No me gusta disfrazarme.
Siempre me ha resultado cansado
y en la mayoría de los casos ofensivo
para alguien.
Entrar en el debate de si es una fiesta
pagana o religiosa
importada o exportada
nacional o internacional
me parece de una banalidad
desorbitada
propia de quienes tenemos
tiempo para perder.
No me gusta ver caerse a nadie
aunque haya gente que se ríe
con ello
sin que yo lo comprenda mucho.
Soy una persona demasiado seria
supongo.