Tormento escalado

Título extraído de un verso de un poema de Eva Obregón Blasco

 

Tormento escalado

es cuando tus labios caminan demasiado despacio por mi piel
es despertar al alba sin necesidad y con sueño
es el agua de la ducha quedándose cada vez más fría
es tu padre gritando cada vez más alto
es una avellana que cayó por la ladera de una montaña nevada y no consiguió arrastrar nieve consigo
es la película inconclusa cuyo título no recuerdo.

Tormento escalado

es acariciarte sin que dejes de pensar en el último mensaje recibido por whatsapp
es un grito en la niebla
es la noche
es esa noche
es un olvido provocado por el goteo del alzheimer
es el principio de un todo sin música
y sin poesía.

Andalucía sin la Ley D’Hont

andalucía sin Dhont

Ya, ya, si dicen que la Ley D’Hont es la bestia parda y algo de cierto hay, pero también es cierto que se vota lo que se vota (suponiendo que no haya tamayazos, claro).

Las elecciones andaluzas han sido así y se pueden ver los resultados con detalle, pero los votantes debemos saber (es nuestra responsabilidad) que votar en un sistema electoral como el que tenemos beneficia a los partidos más votados. Está claro que la muerte del bipartidismo no será tan fácil, pues el sistema actual lo fomenta, pero quedará la responsabilidad última en las manos, también, de unos votantes que no acabamos de darnos cuenta de que necesitamos tomar medidas.

Alguien en una red social comenta:

Como dice mi hermano (y no creo que le falte razón), ha ganado lo que ha querido la tele, porque la maldita caja tonta solo se ha centrado en mostrar a los partidos que ha querido, escondiendo a los otros (algo que ha rozado la ilegalidad o que inluso ha podido ser ilegal). Y, como la gente es gilipollas y sin personalidad, han repetido lo que la tele les ha dicho, y así es como han salido los mismos partidos de mierda de siempre.

Y yo sigo viendo lo mismo: desprestigiamos a «la gente» como si no lo fuésemos, y claro, luego nos da por pensar que «esa gente» ha votado mal… pero esto no es un pensamiento muy «democrático», pues suponer que «la gente es gilipollas y sin personalidad» es el primer paso para justificar una dictadura o cualquier tipo de gobierno de unos pocos (cualificados por vaya usted a saber qué razón).

Por cierto, a pesar de la ley malévola (dicen que injusta pero no lo tengo tan claro, simplemente no beneficia a quienes obtienen menos votos, pero bien podrían ser el PP, o el PSOE, como me encantaría que sucediera de una maldita vez) el parlamento andaluz estaría en manos del PSOE y el PP fundamentalmente. El mismo tipo de acuerdos se tendrían que hacer… no cambiaría mucho, más allá de cierta repercusión en la financiación muy importante de cara al futuro.

Con L’Hont:

Parlamento_de_Andalucía_(2015).svg

Ayer descubrí WhatsApp Web

Es una forma interesantísima de utilizar WhatsApp.

La app de mensajería por excelencia de la era smartphone, ha desarrollado un avance singular que siempre eché en falta: una aplicación web que permite acceder a la app de manera que se puedan enviar mensajes desde cualquier ordenador, o cualquier dispositivo, que tenga un teclado y un navegador.

Esto la convierte en la herramienta idónea para seguir comunicándose con quienes están en esta modernez de smartphonelandia y tienen una conexión a Internet (se puede no tener ¿!!?) desde casa mientras se trabaja, por ejemplo.

Es posible que el problema sea esta misma onmipresente disponibilidad de la app, que puede conllevar una agobiante sobrecarga de mensajes innecesarios en momentos en los que se requiera concentración o «enfoque».

Esto, de nuevo, me lleva a cierta necesidad que cada día veo más acuaciante de diferenciar el uso profesional que se hace de la telefonía y las redes en general de telecomunicaciones y el uso personal que se hace de las mismas.

Es decir, quiero poder recibir un mensaje de whatsapp de un alumno mientras estoy trabajando, pues sé que lo que quiere decirme puede ser «urgente» o requerir mi intervención, o informarme de algo que puedo querer saber con prontitud, pero, por el contrario, durante esa parte de mi tiempo, puedo querer estar desconectado (salvo emergencias) de mensajes de amigas o familia.

