No me puedo creer que hoy en día el lenguaje de programación más demandado o más usado sea el C. Según el Índice TIOBE, ha desbancado recientemente al laureado Java a la segunda posición del ranking, así como que el apestoso C++ (apestoso por tramposo: para mí nunca fue sino una burda colección de bibliotecas adjuntadas a una programación de C orientado a objetos tipificados con estructuras, etc) que se desploma a una cuarta posición.
Es posible que pueda volver a ofrecer mis servicios de viejo programador en C, como hace años, como cuando comencé mi carrera en ese mundillo tecnológico y aprendí ese idioma por mi cuenta, en unos libritos de papel, de cuando programábamos con bolígrafo antes de teclear en una pantalla difícilmente accesible.
Ahora uso mis obsoletos conocimientos de programación para hacer fusiones atípicas con performances o poemas en C, como el de 4estaciones.c. O sea, para nada útil. Pero al mismo tiempo, para lo más útil que los he usado nunca.