Residuos de acción

El sábado realicé una acción algunos de cuyos residuos fueron utilizados por una de las personas asistentes y realizó el siguiente objeto que me regaló.

Un objeto tierno y delicado, como ella, que me he traído a casa, pero que no quiero almacenar. ¿Qué hago? Una foto (o 4) y tirarlo. Es lo único que se me ocurre hacer, pero no deja de ser triste librarse del objeto, desapegarse de él como suelo hacer. Soy desapegado, pero cuando estoy, estoy. ¿Se entiende?

He de reconocer que, guardar las fotos, ya ha sido todo un logro. Incluso, estoy pensando, las archivaré en la carpeta que tengo reservada para esa performance en mi disco duro, de la que hago miles de copias… quizá, finalmente, no sea tan desapegado como afirmo ser.

Dime cuando termino

Título de la acción y acción en sí.

Este año, como otros anteriores, he sido invitado a participar en los encuentros que realiza Luis Elorriaga en el pueblo más oriental de La Mancha, llamado Caudete. Como otros años, voy presto a disfrutar de lo que, en su día (Hilario Álvarez), me describieron como un botellón de artistas.

La generosidad de Luis lo mantiene en pie y, supongo que la de los que ofrecemos las piezas que se muestran durante una jornada gastronómico-festivo-artística en la que suele haber unas instalaciones de obra interviniendo la finca en la que tiene lugar el evento, una comida grupal de arroz con verduras que hace Luis al fuego, unas maravillosas charlas de sobremesa regadas de vinos varios mientras pelamos las almendras de la temporada, durante las que suelen gestarse bonitas amistades y/o colaboraciones.

Tras un rato de asueto, se llevan a cabo las acciones, bajo la escasa luz existente, con más voluntad que logística, pero sin faltar nada que haga imposible realizar una performance (¿acaso eso es posible?). Cuando se termina el trabajo performático, se proyectan unos vídeos de colaboradores que no han podido acercarse o que han preferido estar en otro lugar, pues no faltan sugerencias en el mundo para hacer cosas. De hecho, este sábado yo en parte desearía estar en otro lugar, en la manifestación que este 15 S que puede que pase a la historia de este país como la caída de algo… o al menos el comienzo, otro comienzo, de alguna caída o recaída…

Tras las proyecciones, continúa la fiesta hasta que los más jóvenes (entre los que ya no me cuento) se van a dormir a las tiendas de campaña o a aposentos más o menos confortables. El día siguiente, un despertar delicado, libre, va haciendo que nos incorporemos a un desayuno colectivo, asambleario casi, con variedad de opciones nutritivas y apetitosas al aire libre, bajo las telas que protegen débilmente del sol, que irradia débilmente las cabezas de finales de septiembre.

Este año me cuesta más irme que ninguno anteriormente: Carmen se está examinando para conseguir el título de Profesora de Pilates y me gustaría estar a su lado. Sé que es muy nerviosa y que eso la calmaría, le ayudaría a relajarse entre exámenes, le podría servir para que lograse su sueño, uno de sus sueños, una más de sus ambiciones que la convierten en una persona imparable, incansable, que se reinventa a sí misma cada semana, cada mes, cada año… y cada vez que me vuelvo a encontrar tiene algo nuevo con lo que sorprenderme y no deja nunca de deslumbrarme con su ilusión, sus ganas de vivir, su ímpetu, su pasión… e intento apropiarme algo de ese alma, ánima irreductible, invicta, poderosa y valiente.

Pero voy a ir. Debo ir. Ella no me necesita. Ni yo necesito ser su papá. Y voy a ir porque creo que es una buena contribución a este país, porque creo que es un proyecto generoso, intenso, delicado, que hay que cuidar para que siga existiendo. Voy a ir porque hace tiempo que no realizo una performance y me apetece hacer, al menos, una al año; medirme con este lenguaje, ver sus posibilidades, sentirme como me hace sentir.

