Fuente de luz
gris contra la pared
comienza a andar.
Las jardineras
en el balcón cerrado
abren sus hojas.
El ojo de cámara
contra ojo de persona
es un cerrojo.
Cartón negro
alberga colorines
como yo antaño.
Diario
Fuente de luz
gris contra la pared
comienza a andar.
Las jardineras
en el balcón cerrado
abren sus hojas.
El ojo de cámara
contra ojo de persona
es un cerrojo.
Cartón negro
alberga colorines
como yo antaño.
Parece ser que «Texto» procede del latín, tal como indican en la web etimologías de chile:
La voz texto, presente en otros idiomas bajo formas muy parecidas: text (alemán e inglés), texte (francés), testo (italiano), proviene del latín textus, participio de ‘texo’, del verbo texere: ‘tejer, trenzar, entrelazar’. El DRAE lo define como «enunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos» y si se analiza su constitución interna se verán las muchas relaciones que existen entre los diferentes signos que lo componen y por ende se entenderá mejor el sentido de la palabra.
El verbo latino texere nos dio tejer y tejido en castellano. Su participio también nos dio contexto, hipertexto y pretexto. Este verbo viene la raíz indoeuropea *teks (tejer, fabricar con un hacha), que nos dio técnica, tecnócrata, tecnología, tecnosofía, a través del griego τέχνη (techne = técnica, arte).
Más en profundidad, procede del protoitálico *tekse/o-, y este del protoindoeuropeo *teḱ-s- («hacer», «fabricar»). Compárese el hitita takš- («construir»), el sánscrito तक्षति (takṣati) («formar», «fabricar») y el avéstico gatha tāšt («hacer», «fabricar»).
Y de ese origen común proceden maravillosas coincidencias como arquitectura, escritura y tecnología. Grandes pasiones que comparto.
*tek̂þ-, *teks-,
tejer, fabricar, asemblar, carpintería
Griego | Latín | Germánico | Castellano |
τέκτων [tekton] estructura, construcción, obra |
tectónico, arquitecto |
||
τέχνη [techne] técnica, arte |
técnica, tecnócrata, tecnología, tecnosofía |
||
tela | tela, sutil |
||
texere (tejer) |
tejer | ||
textus (tejido, participio de texere) |
texto, pretexto, hipertexto |
||
*thathsu | tejón |
Esto se veía ayer desde la ventana de la salida de mi piscina municipal.
¿Están preparando tumbas para la que se nos viene encima el 4M?
A mí ya no me extrañaría nada.
Miedo. Mucho miedo.
Parece que no pasa el tiempo:
Lo encontré en una agenda que estaba deshaciendo para reciclarla (reutilizarla, en realidad) del 2005, que había sido ya usada para servirme de cuaderno de los talleres que entonces coordinaba de Desarrollo de la Creatividad.
Tremendo.
Feliz 2005 y que la suerte les acompañe.
El otro día compré un micrófono USB para poner en la mesa donde ahora mismo estoy realizando los talleres de poesía y escritura creativa en formato «mixto» y no acaba de servirme, pues parece que da algún tipo de problemas con meet.jit.si que no encuentro con Skype. Es un poco rollo esto de la tecnología y no lo puedo expresar con palabras menos «ñoñas», pues es un problema ñoño.
Pero el micrófono venía con una oferta («de tiempo limitado», como si algo no lo fuera) en la que prometían 10€ en cupones de amazon para aquella persona que enviase un email con una captura de pantalla que mostrase que se había escrito una reseña positiva (jejeje) con un vídeo del producto.
Yo publiqué lo siguiente, que era verdad:
He comprado este producto con la intención de utilizarlo en vídeoconferencias en las que necesitaba que el micrófono estuviese situado a unos 2 metros del PC y recogiese sonido multidireccional sin problemas.
Ha sido inmediata su instalación/configuración en Linux Mint (no siempre es fácil para los que vivimos en esos entornos) y tiene una consistencia o solidez que augura buen resultado.
El embalaje es compacto y bien etiquetado, con claridad y con un aspecto muy profesional.
Y subí un vídeo grabado para la ocasión en casa, con un mínimo de intimidad mostrada, pero me quedó una rara sensación de estar «vendiéndome» por un puñado de euros… pero la verdad es que si los recibo me alegrarán y sentiré que he gastado menos de lo que quise haber gastado en la adquisición de este producto que, el jueves pasado, me dejó tirado a mitad de una clase online, con gente presencial esperando que yo resolviese unos problemas absurdos y, sí, algo rollo.
