Hasta las orejas de la nariz

Hasta las orejas de la nariz
de una nariz sangrante
pasando por pómulos decaídos
gotean mis niñas una catarata de silencio.

Hasta las orejas de las ojeras
mis labios de porcelana
con escritura de Harappa
en la punta de la lengua.

Hasta las orejas oceánicas
con pulpos por las paredes
derrochando un bienestar infinito
bajo los besos de sus milonga.

Hasta las orejas caústicas
un manojo de ladridos aúricos pueblan Puebla
y llegan desesperados
al fondo de mis oídos.

Esto no es una broma