Todos los años suele ser pensada la acción mientras estoy de vacaciones en Vera, durante el verano, junto al mar. Este año dediqué una hora de mis mañanas a caminar unos 7 kilómetros por un largo paseo paralelo al mar, hasta el pueblo vecino de Garrucha. Un bonito recorrido que aprovechaba para pensar. Y una de las ideas que me vino a la cabeza fue la de no saber cuándo terminar algo. Algo que se repita sin parar, algo que pueda ser hecho hasta la extenuación, como podría ser caminar, entrando en un bucle infinito de repeticiones que pueden, o no, ir aumentando de intensidad. ¿Cuándo termino? Dímelo tú. Voy a pedírtelo. Voy a pedirte que me digas cuando termino.

Y aquí hay un juego tontorrón de palabras, una respuesta implícita, a modo de adivinanza, que hará que si repito esta frase mientras realizo la pequeña acción (caminar, pelar almendras, beber agua, respirar, escupir, tirar piedras, encender cerillas, romper folios de un libro…. o todas ellas a la vez) estoy diciendo que termino cuando me digas cuando termino.

Realizo un pequeño esbozo de lo que será esta acción casi programable, un diagrama de flujo que relacione la programación con la performance, incluso, quizá escriba un programa que pueda hacer la performance. La acción a realizar es lo de menos. Supongamos que son varias.

Después del diagrama de flujo, aquí va el programa que realizaré mañana. Entregaré copias del mismo para que puedan seguir el flujo del mismo, quien así lo desee.


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Performance "Dime Cuando Termino" (escrito en C)
Pensada en Vera, Almería, en Julio de 2012.
Programada por Giusseppe Domínguez
el día 14 de septiembre de 2012 en Madrid.
Se realizará por primera vez (única) en Caudete
9º Encuentro Internacional de Arte de Acción y Performance.
********************************************************/

#define AUTOR "Giusseppe Domínguez"
#include
#include
#include

int realizar_accion(char *accion);
int saludo(char *titulo_performance);
int firma();

main()
{
char titulo_performance[]= {"Dime Cuando Termino"};
char *acciones[]= {"caminar", "pelar almendras", "beber agua", "escupir", "tirar una piedra", "encender una cerilla", "arrancar una hoja de un libro"};
int numero_de_acciones=strlen(*acciones);
int indice_accion;
int dime_cuando_termino=0;
int cuando_termino=1;

saludo(titulo_performance);

while (dime_cuando_termino == 0) {
for (indice_accion=0; indice_accion < numero_de_acciones; indice_accion++) {
realizar_accion(acciones[indice_accion]);
}
printf("\n\n%s\n", titulo_performance);

if (scanf("%d", &dime_cuando_termino) != 1){
/* manejo de error */
printf("\nEn la versión de programa informático, solo se aceptan números. Son las reglas.");
printf("\n%s: Requiere un 0 o un 1", titulo_performance);
printf("\nEn la versión de arte=vida, comienza la incertidumbre.");
dime_cuando_termino=1; /* Se termina la acción, de alguna manera brusca. */
}
if (dime_cuando_termino!=cuando_termino) {
printf("\nMuchas gracias.\n");
saludo(titulo_performance);
printf("\nContinúa la acción.\n");
dime_cuando_termino=0;
}
}

firma();
}

int realizar_accion(char *accion)
{
printf("\n%s", accion);
return 0;
}

int saludo(char *titulo_performance)
{
printf("\nHola. Me llamo %s, y la Acción se titula %s\n\n", AUTOR, titulo_performance);
return 0;
}

int firma()
{
time_t tiempo = time(0);
struct tm *tiempolocal = localtime(&tiempo);
char txt_firma[128];
strftime(txt_firma,128,"\na las %H:%M. M-%Y%m%d\n", tiempolocal);
printf("\n\n%s, %s\n", AUTOR, txt_firma);
return 0;
}

Dos salidas posibles de este programa compilado en C, y editado, obviamente, en VI.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Giusseppe Domínguez,
a las 13:28. M-20120914

Otra:

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

Muchas gracias.

Hola. Me llamo Giusseppe Domínguez, y la Acción se titula Dime Cuando Termino

Continúa la acción.

caminar
pelar almendras
beber agua
escupir
tirar una piedra
encender una cerilla
arrancar una hoja de un libro

Dime Cuando Termino

En la versión de programa informático, solo se aceptan números. Son las reglas.
Dime Cuando Termino: Requiere un 0 o un 1
En la versión de arte=vida, comienza la incertidumbre.

