Alojarse en la casa de Anne Dorthe que alquila por Airbnb:
Si no habías realizado una reserva en tu vida por Airbnb, como era mi caso, esta es una opción segura, entre otras cosas porque Dorthe va a ayudarte, incluso, en el proceso de reserva.
Dorthe siempre estuvo atenta a todas las necesidades que pudiéramos tener o haber tenido.
Nos recibió su au pair, encantadora también (con un curioso nombre al transcribirlo al español: Maricon, de procedencia filipina, con una simpatía refrescante) quien nos tenía preparado un delicioso pan casero con mantequilla y mermeladas ecológicas, leche, café… Un desayuno (de cortesía) más que satisfactorio, para disfrutarlo en su estupenda mesa del jardín.
El barrio era seguro (como toda Copenhague), tranquilo y cómodo, bien comunicado con el centro por autobús (2A directo) o Metro (M2) directamente al aeropuerto. No obstante, la mejor manera de desplazarse por Dinamarca es bicicleta y muy cerca hay varios lugares para alquilar por día completo por unos 10€ o por horas (3€/hora).
El diseño de la casa era, sencillamente, espectacular. Cuidado hasta el último detalle, con una vivienda que parecía un museo confortable y cálido. Fue de lo mejor de nuestro viaje. Era muy sencilla de compartir para un grupo familiar grande, habilitada con más de 3 baños completos y uno medio (retrete y lavabo). Fuimos 7 personas y tuvimos un grado de independencia mutua muy relajante. Todo, absolutamente todo, lo que dice tener lo tiene. Y mucho más.
Los ventanales, típicos de tierras nórdicas, para aprovechar la luz al máximo, eran espectaculares, equipados con buen cortinaje opaco para evitar la entrada de la luz solar temprana, propia de estas latitudes.
Realmente: un refugio para habitar y desear entregar mejor que como estaba, sabiendo que tienen puesto el listón muy alto.