Haikus a vuelapluma

El bolígrafo
navega por la mesa
hacia el horizonte.


La llave inglesa
en mitad del gentío
salió corriendo.


Con una navaja
el ojo se desgrana
sin desangrarse.


Los agujeros
en medio de la noche
cubren estrellas.


Cascos azules
sin defender la lucha
sólo fornican.


Entre colores
la blandura del lecho
te rememora.


Oreja horizontal
labios al cielo
besando playas.


Geometría
quebrada por el eje
de asimetría.


Sobre la hoja
cinco figuras negras
son una sopa.


Cara borrosa
cara desdibujada
cara sin cara.


En la pared
las grietas amenazan
con salpicarte.


Último rastro
del uso del azul
matando el blanco.


Batiburrillo
gritos en el alfeizar
de la ventana.


Rotuladores
olvidan los pinceles
con el idioma.


Bajo las líneas
la hoguera no es hoguera
para medirse.


El superhéroe
se siente perseguido
por su alterego.


Sobre el mechero
reflexiona la luz
de mil colores.


Con una hormiga
escala la pared
la poesía.


Campo de algodón
carga de brillos
los dos recuerdos.


Grutas de cal
donde lo diminuto
ya no soy yo.


Por Isadora
me mudo de ciudad
sin paliativos.


Huellas profundas
recuerdan que tu paso
marcó mi vida.


Dígitos locos
carentes de sentido
son sólo un eco.


Esto no es una broma