Hoy podría ser el día

el día de mañana
o el día de ayer
en el que la ventana gime bajo gotas de alquitrán
almidonadas.

Hoy podría ser el día
en que tus ojos se claven en los míos
con un destornillador desternillándose
de tanto clavo y clavo
uno de acero y otro especiado.

Hoy podría ser el día
en que deje de perder el tiempo
para aprender el significado de la palabra
procastinación.

Hoy podría ser el día
25 de diciembre
si los meses se olvidasen de seguir rodando
en lugar del día
25 de octubre
si los meses se acordasen de seguir rodando.

Hoy podría ser el día
en que un número cualquiera
se convirtiese en otro número cualquiera
como un ser imaginario en presencia de otro ser imaginario
y alcanzar la fama de los irreales
para denominar complejos.

Hoy podría ser el día
o podría no serlo
puesto que ya ha pasado parte del día
intentando ser algo que no ha sido
o logrando ser algo que no ha sido
o logrando ser algo que pretendía ser.

Hoy podría ser el día
parafernálico
peripatético
antropomórfico
metaanfetamínico
supercalifragilístico
en el que las esdrújulas tomasen el poder
aliadas con las palabras llanas para acabar con la dictadura
de tanto cabrón.

Hoy podría ser el día
o no.
Sencillamente
no.

Esto no es una broma