Ayer, casi sin pensarlo

Ayer me di cuenta
(casi sin pensarlo)
que por primera vez en mi vida
más de uno de los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
era alguien a quien yo había votado
para que llegase a ser
miembro
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
y casi me hizo ilusión.

Estaba tan acostumbrado
a votar sabiendo que mi voto
no iba a estar representado
en los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
que ya ni pensaba en quienes eran
las personas que pasaban a ser
miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa.

No estoy lamentándome con ello
del sistema de representación parlamentaria
que elije a los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
ni tan siquiera protestando
por la Ley D’Hont
que dificulta la representatividad
de formaciones que no alcancen ciertos
mínimos en las elecciones
debido a la división por circunscripciones provinciales
cuando yo siempre habría defendido
(y sigo defendiendo)
la circunscripción autonómica
a pesar de infrarrepresentar
a provincias de escasa población
dentro de autonomías extensas y desequilibradas.

En alguna ocasión
ha llegado a ocurrir
que alguien a quien yo hubiese votado
ha alcanzado a gobernar
partes o fragmentos de esta nación
a la que llamamos españa
y quizá por ello había olvidado
que en ninguna de las elecciones nacionales
ninguna de las personas que yo había votado
habían llegado jamás a ser miembros
del gobierno de eta nación
a la que llamamos españa.

Así que ayer me di cuenta
(casi sin pensarlo)
que por primera vez en mi vida
más de uno de los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
era alguien a quien yo había votado
para que llegase a ser
miembro
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
y casi
(solo casi)
me hizo ilusión.

Esto no es una broma