Giusseppe Domínguez,
a las 13:28. M-20120914

Un texto de hace años que encontré en la arqueología de la preparación de mis talleres de este año o curso escolar…

Texto de un ejercicio de uno de mis talleres de escritura.

En el 147, desde Glorieta de Bilbao a Barrio del Pilar
Madrid, 22 de septiembre de 2010
Viajamos: Giusseppe Domínguez, Sara Valverde y Jorge Cabello

Después de tanto plan, me encuentro con que en realidad la realidad hace o no realidad mis planes. De nada ha servido pensar en el 21 y todo lo que podía ver desde él. Al final, el 147. Me gusta más este número aunque ¡qué curioso! Ambos son múltiplos de 3. Hoy viajamos 3 en 1 autobús, en 1 múltiplo de 3. Si dividimos el 147 tocamos a 49 -> ¡Un cuadrado perfecto!
¡Qué maravilla! Las matemáticas me rodean y hacen de mi mente un efervescente zumo gris.
Ha oscurecido casi sin pensar. Mientras, otra mujer no tan mayor, toma al asalto el asiento dejado por su antecesora. Su antecesora temblaba al salir.
Pasamos bajo los cristales donde di clases a Luis, el niño rico que espero que no me requiera más.
Se ha cerrado la noche en Martínez Campos como un látigo dejando de latir y se funden soltando una r y un go.
Estamos entre sandalias y abrigos, bufandas con minifalda y un velo musulmán (en realidad, siempre en realidad) era un pañuelo azul como la tinta de este bic con el que cubrirse el pelo.
Son las 20 horas y 30 minutos. Noche negra en Castelar.
Me gustan los amarillos y verdes y azules parchís de este bus moderno que habla con voz fraccionada como gritos sordos.
Sara en primera fila, Jorge al final. Yo en mitad del autobús oyendo los pitidos de los vehículos, los crujidos de la arquitectura rodante que nos traslada y las voces… siempre las voces que me recuerdan que la humanidad se esfuerza por comunicarse.
Hay fuentes en la ciudad con llanto en crisis. Palabra mítica que convoca debates.
Cuento 5 personas hablando con móviles y siempre imagino que hablan entre ellos sin saberlo, sin haberse visto nunca. Son como las voces del ordenador central de la EMT.
Voy teniendo menos espacio desde que entramos en la Castellana (que no es un anís).
Cada cierto tiempo salgo a la calle y encuentro bellezas en cada mirada, en cada sonrisa hallo empatías y la gente (yo soy gente) sonríe poco. Hay que sonreír más. No vivir más, vivir mejor; no ganas más, gastar mejor.
Mis pensamientos dispersos son presentidos por la mujer de ojos inquietos que se está bajando del autobús.
Cuzco tiene paradas con mujeres peruanas. Suben y bajan en la arteria S N.
¿Cómo pueden, tantos ojos, no encontrarse?
Veo la Plaza Castilla y no puedo evitar recordar a mis padres.
¡Qué bellos los semáforos en esta fiesta de colores y luz! Madrid tiene una luz que no deja de rosprenderme. Hace años que no veía la parte exterior del intercambiador.
El reloj analógico de este anciano me ha regalado información.
Sara se volvió preocupada por si el chico con muletas no tenía asiento. No sé si es él o su amigo quien tiene un olor a sudor insoportable, casi petroquímico.
Este es el A, pero el otro el B1. ¡Joder! Próxima parada, Moforte de Lemos.
El perro de luz verde de CajaMadrid flota en el lienzo negro de la noche.
Estreno en Disney Channel. Cam Rock 2.
Y otro analógico de otro anciano me dice que son las 9 menos diez. (que no son las menos uno, claro, claro)
Ha desaparecido la ciudad!! Sólo los coches y algunos árboles miran nuestro viaje. ¡Estamos cerca de Finisterre! Las paradas tienen unos nombres tan sugerentes que pienso en lo bellas que son las palabras y unos ojos azul claro tras unos cristales ligeros dicen estar tristes o cansados. Quizá solo cansados.
Nuestro viaje está siendo bien largo pero tan intenso e interesante como suele serlo todo viaje cuando se tienen los ojos abiertos y siempre hay que recordar que los ojos están en el cerebro y no en la cara.
Bajamos en la próxima parada: Bañeza con Ponferrada. Les rescato de su estado absorto. Bajamos.

