Perversión

mujer pervertida Me preguntaba si se podría decir lo mismo de un hombre, sin resultar ofensivo o grosero o soez, y esto también tiene que ver con la defensa de la igualdad de género.

No sé si tiene que ver con que se supone que todo hombre es ya perverso, pero esto es una presunción o prejuicio que, de nuevo, desigualitariza.

Reivindico que sí, que hombre pervertido vale por 2, también, pero es que la palabra es tan bella que no se puede dejar de usar:

per-versión: una versión diferente de per(sona?), la acción de antes de un verso, y según la RAE…

perversión (Del lat. perversĭo, -ōnis). 1. f. Acciefecto de pervertir.

pervertir. (Del lat. pervertĕre). 1. tr. Viciar con malas doctrinas o ejemplos las costumbres, la fe, el gusto, etc. U. t. c. prnl. 2. tr. Perturbar el orden o estado de las cosas.

Por resonancia fonética, perturbar me lleva a lo que me lleva… y vuelvo a pervertirme mentalmente. Pero es que valgo por dos, por lo menos.

Ahora, ni quiero pensar en qué se mide el «valor» de una persona. Hombre, mujer, perverso, perversa o todo lo contrario.

Bebo Coca-Cola

Sí, señoras y señores, sí, un performer, coherente en la mayoría de los casos con una forma de vida de obsesiva conciencia social y política, sí, un tipo así, como yo, bebe coca-cola.

El otro día, en una reunión informal con una amiga, me afeó este hecho, al pedir en una terracita de un restaurante libanés afincado en la calle Miguel Servet, esquina con Mesón de Paredes, bajo el ventanal en el que pasé mis primeros años de infancia, me dijo que debería pedir otra cosa, que si no me había enterado de lo que estaba haciendo la empresa en cuestión, etc, etc…

Y le contesté que sí, que sí me había enterado, pero que me gustaba la coca-cola, además de otra crítica que hice, esta vez no a ella, pero sí a la estrategia que está siguiendo para, presuntamente, reducir el consumo (penalizando) de tal empresa. Como ya comenté en otra ocasión, hablar tanto de Coca-Cola, lo único que, verdaderamente hace es darle más visibilidad. Le sugerí que, si ella deseaba que se bebiese menos ese producto dejase de hablar de él y hablase de otros.

Y aquí llego a mi pequeña reflexión de hoy: quizá ha llegado el momento de hablar en positivo, con propuestas y no con des-propuestas. En lugar de «No bebas esto o aquello», «No votes esto o aquello», «No hagas con tu dinero esto o aquello», quiero oír propuestas en positivo: «Te podría gustar beber esto o aquello», «Podría cambiar algo votar a esto o a aquello», «Si tienes dinero, podrías hacer esto o aquello».

Me recordó a cuando quería practicar inglés y pensé que no encontraría ningún chico con el que pudiera tener una conversación ni medianamente interesante y pensaba en poner un anuncio tipo «Busco chica con la que practicar inglés», pero claro, esto generaba un problema de posible mala interpretación de las intenciones. Carmen, en su pragmática sabiduría, me aconsejó: «¿Por qué no pones un anuncio diciendo que deseas practicar inglés y que tus intereses son el arte, la danza, la poesía y que no te interesan los deportes?»

Fue genial, porque no ponía las cosas en términos negativos o excluyentes sino en términos de lo que deseaba, directamente. En realidad, excluía también un montón de posibles «chicas» que tampoco me habrían resultado muy interesantes. Finalmente no puse el anuncio (no encuentro huecos «convenientes» en mi calendario), pero la propuesta en caso de que lo llegue a poner sigue siendo la suya.

En el caso de algo que comento muchas veces, sobre el uso de sistemas como FaceBook o Windows o similares, voy cambiando el discurso a estrategias más positivas: no es que windows sea malo, es que hay otros sistemas operativos, por ejemplo Linux, que pueden ser mucho mejores, gratuitos, libres de virus, libres de software pirata y sus exigencias económicas…

No obstante, el resto de la conversación también estuvo plagado de lugares comunes que no siento que aporten nada a un debate que, a estas alturas, ya ni parece tal: solidaridad, desafección a la corrupción, compromiso, irrepresentabilidad, participación, reparto de riqueza, injustificación de deudas (que, no obstante, se adquieren mediante compromisos), desmantelamiento del estado del bienestar (si asumir sus costes y, por supuesto, sin plantear alternativas), en resumen, un discurso que no puede ganar adeptos formulado de esta manera. Es preciso plantearse las estrategias que se están empleando, no solo los fines, que no acaban de estar tampoco bien trazados.

