En un artículo interesante sobre las medidas sociales que el gobierno francés ha implementado contra prácticas extendidas derivadas del más radical libremercado desregularizado, me encuentro un párrafo con dos errores ortográficos o gramaticales propios de un alumno al que suspenderían en cuarto de la ESO por eso mismo.
Y es en LA VANGUARDIA. Un periódico digno de ser de los de mayor tirada nacional. Sin embargo, algo campa a sus anchas en el periodismo y es la velocidad por encima de la calidad. Entre otras cosas, de la calidad en la presentación de la información, del cuidado al lenguaje, a las normas del lenguaje (un lenguaje es un conjunto de reglas y poco más).
Pero nadie parece enfadarse por esto. Bueno. Es lo que hay. Luego comentaremos que la educación en los colegios ha perdido nivel o calidad… y seguiremos tan panchos, leyendo noticias como esta porque el contenido es lo importante… Vaya, pues eso, que hoy tengo un día demasiado crítico. ¿Qué importa? Estulticia. Estulticia. Campa a tus anchas.