Culminación de los placeres ansiosos, de Iván Wernisch

Un Bed?ich, de profesión saldoconista, escribió una vez un poemario rimado. Primero había escrito un poema, luego un segundo, un tercero, un cuarto, un quinto etcétera, hasta que obtuvo diez, una antología entera. Le dio el nombre de Culminación de los placeres ansiosos, y se fue a ver a su mejor amigo, también saldoconista, que enseguida leyó atentamente los diez poemas y dijo

«Increíble. Tú, Bed?ich, eres un poeta».
«También tengo esta sensación», dijo Bed?ich y volvió a casa a acostarse, porque se hizo tarde.

Pero el amigo de Bed?ich no podía pegar ojo durante toda la noche, porque se dijo «Si puede escribir poemas Bed?ich, un saldoconista como yo, además mi mejor amigo, ¿por qué no podría escribirlos yo también?». Y escribió un poema primero, y luego, paso a paso un segundo, un tercero, un cuarto etcétera, con el mismo orden como antes Bed?ich escribió diez poemas rimados, un poemario entero, e igual que Bed?ich, la llamó Culminación de los placeres ansiosos. Y a la mañana siguiente, muy temprano, fue a enseñársela a Bed?ich.
Y esta vez se asombró Bed?ich.

«Me parece amigo, que tú también eres un poeta», le dijo.
«También tengo esta sensación», dijo el amigo de Bed?ich. Y añadió «De verdad que lo soy».

Y Bed?ich declaró «¿Sabes que tus poemas tienen algo en particular? Que son completamente iguales que los míos».
«¿De veras?», se extrañó el amigo. Y después de haber pensado un instante agregó «¿No tienen tus poemas en particular exactamente lo mismo?».
«Pues sí…» se extrañó Bed?ich. «Mis poemas tienen en particular exactamente lo mismo»


De Lásku já nestojím (2001). Iván Wernisch. Traducido por David Matuška Olzín

Esto no es una broma