Está bien: sabemos qué no nos gusta, pero ¿qué queremos? ¿cómo podemos lograrlo?

Sí, supongo que tengo que ir a conocer un poco más los movimientos asamblearios. Seguro que hay pequeñas cosas que están haciendo (en positivo) que contribuyen a mejorar el planeta. No hacerlo es algo irresponsable, mucho más que beberme una bebida refrescante un viernes por la tarde.

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Ahí está la tonta propuesta de una MerkelNet, el derecho a la intimidad en FaceBook (casi un oxímoron) y otras paranoias conspiratorias. Pero no hay mucha solución si estamos dispuestos a aceptar a un par de empresas (o un par de pares) como líderes indiscutibles (INDISCUTIBLES), por falta de voluntad de aprender a independizarse.

Hay que aprender Linux, para empezar.

Absolutamente todo es relativo

Es una de esas frases que me hacen reír, pensando en lo ridículo que contiene un lenguaje (el humano) capaz de decir cosas imposibles.

Podríamos llamar a esto, la capacidad poética del lenguaje. Pero esto es como reconocer que la poesía tiene algo que ver con lo imposible. Y quizá sea así.

Lo que me lleva a recordar la famosa «definición» de belleza que lanza al aire el ínclito Isidore Ducasse, Conde de Lautreamont, en su maléfico libro «Los cantos de Maldoror»:

Bello como el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas.

Desde entonces, las máquinas de coser, incluso palabras, se reúnen mistéricamente con los paraguas más aciagos sobre mesas en las que diseccionan la poesía.

Y un paraguas ya no será nunca más un mero paraguas… después de Joseph Kosuth.

pagaguas kosuth

Inspiración viene de pira

Ins-pira-acción: Acción de crear una hoguera dentro del pecho, haciendo que el aire inyecte el interior del cuerpo cavernoso llamado pulmón.

Sé que la palabra pira, tiene orígenes indoeuropeos claramente, compartiendo fire, lat. pyra, y griego πυρά. Me encanta saber que es una palabra tan antigua, pero que esté incluida en un acto tan absolutamente cotidiano como la res-pira-ción, me parece mágico: respirar, tiene que ver con el fuego y el fuego con el aire. Sí, lo sabemos, pero esta toma de conciencia dada por el lenguaje es tan bonita…

inspirar. (Del lat. inspirāre). 1. tr. Aspirar el aire exterior hacia los pulmones. U. t. c. intr. 2. tr. Infundir o hacer nacer en el ánimo o la mente afectos,ideas, designios, etc. 3. tr. Sugerir ideas o temas para la composición de la obra literaria o artística. 4. tr. Dar instrucciones a quienes dirigen o redactan publicaciones periódicas. 5. tr. Dicho de Dios: Iluminar el entendimiento de alguien y mover su voluntad. 6. prnl. Enardecerse y avivarse el genio del orador, del literato o del artista con el recuerdo o la presencia de alguien o algo, o con el estudio de obras ajenas.

inspiración. (Del lat. inspiratĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de inspirar o inspirarse. 2. f. Ilustración o movimiento sobrenatural que Dios comunica a la criatura. 3. f. Estímulo que anima la labor creadora en el arte o la ciencia. 4. f. Cosa inspirada.

pira. (Del lat. pyra, y este del gr. πυρά). 1. f. Hoguera en que antiguamente se quemaban los cuerpos de los difuntos y las víctimas de los sacrificios. 2. f. hoguera. 3. f. Heráld. Punta del escudo.
pira. (Del caló). 1. f. Fuga, huida. ir de ~. 1. loc. verb. En la jerga estudiantil, no entrar en la clase. 2. loc. verb. Ir de parranda, juerga o jarana. ser alguien un ~. 1. loc. verb. coloq. Ser un pirante.
pira. 1. interj. U. repetida para llamar a las gallinas.

pírico, ca. (Del gr. πῦρ, fuego). 1. adj. Perteneciente o relativo al fuego, y especialmente a los fuegos artificiales.

pirexia. (Del gr. πῦρ, fuego, y ἕξις, estado). 1. f. Med. Fiebre esencial, no sintomática.

