¿Tengo algo interesante que decir hoy?

La verdad es que no.

Siempre hablamos de la verdad
como si no fuese
una verdad
una y no la.

Me sorprende la facilidad con que la gente (y recuerdo que yo soy gente) suele emplear la expresión
¿Quieres que te diga la verdad?
Como si habitualmente mintiesen, ocultasen la verdad.

O se refieren quizá a que suelen manejarse en verdades no únicas
no específicas
no dignas de llevar el artículo la
justo delante
como si se pudiesen decir, normalmente,
unas verdades distintas de la verdad
y en ocasiones especiales se usa la única
la verdad verdadera.

No se suele hablar de certeza
o de hechos ciertos
o de opiniones más o menos fundamentadas
(generalmente en otras opiniones más o menos autorizadas)
así que nos movemos en incertidumbres
(y aquí me encantaría citar a Heisemberg, pero no tengo tiempo)
en las que manejamos información más o menos
desconocida.

Para no asumirlo
hablamos de la verdad
como si eso no fuese de uso exclusivo de seres divinos
conocedores plenos
omniscientes, vaya,
y no humanos que se mueven
en un mundo más o menos modelizado
de acuerdo a hipótesis formuladas sobre lo medible
que no es ni más ni menos que un subconjunto
de lo observable
y este a su vez de una realidad
de la que no hemos demostrado su unicidad.

Verídico. Verosímil. Veraz. ¿Verdad?

¿La?

Esto no es una broma