Me encuentro un artículo en tecnología sobre el hecho de que Whatsapp introduce el icono que indica que un mensaje ha sido «leído».
Dicen en la web de la app lo siguiente:
Los ticks o palomitas son importantes porque indican el estado de envío y recepción de un mensaje. Significan lo siguiente:
- 1 tick negro: el mensaje fue entregado al servidor.
- 2 tick negro: el mensaje fue entregado al dispositivo del destinatario.
- 2 tick azules: el destinatario leyó tu mensaje.
En un chat de grupo, verás los dos ticks cuando todos los participantes reciben tu mensaje. Verás los dos ticks azules cuando todos los participantes hayan leído tu mensaje.
Como otra pregunta: ¿de qué color será el tick o doble tick que indique que el mensaje ha sido entendido?
¿Hasta cuando vamos a seguir preocupándonos por tonterías? ¿Es intencionada esta oleada de informaciones terroríficas? ¿cuál podría ser esa intención: generar miedo?
¿Es un asunto de privacidad? No tanto.
Es más bien un asunto de sentido común y respeto: hemos de aprender a saber que otros que leen nuestros mensajes pueden estar en ese momento en una ocupación o en un estado en el que no les apetezca o no puedan responder o no quieran… ¿qué más da? Es su libertad la que tengo que aprender a respetar. Y asumir que respetan la mía. Obligar, más bien, incluso, a que la respeten.
¿Cómo hacerme respetar?
Además de tomar el barato y simple cursillo para aprender a decir no…
Una de las opciones para es teniendo un par de tarjetas de teléfono si se usa una de manera extensiva para las relaciones laborales que pueden tener un determinado tipo de exigencias y otra destinada a uso personal, para amigos y familiares que tienen que aprender a asumir que cuando no me da la gana estar conectado, aunque tenga un teléfono encendido, estoy en mi más absoluto derecho de hacerlo. Y en el ámbito laboral también deben hacerlo… o yo debo no dejar que lo hagan: mi tiempo de trabajo se paga.
Y cuando no quiero estar disponible… apago el teléfono que quiera y punto. Así era la vida hace unos poquitos años… y no pasaba nada. De verdad.
En otro articulito de tecnología nos hablan de los alarmantes casos el los que se ha podido vulnerar la privacidad de la información almacenada en la nube… y dan alternativas ajenas… cuando lo único que garantizaría completamente la privacidad es el no compartirlas. Pero si se ha de hacer, la mejor opción con enorme diferencia es el cifrado de clave pública desde punta a punta con herramientas propias (obviamente, más seguras aún si son de código abierto).
Cifra y encripta tus archivos en local, almacénalos (si quieres también un servidor que encripte, aunque esta redundancia no vaya a ser muy útil) y envía por canales seguros… usa redes tipo TOR… pero nada, absolutamente nada, te puede garantizar que al otro lado, en el lugar en el que vayan a ser compartidos, la información, al desvelarse, no esté siendo observada de manera indeseada.
Esto me recuerda a las pretenciosas web que intentan evitar que copie material pero que me dejan verlo, deshabilitando las funciones del botón derecho del ratón con alguna que otra tontería como una funcioncita javascript que se carga antes que la página.
¡Qué sandez! Si me dejan verla, puedo copiarla. Incluso si me pongo a ello, a mano alzada. JAJAJAJA… pero es que es mucho más sencillo: puedo, entre otras cosas, descargarme la página y reeditarla, quitar esas tonterías de función y resuelto. Pero es incluso más fácil usando (otra vez) un navegador que no deja que le hagan este tipo de prevenciones/manipulaciones como TOR.