Me abandono en cuerpo y sangre
a los amos de la noche
y su zumbido.
Soy el mamífero más indefenso
de los dos que habitamos
nuestra cama.
La rigidez obstinada de la almohada
destroza la melosa gelatina
de mi cráneo.
Diario
Me abandono en cuerpo y sangre
a los amos de la noche
y su zumbido.
Soy el mamífero más indefenso
de los dos que habitamos
nuestra cama.
La rigidez obstinada de la almohada
destroza la melosa gelatina
de mi cráneo.