Una pequeña tontería para elevar mi autoestima, hoy, que está pertrecha, me dio como resultado este nivel de vocabulario:
El test puede hacerse aquí.
Diario
Una pequeña tontería para elevar mi autoestima, hoy, que está pertrecha, me dio como resultado este nivel de vocabulario:
El test puede hacerse aquí.
El domingo 18 de febrero de 2018 fuimos invitados a un encuentro de Teatro y Poesía que organizaba Residui Teatro. La Asociación Cultural Clave 53 y con ella Carmen de la Rosa que imparte clases de Tango en la escuela vinculada a esta compañía teatral fue representada por un par de alumnos avanzados que bailaron un bello Tango en la estupenda Sala de Terneras del Matadero de Madrid.
En un lateral había una instalación poco atendida que pretendía hacer un llamamiento para que dejase quien quisiese una pequeña intervención poética bajo un par de paraguas de los que colgaban diversas cosas.
Era momento de librarme de mi querida bufanda de colores. Casi 2 metros de bufanda de pasteles longitudinales con los que compuse una letra A. La construí en el suelo.
Ahí se quedó cuando nos fuimos.
Me encantó la forma en que Natalia Auffray tejió estas cuatro imágenes de este «sillón» urbano que, como ella, considero antipersonas. Si bien es cierto que con frecuencia es utilizado por marginales de esta sociedad de consumo.
Está situado en una calle por la que transito prácticamente todos los días, conectando la plaza Soledad Torres Acosta (lo que venía siendo «la de los Luna») con la plaza de Callao.
Ayer, volviendo de casa, no evité hacerme un autorretrato, de esos que ahora se llaman selfie, sentado en ella y enviárselo por mensajería telefónica, de esa que ahora se llama whatsapp.