Si hace algún tiempo escribí sobre el reciclaje de mi cuerpo muerto (lo de «mi» es cuestionable), hoy me encuentro con esta macabra y divertida propuesta.
Me gustaría, sí, me gustaría que después de muerto los restos inutilizables para otras cosas (después de donaciones hasta el extremo) se puedan seguir usando… negando lo de ser inutilizables, por tanto.
¿Usables para generar un vinilo en el que almacenar un testamento vital o algo similar? ¿Qué obra sonora desearía que fuese grabada sobre mis restos? ¿Un poema, un tango, una canción protesta, un discurso político, sonidos generados por ordenador, el 4’33» de John Cage?
Incluso estoy pensando en la posibilidad de llevar algo impreso, algo que se escriba sobre un resto que antaño fue integrante de mi cuerpo.
Pero no acabo de verlo, no acabo de ver la necesidad de seguir existiendo, de pasar a la posteridad, de existir más allá de la consciencia. Y es que, para mí, sin consciencia no hay más que vacío. Vacío y/o materia: Polvo de estrellas.