El descontexto de la publicidad en los medios de información online (en los de papel es más separable) es tan flagrante que, en ocasiones, produce monstruos. Esos monstruos somos nosotros, lectores, que acabamos teniendo tal insensibilidad como para no ser capaces de percibir ambas informaciones como algo completamente diferente, más allá de la intención racional que tengamos de hacerlo.
A veces me pregunto si no será intencionado.