Estoy por esta parte del mundo.
Empecé a viajar por las lenguas en Anatolia y después de una espiral enorme que me ha hecho recorrer toda Europa y hasta picotear en América postcolombina, me hizo girar hacia Siberia, vía los lagos fineses, siempre bordeando el norte, el frío norte, hasta llegar a esa puntita absurda que parece llorar Kamchatka.
Actualmente, estoy cruzando el Estrecho de Bering. Me siento una de esas personas que hace más de 10000 años lo surcaron para descubrir un nuevo continente, aunque, propiamente, entonces no lo era.
¿Hasta dónde me arrastrará mi locura?