Me temo que no es tan optimista:
Ambas imágenes son los deseos (e imposiciones) del patriarcado. Lo que ha cambiado no es que antes no hubiese patriarcado, es el hecho de qué tipo de mujer se requería o para qué se suponía que había de servir. Pero mucho me temo que, en ambos casos, se trataba de «servir».
Aunque me queda pendiente (entre otras tantas y tantas cosas) la lectura en profundidad de los textos de la escritora y pensadora Marija Gimbutas, quien sostenía la existencia de una sociedad matriarcal pre-protoindoeuropea, mientras realizaba sus investigaciones sobre los pueblos y lenguas bálticos.