja con Pepe Murciego a quien ya hemos citado. Juntos han presentado sus trabajos, casi siempre relacionados con su vida diaria o sus recuerdos personales.
Ramón Guimaraes, quien en un reciente trabajo abordó el tema de la identidad, ayudandose para ello de máscaras que se puso él y que también puso al público, tratando de llegar a la conclusión de que todos somos uno.
Mario Merlino, a quien ya hemos citado cuando hablábamos del colectivo Anima, quien solía interactuar con el público asistente a sus acciones, logrando un clima de juego u ligereza sin que eso signifique renuncia alguna a los contenidos serios.
Luis Elorriaga, que forma parte del colectivo La Ternura cuyas acciones se realizan siempre en el espacio público aunque a veces las interrumpa la policía.
Citar, ya para finalizar a la artista y profesora universitaria Laura Torrado, quien se caracteriza por su temática de radicalismo feminista.
Es seguro que el empeño de reseñarlos a todos, no se ha conseguido. Hay más performers en España; sobre todo jóvenes, lo que indica el gran interés que, entre los jovenes artistas, sigue despertando esta práctica que cuenta ya con un siglo de existencia.