El sábado pasado hice un rico guiso de Marmitako de Bacalao que hacía tiempo que no intentaba. En esta ocasión fue con un taco de unos 300 gramos de bacalao al punto de sal congelado que teníamos en la nevera. Lo habíamos descongelado el día anterior en el frigorífico después de un par de semanas como mínimo de congelación.
Ingredientes para dos personas:
- Un taco de bacalao de unos 300 gramos al punto de sal.
- Un diente grande de ajo.
- Una cebolla mediana o algo más grande si es que mediana no es suficientemente ambiguo.
- Medio pimiento rojo.
- Medio pimiento verde o uno italiano.
- Una patata grandecita, como de 333 gramos (aproximadamente).
- Una pastilla de caldo de pescado (si no se ha tenido la precaución de preparar un rico caldo de pescado casero a base de cabezas y espinas dorsales con un puerro, sal y, eventualmente, zanahoria).
- Aceite de oliva virgen extra, sal, pimentón dulce y perejil (idealmente fresco).
Preparación:
En una cazuela en la que quepan al menos dos litros poner unos 10 mililitros o centímetros cúbicos, como se desee, de aceite de oliva virgen extra al fuego bajo y agregar el diente de ajo laminado en cortes no muy finos para que no se queme.
A continuación añadir la cebolla cortada en juliana y cuando vaya cambiando de color, agregar los dos medios pimientos de colores varios que no son igual que agregar un único pimiento de un único color por motivos de sobra conocidos relacionados con la cromatografía gastronómica.
Espolvorear con una cucharadita de sal (no mucha si se va a hacer con pastilla de caldo preparado, que añadirá aún más sal) y un buen montoncito de pimentón dulce de la Vera.
Pelada la patata, ir chascándola sobre el sofrito con un cuchillo poco afilado en trozos de unos 3 o cuatro centímetros cúbicos máximo, para que no tarde demasiado en reblandecerse.
Dejar unos minutos a fuego lento pochando y dejando que tanto el pimiento como la patata y la cebolla suelten agua.
Mientras tanto, hervir (con una tetera, por ejemplo) un litro de agua y disolver en él una pastilla de caldo de pescado.
Cuando la patata empiece a cambiar de textura, echar medio litro de la disolución conteniendo la esencia de pescado de alguna manera preparada sobre el sofrito y esperar a que las patatas estén blanditas, removiendo de vez en cuando para asegurarse de que no se pega al fondo del recipiente en el que esté siendo guisado el alimento. Si es preciso, puede corregirse agregando más caldo o sal…
Cuando las patatas estén blandas, casi a punto de deshacerse, colocar los trozos previamente preparados de bacalao (que por supuesto podría ser otro pescado, como bonito, mero, merluza…) de tal manera que queden cubiertos por el caldo del guiso. Estará listo en muy poco tiempo, no mucho más de 5 minutos. Si nos pasamos, el pescado se deshará y resecará.
Servir caliente en plato hondo, espolvoreado con perejil picado, acompañar de una sidra natural lista para escanciar o, si se pudiera, de un delicioso Getariako Txakoli y vasos bajos.