El idioma aragonés tiene hablas locales, que se agrupan en hablas de valle, de comarca o hablas de varias comarcas. El término dialecto es ambiguo y puede emplearse para las hablas de valle bien definidas (cheso, ansotano, etc..). Existe la propuesta de clasificar las hablas aragonesas en cuatro grupos, complejos dialectales o dialectos (según las apreciaciones de los autores).
Popularmente la falta de referentes lingüísticos claros y una diglosia multisecular han favorecido la falta de conciencia unitaria entre los hablantes de la lengua aragonesa y, en las zonas donde el dialecto propio se ha conservado mejor, los hablantes suelen utilizar nombres locales.
La propuesta más aceptada de clasificación dialectal es la de Francho Nagore, quien clasifica las hablas aragonesas en 4 grupos:
- Aragonés occidental
- Aragonés central
- Aragonés oriental
- Aragonés meridional o somontanés
Para unos, estos grupos son complejos dialectales y las hablas dentro de ellos (como el cheso, el chistabino…) serían dialectos. Para otros, los 4 grupos son los dialectos constitutivos del aragonés y las variedades que incluyen serían subidalectos, hablas comarcales o locales.