No comprendo el atractivo de las máscaras
que siempre me han dado miedo
y una sensación de insinceridad
que no me agrada.
Ayer me trajo Carmen esta
máscara
de parte de sus sobrinos
para mí.
Ellos suponen que me debe de gustar
porque a ellos les gusta
pero a mí me espantan
las máscaras.
Me disgustan incluso
esas pretendidas máscaras de alta gama
llamadas venecianas
o las de teatro griego antiguo
o teatro romano
o teatro de máscaras.
Me aterran y desagradan
las abomino
y yo
con una máscara puesta
me doy un cierto miedo a mí mismo
como no reconociéndome
sintiéndome poseído por una otredad
que
aparte de oscura
resulta ignota
violenta
fea
y algo gorda.
Lo único que siento agradable de las máscaras
es el hecho
de que suele ser fácil
quitárselas.