Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa la noche.
Haiku terrible y cruel
que se reitera
sobre una articulación
algo cansada.
Sobre la diestra
mi rodilla, la izquierda
pasa la noche.
Los cóndilos del fémur
que se erosionan
con el paso del tiempo.
Y las cavidades glenoideas
de mis tibias tibias
bajo edredones de asfalto
rugen sobre unos cartílagos
sordos y ciegos.
Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa otra noche.
El tendón rotuliano
contra viento y marea
sigue viviendo
anclado en el pasado
de mis recuerdos.
Sobre la diestra
mi otra rodilla, izquierda
pasa una noche.
El menisco y su hermano
el otro menisco
unidos entre sí por ligamento yugal
van desgastándose.
No hay signos de su lucha
ocultos en la cápsula fibrosa
bañándose en sinovial fluido
impúdicos fibrocartílagos.
Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa otra noche.
Unas bolsas serosas
en plena sequía
alejan la miseria
de la que la bolsa anserina
es destacada.
Anso sin ganso
muevo mis ligamentos
cruzados y meniscofemorales
cada mañana.
Sobre derecha
una rodilla izquierda
pasa las noches.
Y las noches
también pasan
sobre otros muchos huesos
que forman mi esqueleto
que anidan en mi cuerpo
que habitan mis derrotas
contra el tiempo.