Estoy lleno de mierda

No soy de barro.

Esto marrón que sale de mí es la esencia de Dios,
es un marrón oscuro y pegajoso
un marrón desagradable al tacto y al olfato
un marrón que me llena y me rellena
como si fuese barro marrón sin ser barro.

Soy todo mierda dentro
mierda que sale de mí como esencia divina
mierda sin gracia y sin el más mínimo simbolismo
mierda sin metáfora ni alegoría
mierda marrón de descomposición sin barro.

Soy descomposición marrón de mierda en bote
mierda marrón de caca de la vaca
soy un excremento de dios en las aceras
y saco de mí toda la mierda
marrón con desparpajo.

No para de salir mierda de humano
que no quiero poner a precio de oro
que no quiero tener en mis entrañas
que no quiero soñar bajo el colchón
que no quiero ver de otros colores.

Limpio ano.
La mierda, como el rayo, nunca cesa
y vuelve otra vez más a mi intestino
delgado y obstruido de marronidad.

Limpio ano.
El marrón destaca en la blancura de una celulosa
divina
que no ha nacido para soportar tanto desmán
marrón mierdoso.

Limpio ano.
Bajo paletadas de heces depuestas
un tenue color rojo se adivina
e inquieta más que alegra ese contraste
que me recuerda que soy algo distinto al barro
algo que sangra y suda
algo que llora y pena.

Soy todo ano.
Soy marrón pero no soy de barro.
Soy de dios pero no soy divino.
Soy de mierda pero no soy rico.
Soy un moñigo con patas que camina
y va apestando la tierra
.

El ego me desborda en forma de deshechos
y sale de mí, mi yo, mi mí.
Sale y no para
sale y no cesa
sale y no mata
sale y no cede
sale y no
no sale nunca
no sale y cansa
no sale y harta
no sale y rompe
no sale y
sale
sale
sin parar
un marrón de mierda enamorada.

Esto no es una broma