El sábado realicé una acción algunos de cuyos residuos fueron utilizados por una de las personas asistentes y realizó el siguiente objeto que me regaló.
Un objeto tierno y delicado, como ella, que me he traído a casa, pero que no quiero almacenar. ¿Qué hago? Una foto (o 4) y tirarlo. Es lo único que se me ocurre hacer, pero no deja de ser triste librarse del objeto, desapegarse de él como suelo hacer. Soy desapegado, pero cuando estoy, estoy. ¿Se entiende?
He de reconocer que, guardar las fotos, ya ha sido todo un logro. Incluso, estoy pensando, las archivaré en la carpeta que tengo reservada para esa performance en mi disco duro, de la que hago miles de copias… quizá, finalmente, no sea tan desapegado como afirmo ser.