Facebook y el derecho a la intimidad

Hay un gran número de mis amigos (de facebook, lo que podríamos llamar facemigos) que han decidido publicar la siguiente nota en sus respectivos muros:

ATENCIÓN: Cualquier persona, institución, empresa, agente, agencia de cualquier estructura gubernamental, incluyendo, pero no limitado al Gobierno Federal de los Estados Unidos, usando o monitoreando este sitio o cualquiera de sus sitios asociados, no tiene mi permiso para usar mi información del perfil, o cualquier parte de los contenidos que figuran en el presente sitio web, incluyendo, pero no limitado a mis fotos, o los comentarios sobre mis fotos o cualquier otra «imagen» del arte publicado en mi muro.

Se le notifica aquí que tienen estrictamente prohibido divulgar, copiar, distribuir, difundir o tomar cualquier otra acción contra mí con este perfil o muro y el contenido del mismo. Las prohibiciones anteriores también se aplican a sus empleados, becarios, agentes, socios, amigos, simpatizantes o cualquier personal bajo su dirección o control. El contenido de este perfil y muro es información privada. La violación de mi intimidad es penada por la ley. UCC 1-308 1-103.

Facebook ahora es una entidad que cotiza en Bolsa. Se recomienda a todos sus miembros que publiquen un aviso similar a este, o si lo prefieren, pueden copiar y pegar esta versión. Si no publican dicha declaración al menos una vez, indirectamente están permitiendo el uso de elementos como las fotografías y la información contenida en las actualizaciones de su estado público.

Y no alcanzo a entender por qué siguen en Facebook, con una cuenta que se creó con la intención de ser de información pública, de propiedad privada (de FaceBook Inc.). No entiendo qué importa que cotice en Bolsa para la gestión pública de la información que aporto a la empresa.

No alcanzo a entender a qué ley se refiere ese UCC… que tenga aplicación internacional, cuando estamos tratando con una empresa que se ha de circunscribir a la legislación de EEUU (con alguna restricción adicional que puedan imponer los demás países).

¿Cómo impedir que usen o monitoreen la información que uno, libre y voluntariamente, pone al alcance de todos o casi todos? porque por muy privado que se pretenda hacer, es un patio, es un lugar o espacio público y cómo tal hay que entenderlo.

Pero ¿acaso no estamos publicando (haciendo público) cada una de las entradas o comentarios o fotos que «subimos» a esta empresa que dispone de un servicio público de muestra pública de nuestras entradas, comentarios y fotos?

Yo no lo acabo de entender. ¿No sería preferible no publicar nada de esta manera, es decir, contrayendo una relación mercantil con una empresa privada que se dedica a publicar y, en cambio, tener una estructura propietaria a la que ceder acceso a quien se desee con las restricciones consecuentes de la legislación vigente en el lugar de residencia de quien publica y del lugar de alojamiento del servidor?

Quien está tan obsesionado con la gestión de nuestra información autopublicada y que trata de manera más o menos abusiva FB (y entidades comerciales y/o gubernamentales asociadas), debería plantearse la tarea de instalar un servidor propio (contratarlo es algo que implica una confianza con la empresa que vaya a alojarlo) y una IP fija, una gestión de derechos de acceso a determinados recursos publicados en Internet desde ese servidor, una gestión de tráfico, de derechos de tráfico nacional e internacional, etc… que creo que desborda a más de uno. Pero es posible. Es más, se puede contratar. O contratar a quien lo realice.

Pero FB es lo que es. No pretende engañar a nadie. Es una empresa que vive de que deseamos publicar nuestras propias cosas con el fin de hacerlas públicas (en un ámbito más o menos discutible). No tiene posibilidad de ser de otra manera.

