Se acabó el bipartidismo, por si quedaban dudas

Acaban de tener lugar las Elecciones al Parlamento de Andalucía con un resultado «terrible», pero en gran medida previsible: el surgimiento de una fuerza de ultraderecha (declarada) en la democracia española.

Hay voces llevándose las manos a la cabeza todo el día, pero a mí no me resulta nada sorprendente. Es más, me parece que el resultado de las elecciones que ha tenido lugar este domingo representa, para bien o para mal, la voluntad política y social de los andaluces.

Es una región tradicionalista, conservadora, en la que el único PSOE que ha podido «gobernar» desde hace décadas, es un PSOE que renegó de sus orígenes de izquierda, con una ambigua Susana Díaz que intentaba hasta hace poco pactar con el PP para gobernar España. Es decir, una dirigente sin brújula indicando a la izquierda.

Suelo encontrarme una forma de pensar en esa zona que se acomoda bien con el resultado electoral, es más, siempre me sorprendió que ganase socialismo, a pesar de conocer amigas que puede que no estén del lado de los que van a gobernar en breve. Pero eran minoría y me consta.

Cada vez que entro en un bar en Andalucía, cada vez que escucho una conversación en la calle, cada vez que hablo con gente en la zona, siento que deberían votar a los que han votado: PP, C’s y, en menor medida, pero también, VOX. Por supuesto que hay votantes de izquierda, pero es una izquierda, como la de Castilla la Mancha, por ejemplo, muy conservadora, que no quiere oír hablar de articular una nueva forma de gestión territorial, centralista como pocas, españolista… y que tiene fácil migrar a la derecha o, incluso, abstenerse con las sabidas consecuencias.

No obstante, no quiero decir que toda la abstención sea de izquierdas. Eso es un error garrafal que se suele cometer tras cada resultado electoral. La abstención está representada en proporción por los votantes.

En resumen: el bipartidismo representaba muy mal (demasiado binariamente) el sentir político de la compleja sociedad española. A medida que se fragmenta en diferentes partidos, el acercamiento a la representación de cada ideología o modelo político se incrementa, y evidentemente, han aflorado todas aquellas personas que consideraban tibia la «moderación» del PP. Lamentablemente hay muchas de estas personas con quienes no comparto ideario.

Apuntado de nuevo a Gimnasio y Piscina

Recién llegado de la PISCINA… no sé hacer nada… que me lío mucho con tanto trasto que hay que manejar, que si dónde dejo las llaves del candado, que si me llevo la toalla dentro o la uso en el vestuario, que si me llevo camiseta o no… y no tengo ni gafas… bueno, las de ver, pero me han dicho que necesito unas especiales… para el cloro (sin dioptrías, ni nada… así que veré dentro del agua pero no fuera…)

Parece ser que hay también gafas de piscina con graduación, incluso con auriculares, con tapones para los oídos, ¿por qué no con GPS? Seguramente las hay o habrá. Este lunes he comprado unas normalitas… de las de uso «iniciación», que me han costado 9,99€ en los grandes almacenes de deporte.

Eso sí, mi piscina está en el 4º Piso de un edificio céntrico de Madrid… y tiene unas vistas flipantes. Ya un día de estos hago una foto y la subo a insta…

Postureo total, no te imaginas… en pleno barrio de Chueca… Yo era, con DIFERENCIA, el más cutre del local. No tengo arreglo.

Hoy me he dado el día completito, con sauna, chorros de aguas termales, baños… (es que el primer día me lo regalaban, pero puede que lo contrate a partir del mes que viene (son 7€/mes))

Y tengo una toalla de baño tipo «abuela-de-toda-la-vida»… que canta un poco… pero qué le voy a hacer. Nada de toallas absorbentes especiales de las que no sueltan pelusas y son livianas como pluma de ganso, no, una toalla de las de siempre… pero, como dice mi amiga Aída, son mi pequeña resistencia pacífica contra el hipsterismo invadiendo la ciudad.

También he tenido que adquirir un pantaloncito de deportes (porque tiene que ser «de deportes«) que en realidad es sólo de running, pero espero que me sirva para bicicleta estática. He pedido ayuda a una dependienta que me ha dicho que ese era básico, pero que estaba muy bien. Creo que le ha quedado clara mi poca afición a esas cosas cuando le he preguntado si lo podía usar encima del bañador y cuando le he pedido que me indicase cómo salir de semejante laberinto de consumo temático.

Me resisto a comprar una camiseta especial antitranspirante o similar, así que será otro de mis pequeños gestos de punki trasnochado y usaré una camiseta con mangas recortadas de algodón, por ejemplo, de publicidad de una empresa de construcción, sin ir más lejos.