También (durante las vacaciones o fiestas de guardar y en otras franjas horarias) puede darse justo la situación contraria: no estar para el trabajo y sí para los amigos íntimos o la familia.

Surge más de un problema cuando ambos círculos se mezclan, como suele ser habitual, pero al menos es minimizar el problema a algún tipo de intersección y no a una maximalista unión de conjuntos que acaba por englobar al mundo mundial.

De momento, mientras no sea demasiado molesto, estoy contento de haber descubierto la posibilidad de usar WhatsApp vía Web y haberla estrenado con unos mensajes a mi querida Aída B.

Lobotomía

de lobo y tomía
de lobar y átomo
de tomo y lomo
de troche y moche
de loco y bobo
mío
o mía
o tuyo
o tuya
o tuyia
o nuestrio
o vuestria
o susyo de ellos y ellas
lobos lobas
tómicos
con el pan de centenos de la nueva hornada
que hacen en la tahona de aquella esquina
donde nos conocimos bajo la luna
antes de que lloviesen piedras
antes de esos diluvios de verdades
que nos enamoraron
hasta hoy

Eclipse

Elipse kepleriano
que meneas astros
barriendo ángulos
iguales con mismo
tiempo medido con
relojes o péndulo
suspendido en las
alturas desde las
que un águila sin
plumas oculta con
su envergadura de
aleteo depredador
cayendo sobre una
presa fácil donde
clavar sus garras
afiladas y suaves

Elipse de Keppler
que oculta el sol
con un astro gris
que se antepone a
la luz proyectada
contra la ventana
de mi casa con el
barro caído estas
horas pasadas con
la noche sin duda
ya apagada y esta
luna caprichosa e
inquieta que luce
una aureola sobre
sus bordes suaves

Luna águila vista
sombra infinita y
eterna casco ante
sol impotente con
faz triste muerta
como cadáver loco
como cráneo calvo
como duda sin fin
metódica pregunta
cartesiana y bajo
ilustración aúrea
que despertó niño
al mundo abriendo
su alma al diablo
su poesía al dios
y su vida enferma
al amor a su amor

Himpar

Ayer, leyendo el diccionario, he encontrado esta palabra y estoy asombrado de que exista. Me hace tanta gracia saber que hay palabras inverosímiles en esa compilación de más de 2200 páginas…


FORMAS NO PERSONALES

Infinitivo

himpar

Participio

himpado

Gerundio

himpando

INDICATIVO
SUBJUNTIVO

Presente

himpo
himpas / himpás
himpa
himpamos
himpáis / himpan
himpan

Futuro simple o Futuro

himparé
himparás
himpará
himparemos
himparéis / himparán
himparán

Presente

himpe
himpes
himpe
himpemos
himpéis / himpen
himpen

Pretérito imperfecto o Copretérito

himpaba
himpabas
himpaba
himpábamos
himpabais / himpaban
himpaban

Condicional simple o Pospretérito

himparía
himparías
himparía
himparíamos
himparíais / himparían
himparían

Pretérito imperfecto o Pretérito

himpara o himpase
himparas o himpases
himpara o himpase
himpáramos o himpásemos
himparais o himpaseis / himparan o himpasen
himparan o himpasen

Pretérito perfecto simple o Pretérito

himpé
himpaste
himpó
himpamos
himpasteis / himparon
himparon

Futuro simple o Futuro

himpare
himpares
himpare
himpáremos
himpareis / himparen
himparen

IMPERATIVO
himpa (tú) / himpá (vos)
himpad (vosotros) / himpen (ustedes)