Y, en resumen: Publicar esta declaración al menos una vez, permite el uso de la misma, que es un elemento informativo contenido en las actualizaciones de su estado público.

Si no deseas publicar, no publiques. Estoy pensándome esto de seguir en FB… pero no sé si por culpa de FB o de la inocencia, a veces torpe, de algunos de mis facemigos.

Luna

Debajo de mi calle
(en realidad sobre mi calle)
hay un tipo
que canta
imitando a Sabina
como si hubiese sido el único cantante urbano
con una guitarra bajo el brazo y una voz quebrada
que indicase que había estado bebiendo hasta altas horas de la noche
y que
durante muchos años
me gustó mucho.

El tipo no hace más que repetir
una única sola canción
que debe titularse luna
porque repite una y otra vez
un estribillo con algo así como
luna luna luna luna…
y luego desgrana penas
y locuras
y tristezas
y todo eso que hace tan típico y tópico el canto
de un cantautor
más o menos imitador de Sabina
y otros trasnochados
que no supieron reinventarse.

Me da mucho miedo
mucho
estamparme contra una
luna luna luna luna
y ser uno de esos que imitan a sí mismos
por falta de capacidad para seguir creando
creciendo
creyendo

Necesito más gerundios.

Mi poema ha terminado antes que ese hombre
hablando de la del amor
la de la muerte
la de la vida
y no creo que haya leído el mismo libro
que yo leí
escrito por un tal Schopenhauer
que muchos muchos
consideraban pesimista
y yo
le veía una referencia vital
una inspiración
para no llorar
para crear
para creer
para crecer
y ser
cada día
un poco
más
humano.

Una mala conexión a Internet

Después de varios años, hemos decidido cambiar de ISP (Internet Service Provider) desde Jazztel a Orange, intentando hacer un poco menos de gasto, ya que también tenemos móviles de Orange y había una buena oferta de ahorro mensual al combinar las altas de línea ADSL y una de móvil.

Así lo hemos hecho, pero hemos empezado con mal pie. No tenemos conexión a Internet ni telefonía fija (que ya va por Internet (VoIP), en el caso de Orange). Aunque se supone que el alta era efectivo a partir de ayer por la mañana.

A veces parece tremendo, pues paraliza un poco la actividad febril que llevamos a cabo en la red y gracias a ella. Por ejemplo, tengo que interrumpir mi trabajo en el proyecto de las lenguas, porque casi todo el material está en Internet. Ni que decir tiene que son épocas en las que convocar para nuestros talleres y cursos regulares a nuevas personas interesadas, mediante el tedioso trabajo de envío de emails que muchos consideran masivos y correo no deseado. Es la parte de este trabajo que menos me gusta. De hecho, es la única que diría que me disgusta. Estaría dispuesto a subcontratarla si pensase que puedo evitármela sin gastar demasiado en ello.

Pero también, el no tener una buena conexión, permite que nos dediquemos a otros menesteres también importantes: me he terminado la novela que estaba leyendo (Los Idus de Marzo de Thornton Wilder) y tengo tiempo para pensar en los proyectos que voy a comenzar en este nuevo periodo 2012/13, como el contenido detallado de los talleres de escritura, las colaboraciones con algún que otro colectivo de performers, el trabajo conjunto con mi buen amigo pintor Iván Araujo que me ha propuesto un libro entre los dos, lo que me llena de orgullo y alegría, pero me hace sentir cierto temor de no estar a la altura de su compromiso y nivel profesional, una entrevista con una amiga que hace video-creación relacionada con lo performativo, pero bastante lateralmente, diría yo, y así un buen número de pequeños lunares en la piel de mi actividad que, como en mi espalda, a veces me agradan y, a veces, no.

Por supuesto, a estas alturas alguien se preguntará cómo o desde dónde estoy escribiendo esta entrada en el diario, ese pequeño continuo gran proyecto vital, y claro… desde mi casa. No lo olvidemos, tengo un perfil tan (inmodestamente) variopinto como para saber resolver estos problemillas con un clip de oficina y una radio de galena… así que imagina lo que puedo hacer con un smartphone recién adquirido (gratuitamente… o así) y un puerto USB en mi portátil.

