Ponerle de nombre «Ingenio» a un satélite es poco ingenioso o poco previsor, pues es algo previsible (siempre hay que pensar en los errores como parte del desarrollo tecnológico) que pueda extraviarse o explotar… y genera titulares que, si a alguien le importase, cosa que tampoco parezca ser el caso, daría lugar a millares de «memes» posibles o bromas más o menos malintencionadas.
Pero es que con ese nombre el chiste está escrito, casi, sin error… el Ingenio Español se va de España, emigra, pero en en este caso para no volver jamás.
Gracioso, triste… pero demasiado real. ¡ay, querida amiga!