Antiselfie

Variaciones sobre el abecedario

En esta era de ego potenciado por el aumento del autorretrato denominado como selfie (que incluye el «self», egotista inglés) quise jugar a recortarme y eliminarme de fotografías en las que hubiera aparecido, aunque no hubiesen sido realizadas por mí mismo.

Fue sorprendente el proceso, pues me di cuenta (tarde, claro, como siempre) de que quitarme también incluye un «self» y no dejaba por tanto de ser un nuevo ejercicio egotista, pues el proyecto completo giraba sobre mí y yo, y yo mismo, el mismísimo yo yoyeante.

Durante el transcurso de la selección de fotografías, descarté aquellas en las que aparecía con alguien (especialmente aquellas en las que estaba retratado junto a mi querida Carmen de la Rosa) y fui percatándome de que no era tan sencillo determinar qué era yo, pues me surgían preguntas del tipo ¿es mi sombra algo que debo extraer de la fotografía? ¿ese objeto que traje conmigo debo sustraerlo? las gafas, el vestuario, ¿son también «yo»?

Fue, quizá no sorprendentemente, un proceso triste, como de desaparición paulatina, como de muerte procesual, acentuado por una mala racha de salud durante el periodo de inicios del 2017 en que fue realizado. Por fortuna, es algo sólo aparente.

Esto no es una broma