Uy, se me ha olvidado comprarme unas deportivas especiales (todo tiene que ser especial) para la bicicleta estática. Maldita sea.

Hasta el momento: Gastos: 35€/mes de gimnasio + piscina (municipal), 10€ de candado de combinación, 10€ de gafas, 10€ de bañador, 10€ de gorro de baño (el más cantoso posible), 10€ de zuecos de plástico, 5€ de pantalón… 90€ total en envejecimiento.

Eso sí, he llegado todo chulo, desde mi rehabilitación en el Hospital San Francisco de Asis a la Calle de la Farmacia (sic), con mi cochecito car2go de puerta a puerta, que si ya hago gimansia… pues digo yo que no hay que pasarse, ¿no?

Iron Fist dicen que es una serie «feminazi»

Estaba a punto de dejar de ver la segunda temporada de esta serie de un superhéroe blanquito, heterosexual, rico… pero no por ello, sino porque me parecía extremadamente machista, pues hasta el tercer capítulo de la segunda temporada no cumple casi ni remotamente con el mínimo baremo que toda producción debería tener por decencia, el famoso Test de Bechdel:

  • Aparecen al menos dos personajes femeninos.
  • Estos personajes se hablan una a la otra en algún momento.
  • Esta conversación trata de algo distinto a un hombre (no limitado a relaciones románticas, por ejemplo dos hermanas hablando de su padre no supera el test).

No es mucho. Es tan mínima la exigencia que resulta sorprendente que no se cumpla casi incluso sin querer… pero así es y hay listados para salir de dudas.

Pero me fui a buscar críticas de esta serie intentando que otras personas coincidieran conmigo y me encuentro que las preocupaciones principales son que es un personaje aburrido y poco expresivo (que lo es) o que es rico y, tan solo alguna vez, que es demasiado blanco… (la serie, quiero decir).

Y para remate, la siguiente crítica que me he traído porque no tiene desperdicio:

Otro superhéroe que se han cargado las feminazis

La serie empieza más o menos bien, nada que ver con el cómic, pero está entretenida, ya se ven tintes feminazis, como que una tía tirillas bajita sin poderes meta de ostias a tíos cachas que le sacan varias cabezas, pero bueno, lo pasas por alto porque siempre hay fantasmadas en las series de lucha. Luego ya ponen a la supervillana una mujer, bueno, porque no. Pero ya la segunda temporada empiezan a meter bazofias de categoría, meten brujas, esto ya huele a embrujadas, y le mete una paliza a Iron Fist, el mayor experto de artes marciales que existe, una mujer que sufrió malos tratos de un hombre y que juró que nunca le volvería a pasar, si ya meten la violencia machista hasta en la sopa, han convertido la serie en una mierda feminazi más.

En la segunda temporada meten a una tía que es una enferma mental, Typhoid Mary (Mary Walker), con doble personalidad a pelear con iron fist y le da una paliza cuando no han podido con él bandas criminales enteras y los mayores artistas marciales, patético y absurdo, iron fist es el mayor experto en artes marciales.

Más allá de que no sé cómo se puede seguir usando la palabra «feminazi» así, sin rubor, y que cada vez se usa con más normalidad… la forma en que este usuario habla de las mujeres es decididamente machista «una tía esto, una tía aquello…» y le llama la atención que una mujer «bajita y sin poderes» amenace a unos «cachas», en una serie en la que la suspensión de la realidad la haces desde el principio porque en caso contrario no tendría sentido absolutamente nada.

Por momentos pareciera olvidar que se trata de una ficción (de mucha y grande ficción de Marvel), así que no es nada raro que alguien sea superado por otro alguien sin razón alguna… o casi. Habla de ese Iron F como si fuese, de verdad, un experto en artes marciales y no un personaje absolutamente ficticio.

Pero eso sí, si le hubiese mencionado que hasta el tercer capítulo de la temporada no hay ninguna mujer que hable con otra mujer… ¿le habría parecido un feminazi? ¿o no puedo serlo por ser hombre?

Después de leer críticas como estas me queda una sensación extraña de solidaridad con el feminismo más radical (aunque para mí todo feminismo debe ser radical, pues no hay búsqueda de la felicidad a medias, ni búsqueda de libertad a medias). Y digo extraña porque estratégicamente hay herramientas que se están usando que no me convencen, aunque el fin último deseado me parezca el mismo.

Es complicado hacer series de «superhéroes» que no sean machistas, proveniendo de donde provienen, pero no imposible y si poco a poco va cambiando la manera de entender el entretenimiento audiovisual hacia producciones menos heteropatriarcales que busquen un público más abierto, más progresista, tanto masculino como femenino, se pueden lograr maravillas y haberlas «haylas».

Esto no es una broma