Me ha llegado el presente email que he tenido que leer un par de veces (la alergia me aletarga) para darme cuenta de que no era más que SPAM.
Buen día
¿Cómo te va hoy espero que estés bien, mi nombre es Silva, vi tu perfil en facebook, es muy tranquilo interesante para mí, así que decidí contactar con usted. Le gustará que me escriba aquí en mi correo electrónico (silvaabraham34@hotmail.com) porque tengo algo importante que decir que espero oír de usted tan pronto como usted recibe mi mensaje gracias y Dios te bendiga tenga un buen díaTu nuevo amigo
Silva
¿Qué me ha hecho saberlo?
En primer lugar, la dirección de correo de la persona que presuntamente me escribía es:
Silva Abraham <silvaabraham03@hotmail.com>
Sin embargo, pide que la escriba a la dirección silvaabraham34@hotmail.com
En segundo lugar, la pregunta del comienzo no tiene un final de interrogación, lo que sugiere que no le importa verdaderamente saber cómo me va hoy.
En tercer lugar, me dice que se llama Silvia, lo que resulta un atractivo nombre que podría hacerme inclinarme a continuar leyendo y decidir contactar a esa dirección de correo (a alguna de las dos).
En cuarto lugar, si vio mi perfil en Facebook, ¿por qué no me agregó como amigo o contactó por esa vía? Sospechoso. Aún más que diga que es muy tranquilo y que ello le llevó a contactar.
Quinto lugar, si tiene algo importante que decirme… ¿Por qué no me lo dice? Está claro que quiere que la escriba para que me lo cuente, pero por muy importante que pueda parecer, puedo estar sin saberlo como hasta ahora lo he estado. Así que me temo que ignoraré la proposición.
Sexto lugar, el desorden en los signos de puntuación parece una falta de humanidad no por ir contra las normas sino más bien por no dominarlas como si el lenguaje natural le fuese difícil, por decirlo así.
Por último, pero ¿por qué mencionar a Dios en esta última frase? Dios te bendiga. Esto es ya el remate: a un ateo no se le conquista de esta manera… pero parece ser indicativo, por esta última frase, que hay más creyentes que ateos, definitivamente, pues es una manera de atraer al lector (al mayor número posible de ellos). También podría ser sintomático de que aquellos que son creyentes pueden, a su vez, ser tan ingenuos como para no haberse dado cuenta de los demás indicios. Por otro lado, esta explicación también tiene sentido, si pensamos que siguen necesitando explicaciones inverosímiles para aquello que no conocen.