Este año no pensaba celebrarlo, pero Carmen me animó, me recordó que luego me gusta aprovechar el momento y ver a mis amigas (en femenino porque la estadística es apabullante) y encontrarme con gente a la que, en muchas ocasiones, veo menos de lo que deseo ver.
Es un día como otro cualquiera, me empeño en decir, es un día que no merece especial atención… pero al final acabo dedicándole especial atención siempre. Es un día en el que, si no hago nada de nada, acabo sintiéndome mal… o sea que no es verdad y no consigo convencerme. Para mí no es un día como otro cualquiera.
El sábado acabó siendo un día divertido en el que disfruté de Aída, María, Raúl, Fani, Lilian, Ayelén, Marta, Vera, Ana e Igor, algún acompañante… y la siempre adorable Carmen, mi Carmen que no es mía ni de dios ni de nadie… ni suya siquiera!
Lo pasé genial. Estuvimos en un bar de la calle tintoreros, en pleno barrio de La Latina, en el que por unos míseros 5 euros consigues 5 botellines presentados en un cubo con hielo con una ración a elegir. Comí mucho, bebí bastante, pero sobre todo reí y conversé en un entorno adorable. Espero repetir, pero también espero hacer encuentros con mis amigas más frecuentemente de lo que ahora lo hago.
Pero eso era el día 2… y ayer, día 3, fue mi cumpleaños.
En parte, lo que más me apetecía era estar absolutamente desconectado, aprovechando que era domingo, para unirme a Carmen en un día de caricias en el alma… también, pero al final estuvo siendo un día de conexiones a intervalos irregulares. Hummm…
Sí tengo claro que prefiero que mi cumpleaños caiga en día laborable… es algo más… ¿proletario? Ja! No. Pero me gusta pensar que es un día tan normal como para no parar de trabajar y vivir haciendo lo que tanto me gusta.
Por otro lado estaba facebook. Hoy he estado revisando los cientos de mensajes de amigos y conocidos que me han felicitado por ese medio, aparentemente frío, pero que también tiene su lado cálido. Sé que es casi protocolario, pero me gusta hacerme la ilusión de que es personal, de que hay un verdadero deseo de que sea más feliz… y esa «energía positiva» me llega, me hace ilusión… y si quieres, por ello, puedes llamarme iluso.
En resumen: ayer fue mi cumpleaños e intenté que no fuese más que un día normal, un día más… y llevo varios días pensando en ese día… o sea, cualquier cosa menos un día más.
Muchas gracias a quienes estuvieron. Muchas gracias a quienes quisieron estar y no pudieron. Muchas gracias a quienes me han felicitado por facebook, por sms, por email, por teléfono, por carta, por persona… Muchas gracias, en especial, a Carmen por animarme cuando estaba desanimado.
Os kiero!!!!
¡ZORIONAK!
Eskerrik asko!!!