Llueve

lluvia desintegrada en la palabra lluvia
con pétalos de simiente
en el cemento
con lágrimas de bocas enceradas

llueve silencios
entre los bastidores del poema
hasta agujerear los versos más calizos
quebrando los poros de la letra a

llueve sílabas átonas
en medio de cualquier esdrújula
como levantando el vuelo para llegar al labio

llueve remos de piel y ornitorrincos
contra la dicha inusual de un verbo impar

llueve #454545
en mitad de una página web con CSS

llueve diluvios diminutos
de hipocondría contraalta
como el rizoma genérico
que abraza párpados mojados

llueve tristeza
siempre
en el hastío

llueve desidia y duda
llueve niebla
y miseria
y anfetaminas
y números primos
y teoremas de completitud
y un transfinito

llueve interrogaciones sobre las exclamaciones
y un sinsabor de besos que hoy
no me has dado

llueve colegios de corbatas azules
con elásticos
pantalones plisados
faldas plisadas
y un plato de lentejas frías con arroz

llueve nostalgia y pasado
como llueve nieve y pasado
como sol y futuro
y Alemania

llueve Sydney
Nueva York
París y Londres

llueve sin parar y sin azogue
llueve un final imposible de vocablos
sobre un diccionario
imperturbable

llueve
y llueve
sobre los campos
sobre los chopos (medio deshojados)

llueve

una tilde en la i

llueve sin tregua
sin olvido
sin lástima
sin pausa
sin hidrácidos
sin meditación
y sin motivo

llueve
una caléndula dorada
llueve un geranio ahíto
llueve un omóplato homofóbico
y un ático mojado
da rienda suelta al brío

llueve
uves
ves
es
s

llueve
almirantazgo y ataduras
un ramillete de bocetos de proyectos
una esmirriada puerta acristalada
la lavadora cargada de promesas
un orinal de una vieja casona de madera sin agua corriente
bajo el frío acuñado en alcarreño

llueve
un véneto idioma emparentado
con idiomas ilíricos o itálicos
un oficial de la marina inglesa
una niña de porcelana Ming

llueve infinito
finito
indefinido
par
y pase

llueve en el bingo y en la ducha
llueve en la dicha y en el mundo
llueve en el castro y el molino
llueve en la cesta y la canasta
llueve en mi cama
en tus senos
en mi sexo
en tus curvas
derrapando gotas hasta el fondo del abismo
sin fondo
de tu piel

llueve
sin lluvia
y sin fuelle
sin pasión
y sin pulsión

llueve sin miedo
y sin medida
sin horizonte final
y con abrigos
un centenar de paraguas arrugados
un millar de capuchas incendiarias
un millón de electrones en una millonésima de milímetro de cable
e incluso
un millón de electrones en una diezmillonésima de miligramo de carne
(sí
de carne)

llueve una pulsación de teclas de teclado
de latidos de corazones
de chasquidos de opacidades
de alteraciones de membranas gastrointestinales

llueve hasta no poder seguir escribiendo
sobre cuánto
llueve
justo
antes
de comer

Un minuto

En un minuto de mi tiempo
me propongo
un acertijo ciego
que lastime la vista de tus tímpanos
o que lacere el labio
enardecido
con la clavícula batiente de la noche
frente al llanto iconoclasta
de una bruja
que no conoce varón
ni terciopelo.

En un minuto de mi tiempo
el número de faltas ortográficas
me ha mordido el riñón izquierdo
con dientes de cartón piedra
y con piedras como dientes
de cartón.

En un minuto de mi tiempo
me asomo a la ventana del futuro
y veo pasar el tren que no me lleva.

Identidad de Euler

Se llama identidad de Euler a un caso especial de la fórmula desarrollada por Leonhard Euler, notable por relacionar cinco números muy utilizados en la historia de las matemáticas y que pertenecen a distintas ramas de la misma:

ideuler

Hoy hablaba con alguien a quien admiro mucho de esta fórmula o identidad que relaciona estos números tan diferentes y tan singulares y le contaba mi interés por una extensión de los conjuntos de números (omitiendo el dato de que el conjunto de los números complejos sea un cuerpo algebraicamente cerrado) que incluyese otros «conceptos» que no cupiesen dentro del conjunto de números ya no reales ni imaginarios, sino poéticos, por encima de la complejidad y de la completitud.

Intentaba acordarme de esta identidad y de esas divertidas curiosidades o propiedades matemáticas que convierten el número π (PI) en el contenedor posible de todas las combinaciones concebibles de otros números.

Ahora me pregunto ¿Contiene el número PI al número e? ¿Es posible responder a esta pregunta?

Y con eso me quedo.

Esto no es una broma