Cada vez que tengo que renovar una web de las que mantengo, con sumo cariño, me encuentro nervioso por si no va a funcionar en todos los dispositivos o si tiene enlaces rotos, o si alguna imagen tarda más de lo debido en cargarse por ser más grande de lo necesario o si el número de llamadas a archivos de hojas de estilo es excesivo o si el navegador tendrá o no activado javascript, si la versión de javascript será la misma con la que estoy programando, si el usuario o cliente aceptará cookies o no…
Y ya ni hablar si creo un formulario en PHP o un cgi en perl… y no funciona.
Pero luego está La Aisa: La peor compañía de autobuses que he conocido nunca, y cuya desafección para con los clientes es su seña de identidad. Ahora, también vía web, para no dejar la más mínima duda de que «se la sudan» los potenciales clientes que tengan por esta otra vía. Pero claro, es la única licenciada para cubrir la ruta Madrid-Ciudad Real, pasando por Daimiel (he ahí por lo que me afecta).
Al intentar comprar un billete de sus escasos horarios, el resultado ha sido el que ya debería haber previsto: Fatal Error!!!