A pesar de estar a favor de la sanidad pública, tanto como para opinar que no debería haber sanidad privada (lo mismo lo aplico (y más) para la educación), este tipo de encuestas no me convencen. No creo en su objetividad para empezar, están planteando una pregunta sin contexto: ¿Está a favor de una sanidad pública y en contra de su privatización? Pues claro que sí, pero ¿a costa de qué? ¿De dónde se extraen los fondos para su mantenimiento?
Para mí esta pregunta está inscrita en la de la elección de un modelo de estado, no puede ser respondida de manera aislada porque carece de sentido.
Aun así, contesté un sí, aportando mi firma, mi DNI, etc… pero he de reconocer que fue más un gesto de apoyo a quienes están tan motivados como para seguir movilizando conciencias. No creo en el carácter vinculante de estas consultas populares, pues, entre otras razones, «votan» quienes ya tienen la predisposición a decir que sí. Si se considera un éxito que haya más de un millón de firmas a favor, habría que tener en cuenta que habrá más de 30 millones que no han dicho nada, muchos de los cuales (por ser positivo no más de 10 millones) no desean cambiar el modelo de estado que está llevando asociado el desmantelamiento de todo servicio público que pueda ser privatizado haciendo mayor la ruptura social y acabando con la clase media… pero es la misma clase media la que ha elegido este modelo.
Sigo sin ver, de ningún lado, una propuesta coherente, de estado, verosímil, que me convenza. Algunos puntos de Equo me convencían, hasta haberles votado, pero no su capacidad movilizadora, nula.
Ups… hoy estoy pesimista y no veo muchas formas de salir de esta desbandada con algo en las manos que no haya caído en el camino.