Deng Xiaoping y la crisis de Europa Occidental

Hoy venía pensando que aún no estamos en «crisis», pero sí preparando el terreno para estar en una situación terrible en los próximos años. Dentro de 15 años, cuando la enseñanza pública y la educación pública sean una ridícula muestra de lo que son ahora mismo, cuando los derechos sociales y laborales estén tan mermados que den risa… o pena, o rabia… es cuando verdaderamente podremos hablar de situación crítica.

No obstante, seguí intentando pensar el porqué de esta situación que nos lleva a esta dramática reducción de la calidad de vida, al desmonte del «Estado del Bienestar» y creí poder trazarlo hasta la burbuja inmobiliaria y/o la financiera.

Pero pensé que eso era un efecto y no una causa: ¿Qué nos llevó a los occidentales a vivir volcados en burbujas como estas, altamente especulativas y de riesgos, como hemos visto, altos?

Y pensé que era la inexistencia de bloques soviéticos, que podía explicar el auge y despegue sin restricciones de la neoliberalidad salvaje que campa a sus anchas por el planeta tras el decaimiento (inevitable) del muro que había mantenido un ilusorio status quo hasta los 80. Las desregularizaciones han ayudado a hacerse mucho más ricos a empresarios completamente «desescrupulados» (si es que alguna vez han tenido de aquellos) sin ya reparar en, ni siquiera, nacionalismos o fronteras.

Pero creí pensar que algo ahí se me estaba olvidando… hasta que me acordé de un artículo de wikipedia que estuve leyendo el otro día sobre la Revolución Cultural China. No sé por qué en ese momento no me llamó la atención, pero algo sí me quedó claro: fruto del fracaso de la misma, de su propia autoaniquilación, abrió paso a un proceso de liberalización de la economía hacia una «de mercado».

Incluyo parte del artículo porque está bastante bien explicado:

La Gran Revolución Cultural Proletaria fue una campaña de masas en la República Popular China organizada por el líder del Partido Comunista de China Mao Zedong a partir de 1966 y dirigida contra altos cargos del partido e intelectuales a los que Mao y sus seguidores acusaron de traicionar los ideales revolucionarios, al ser, según sus propias palabras, partidarios del camino capitalista.

En realidad supuso una radicalización de la revolución china. Mao, apoyado por un sector dirigente del Partido (Banda de los Cuatro), utilizó una gigantesca movilización estudiantil (Guardias rojos) para desacreditar al ala derecha, pro-capitalista (encabezada por Liu Shaoqi, Peng Zhen y Deng Xiaoping), dentro del aparato del Partido Comunista Chino. Esta recorrió todo el país, afectando también a las áreas rurales, terminó por extenderse a la clase obrera y, finalmente, a los soldados del Ejército Popular, convirtiéndose en un cuestionamiento generalizado contra las autoridades del Partido, que amenazaba con escapársele de las manos. Este proceso dio lugar a la conformación de Comités Populares de obreros, soldados y cuadros del partido por cerca de la mitad del país, los cuales funcionaban como órganos de doble poder popular en las distintas tareas de administración y gobierno; situación que Mao logró encauzar, situándolos bajo la dirección del Partido. Esta situación duró hasta 1976, momento en que un golpe de Estado militar encabezado por Deng Xiaoping, con una dura represión, restauró en el poder a la facción encabezada por él mismo, procediéndose al arresto de la Banda de los Cuatro y la vuelta al statu quo, emprendiendo los cambios en la economía que, bajo el nombre de socialismo con características de mercado, iniciarían la vuelta a la economía de mercado capitalista.

Y aquí sí, en esta última frase es donde pude haber parado de buscar: teniendo, desde ese año, un millar de millones de trabajadores potenciales muy baratos, había que garantizar la posibilidad de movilidad de capital y de empresas… y comenzó el desmonte del «paraíso occidental».

Ahora no es posible entender el mundo sin este protagonismo chino en la economía, pero la situación proviene de una contra-revolución de una revolución que no conocemos mucho en occidente. ¿Por qué se había ocasionado realmente la Revolución Cultural y su contrarevolución correspondiente o golpe de Xiaoping? ¿Eran fenómenos evitables?