No es la panacea, pero permite que pueda dedicar algunos minutos a escribir, a contar esta pequeña anécdota casera, este desventurado suceso intrascendente, que ha tenido la inmisericordia de molestar a nuestros vecinos, quienes se han visto afectados, posiblemente, por la torpeza de un operario que tomó mal los datos o una orden mal gestionada… (los caminos del señor (ISP) sin insondables).

Ahora tengo que cocinar. La receta, otro día y en otro momento. Será un sencillo salmón a la plancha con una ensalada de garbanzos…

Exposición de arte recauchutado

Ayer, que era nuestro aniversario, Carmen y yo divagamos por la ciudad, caminamos sin rumbo, viendo y viviendo algunas experiencias y lugares (o lugares y experiencias) adorables de esta villa que habitamos con sumo placer y delectación.

Comenzamos dando un garbeo por los alrededores de nuestro barrio, después fuimos yendo hacia la Puerta de Toledo y yo le sugerí que nos acercásemos a la exposición cuya inauguración me había perdido el día anterior.

Se titulaba Re-Encuentros de Arte y Naturaleza y ocurría en la Ronda de Segovia, 34, Madrid, en un centro cultural de la Comunidad de Madrid.

Por supuesto, no había nadie viéndola pues salvo para cubrir el expediente de la inversión que hace la comunidad en el soporte mínimo de las prácticas artísticas, no tenía el más mínimo valor. Ni siquiera documental, pues se desmontará sin dejar una huella de su existencia.

Pero lo que no me gustó fue que se expusiera como si fuese obra plástica, como si se tratase de una tradicional exposición de pintura o fotografía o arte más o menos convencional y objetual, cuando se trataba de documentación. Sí, quedaba dicho en la entrada o en el folleto que se permitía recoger para visitarla, pero no en la forma en la que estaba montada.

Si se trataba de documentar el trabajo (muy bueno en muchos casos) de quienes habían estado durante un periodo de tiempo en una residencia de Guadarrama creando obras en su inmensa mayoría, poveras, conceptuales y efímeras, con una componente performática indudable, no estaba logrado, pues la mejor manera habría sido la elaboración de un soporte adecuado para la pervivencia del documento, como podría ser un catálogo, un libro o, más acorde con la mayoría de los formatos, un vídeo o, idealmente, una página web con contenido multimedia.

Pero no, la incomprensión de este tipo de artes lleva a crear la necesidad de mantener una obra física, objetual, expositiva, que pueda ser vista sin el esfuerzo de estar en Guadarrama, sin el compromiso de asistir a un evento, edulcorada la asistencia con una, seguro, divertida inauguración regada de vino y panchitos.

Y, sin embargo, se presenta como si el documento, el residuo, el refrito, fuese la obra. Y no. No lo es. Es inadmisible y vergonzoso. Es indecoroso. Es deshonesto. Destroza los intentos por avanzar en un arte que reivindicaba (como el de todos los participantes en Guadarrama o casi todos) un formato efímero, una desmaterialización de la obra que no se acaba de tolerar. Pero hay que defenderla… o dedicarse a otra cosa. Si esa reivindicación no se considera adecuada, no hay porqué trabajar en esa línea, hay pintores, grabadores, escultores, artistas plásticos a los que respeto sobremanera que no pretenden seguir esa tendencia a la desmaterialización. Y es más que correcto. Pero son honestos.

Lamentablemente, no puedo decir lo mismo de lo que vi ayer.

Al menos, alguna que otra persona, algún que otro colectivo, tuvo la decencia de intentar hacer algo instalativo con valor propio, una obra nueva a partir del material que trajo del lugar en el que había estado, generando una pieza única e independiente de la que había realizado en Guadarrama. Inspirada en aquella, pero no un mero documento, sino una pieza mostrable en una exposición de arte, como anunciaba la entrada. Al menos mi amiga Natalia, que me había invitado al evento, fue una de las que, seguramente consciente de ello, trabajó en esta puesta en escena, en esta creación.

