Han muerto 103 personas en un terrible atentado
de fundamentalistas machistas
que han matado sistemáticamente a más de un centenar de mujeres
en el año 2016
que aún no ha terminado.
Aún no se ha realizado la cuenta de heridos
y afectados por síndrome de estrés postraumático,
sin embargo
sabemos con exactitud
que no habrá guerra.
No se conocen los heridos
y es difícil o imposible valorar los daños
psicológicos
económicos
educativos
sociales
o libertades cercenadas.
No se declara la guerra
ni se llama terrorismo
a una matanza internacional
global
que dista mucho de estar terminando.
Sí
hubo momentos de la historia mucho peores
que este que vivimos en términos de maltrato (mal trato)
y hasta de dignidad reconocida de la mujer
pero también hubo momentos peores de la historia en otros muchos aspectos
y no dejan de ser noticia de portada
las muertes en un atentado en Berlín
e incluso los accidentes pirotécnicos en México.
Ayer leí un artículo sobre una mujer empalada
y asesinada tras horas de tortura
que ocupaba apenas una pequeña cuadrícula en la sección de sucesos.
No puedo comprender
la ausencia de emergencia en este tema.
No puedo comprender
la falta de voluntad para alertarse.
Es excesivo.
Es brutal.
Es reiterado.
No mejora.
No lo suficiente.
Hemos entrado en guerras por mucho menos que nos han costado mucho más.
Jamás ETA fue tan eficaz matando.
Pero fue la preocupación política y social número uno
durante generaciones.
Separó familias
amistades.
Los partidos políticos no paraban de hablar del tema.
Los jueces no dejaban de reclamar mayores medidas.
La policía no cesaba de insistir en requerir más recursos.
Todo buen ciudadano quería intervenir.
Pero han muerto 103 personas en este año que alcanzará las 110
cuando el pavo navideño esté frío
o la casa sucia
o la ropa larga
o la ropa corta
o…
y no pasará nada;
brindaremos con burbujas de olvido y un anuncio precioso
en el que alguna mujer 2D se bamboleará
para mi deleite máximo.
103
y sumando
sin saber si la muerte
llamará a mi puerta.
Ah, no, que yo soy hombre.
Puedo dormir tranquilo.