Me surgen muchas más preguntas, pero lo que veo es que esta conexión no era muy evidente y ahora no puedo dejar de verla: es un elefante rosa en la habitación. Me encanta habérmela encontrado.

Sobre qué hacer ahora… mejor para otro día, pero si sabemos orígenes, puede que podamos pensar mejor de cara al futuro. Puede.

Mesa despejada

Cabeza llena
de planes
desorganizados
de tareas
pendientes
de recuerdos
de ideas
de proyectos
de control temporal
de pensamientos
palabras y obras
de geografía
de fórmulas
matemáticas
químicas
físicas
y hasta de cortesía
de historia
y de historias
de nombres
apellidos
números
artículos
determinados
e
indeterminados
de adjetivos
adverbios
preposiciones
y hasta posiciones
de formas
formatos
formicas
fornicaciones.

Cabeza
llena de
materia gris y blanquecina
opaca y pegajosa
sangre negra
llena de
órganos sensitivos
insensibles
ante tanto sufrimiento
e insensatos.

Cabeza
mente
cerebro
cráneo
casquete polar de un planeta llamado cuerpo humano.

Cabeza
de poema
sin cabeza.

No sé por dónde seguir

Tengo varios caminos por delante
incluso puedo llamarlos ramas
de una familia
indoeuropea.

Puedo caminar por las iranias
las indoarias
las itálicas
saltándome (o no
todo el grupo romance.

Y no sé por dónde seguir.

Por otro lado
cualquier camino es válido
pues cualquier camino es camino
y lo importante es el camino
y no las vistas al final del mismo.

Pero no sé qué camino escoger
y estoy perdiendo el tiempo
dudando sobre la duda
mareando la perdiz
sin avances significativos
ni insignificantes.

Cruce de caminos
caminos
caminos
caminos.

Y no sé por dónde seguir.

Pero en esta afirmación (negativa)
hay algo implícito afirmativo (positivo)
:
seguiré.

Terminada la Rama Céltica de la Familia Indoeuropea

Esta rama ha sido de las más fáciles con las que me he encontrado hasta ahora en el Proyecto de Antropología Lingüística que vengo realizando desde hace un par de años. Tenía material avanzado y muchas eran sencillas, pues la información que requería estaba bien organizada y había la que tenía que haber. Ni más, ni menos.

Especial dificultad pudo haberme dado el profundizar en las clasificaciones del Picto o del Lusitano, de dudosa o debatida filiación, pero no lo pensé mucho, me guié de cierto «instinto» cladístico, casi compulsivo. Pero ahí han quedado. Seguiremos debatiendo.

ramaceltica

¿No se cansa la gente de simplezas y lugares comunes?

cardinales ¿No se cansa la gente de ver este tipo de mensajes en redes sociales? ¿no se cansa de enviarlos por whatsapp? ¿No resultan vacuos o es justamente esto lo que los sustenta en el tiempo?

Quizá, especulo, gracias a su vacuidad son tan fáciles de recomendar como de olvidar no siendo más que un lugar en el que la mente se relaja haciendo el más mínimo esfuerzo posible. No es preciso analizarlos, siempre se está de acuerdo. Qué bien que todos seamos amigos, que el amor entre en tu vida (se asume, eso sí, que no lo está ya)… odiamos a los corruptos, a los especuladores, a los pederastas, a los violadores, y esto se supone que nos aúna, que nos hace partícipes de una comunión, de una iglesia, etimológicamente hablando, que camina unida por el sendero de la rectitud.

Nada de autocrítica, salvo si es vacua, vana, superficial y puede reducirse a una sola frase: El Slogan.

Hace unos días descubrí, dicho de paso, que slogan es una palabra de procedencia gaélico-escocesa. Me hace gracia saber estas «naderías».

En resumen: (SSS) sigamos siendo simples. Ya tengo mi propio slogan.

Había una frase que acabó siendo un divertido acrónimo muy utilizado en el mundo Linux o de software libre en general: Keep It Simple, Stupid (KISS).

Pero esta simpleza no es la misma de la que hablaba antes… aunque supongo que no es preciso precisarlo. Valga la redundancia.

Esto no es una broma