Lo demás, ni creación ni re-creación, era un mero espectáculo de indecencia mostrando como obras fotografías o vídeos de lo que sí que habían sido obras (repito, en ocasiones muy, muy, interesantes).

Pero el pensamiento crítico y la consciencia son la base del arte contemporáneo. Sin ellos, un orinal es solo un orinal.

Ayer, estuve en un refrito de orinales.

Los detritos habían sido mucho más interesantes.

Octote

Octote
basto
contrachapado
mica que vuela
sin relámpago
negra
una centella de antimateria
bajo la ceja tuerta
tus labios
la miseria del mundo
la ONU
una noticia de prensa
ambos sabemos
que octote
no tiene ningún sentido
pero
¿yo?

Amigos en blanco y negro o en color

Tengo amigos y amigas (la verdad es que la mayoría de las veces son amigas) a las que quiero mucho, a las que añoro, vivan donde vivan, incluso aunque vivan a la vuelta de la esquina y me obsesiona no perderlas o, lo que es lo mismo, temo perder.

Es un miedo que mi padre me inculcó hace años cuando, seguramente sin mala intención, me dijo que cuando te vas haciendo mayor te quedas únicamente con tu familia y «los amigos» desaparecen. No solo se refería a que morían, estoy seguro, puesto que entonces él era más joven y sus amigos no fallecían. Ahora comienzan a hacerlo… pero también los familiares, no obstante.

Sin ninguna mala intención, pero con muy mala leche, hizo que quisiese llevarle la contraria, quisiese impedir que esto me ocurriese a mí: mis amigos (as) no desaparecerán.

En primer lugar, me encargué de asegurarme que mi pareja entendiese esta fijación, esta enfermedad por defender a capa y espada mis amistades, como si fuesen el verdadero tesoro que puedo llegar a tener en vida. Y di con Carmen, que, aún más que yo (le he llegado a decir que de manera insana) mantiene a sus amigos, sus vínculos, sus nostálgicas, en ocasiones, relaciones.

Así que esta cuestión estaba resuelta. He visto a muchos que, tras unirse en parejas, dejan de tener amigos de manera individual, como si eso de la amistad fuese tan arbitrario como para poder elegir un grupo entero del que amigarse (una pareja, una familia, un otro colectivo…). A mí no me pasará lo mismo.

Y adopté a algunas amigas como hermanas, como esa que parece que no tenía (tengo una con la que siempre me había llevado mal… hasta que empezó a ser la madre de mi sobrino). A algunos amigos como referentes, como espejos, como alter egos, creo que, incluso, comencé así a ser mi propio amigo.

Pero de entre todos mis amigos, tengo algunos que son en blanco y negro. No sé muy bien cómo explicar esto. No se trata de que no los quiera, sino de asumir que no tienen mucho color, que su forma de ser es un tanto gris, con matices, claro, pero gris. Son amigos que, a veces, me entristecen, como un día de lluvia. Y me encanta la lluvia.

Y otros amigos son en color. Sí, casi seguro que es una forma plausible de clasificar tipos de personas.

El otro día caminaba con unos amigos en blanco y negro y encontré a una recién conocida chica claramente en color y fue como un rayo de luz entre los espesos nubarrones. Agradecí encontrarla especialmente por el contraste, ese contraste romántico, patético, que recuerda una madonna iluminada por el sol filtrándose sobre las vidrieras azules en mitad de un ábside claustrofóbico de paredes de granito.

Y pensé en esto de los amigos en blanco y negro o en color. Tengo incluso alguna amiga de color tan intenso que podría decirse que está saturada, con el contraste desajustado, subida de tono… algo, en resumen, chillona.

Siento que algunos de estos amigos en blanco y negro me ven de esta manera, como si su blanco y negro fuese una forma de color en la que el mío resulta grotesco, payasesco, bufónico, histriónico. Siento que se sienten apabullados, sobresaltados por el despliegue casi pavorealesco de colorines que notan en mí.

Y yo, sin embargo, me siento tan apagado al lado de mis amigos y mis amigas en color…

¡Ay! ¡Relativismo!

Relativismo.

Esto no es una broma