Me dejo llevar por la pereza
en las estribaciones del verano
y del veraneo
olvidándome de un firme pensamiento
que acabe por materializarse en tres palabras
o unas cuantas más.
Tengo pendiente escribir sobre la libertad
y sobre las microdictaduras
sobre la enfermedad crónica que achaca la sociedad
que hace que esté más preocupada por la salud
que por la felicidad.
Somos demasiado viejos
y estamos cansados.
El poema no es ni más ni menos
que una muestra
patética
de ello.