Y yo con la casa sin barrer…
Apenas escribo algo que merezca la pena.
Lo que escribo no tiene afán de encontrar nadie que lo lea.
Lo que escribo es la mayoría de las veces ilegible.
Lo que escribo no lo escribo sino que hago algo que lo escribe.
Lo que escribo no busca ser un libro y sin embargo
Lo que escribo lo edito yo para mí mismo en un ejercicio onanista que presume de ello.
Lo que escribo es indigno de ser llamado texto aunque sea texto.
Lo que escribo no es poesía y sin embargo no puede ser otra cosa.
Lo que escribo es una palabra tras otra o un número tras otro.
Lo que escribo son signos asémicos.
Lo que escribo huyen de la lírica tanto que acaban en las cloacas.
Lo que escribo no genera debate.
Lo que escribo es dictatorial.
Lo que escribo es lo que escribo (y punto).
Preciosas vistas desde una de las terrazas de Madrid, en la calle Gran Vía, 42. Esta foto es desde la parte de atrás del edificio hacia el norte de la arteria madrileña, donde se puede apreciar, en la distancia, ese famoso skyline que se ha ido construyendo a fuerza de especulación…
El otro día veíamos en un grupo una clase dedicada a Emmy Hennings, una de las fundadoras (olvidada, por motivos obvios) del Cabaret Voltaire, que dio origen a Dadá.
Me alegró la tarde (que no iba mal) que las dos personas que estaban asistiendo, en cuanto se mencionó la palabra «Cabaret», sacaron sendas boas cabareteras de colores vibrantes y no supe ni reaccionar. Me habría partido de risa, pero yo estaba «en modo serio» y me pilló con el pie cambiado. Ahora bien, no perdí la oportunidad de hacer una captura de pantalla que recogiera ese momento.
Poco a poco las clases de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 vuelven a ser presenciales; así, por ejemplo, ya van a serlo los dos grupos de los jueves (a las 8 y a las 9), salvo excepciones y, por supuesto, manteniendo todas las medidas recomendables para garantizar la seguridad, dentro de lo posible, además de ofrecer la posibilidad de conectarse online a quienes por la razón que sea no puedan o quieran venir presencialmente (lo que va a quedarse al menos durante un curso más, pues pronto volverá a haber nuevos oleajes que nos tendrán en vilo).
Esta opción es algo incómoda porque hay muchas dificultades tecnológicas que afrontar, como el hecho de tener que usar 2 dispositivos de cámara, uno para que se oriente hacia mí y otro hacia la gente que haya venido a la clase a seguirla de manera presencial. Pero al mismo tiempo evitando que los dispositivos de audio de ambos dispositivos se acoplen produciendo sonidos muy molestos que nos recuerdan que hay un medio, y no un fin.
He probado algunas configuraciones de equipos y seguro que podría ser mejor, si hiciese un desembolso de dinero irrazonable para el uso que le voy a dar… espero.
De momento, el portátil de backup de Carmen de la Rosa es el que utilizo para seguir la clase (es un equipo que ya no está en su punto álgido de rendimiento, pero que ha sido preparado para aguantar un poco más), mientras mi móvil (un Xiaomi de gama baja) es utilizado para que quienes no están puedan ver a quienes están presentes, montándolo sobre un trípode para que esté a una altura conveniente.
El problema es que necesitaría un micrófono con altavoz inalámbrico para conectarlo al móvil que pudiese poner en el centro de la mesa y nos oyesen con claridad, pero quiero ahorrar ese consumo utilizando los recursos que ya tengo, así que he montado una especie de Frankenstein con unos micrófonos inalámbricos que tenía y un auricular también inalámbrico que me regalaron mis alumnos hace más de un lustro.
Probaré un par de clases a ver si tengo que terminar por adquirir un chisme más que seguro que me da algún problema de compatibilidad con mi Ubuntu Studio…
cambias el teclado
y los dedos no encuentran la forma de escapar
al filo de un amanecer
plagado de ruido muerto
son lágrimas del silencio
que anocheció temprano.
Programa *Amapolas en el Cráter*.
*20 minutos de voces habitando el espacio sonoro con poesía*. Poema de poemas propios o ajenos, fragmentados o completos. Textos recitados por poetas de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la *Asociación Cultural Clave 53*. Te esperamos con nuevos episodios de Amapolas en el Cráter en nuestra web (*clave53.org*)
En este episodio han participado:
https://anchor.fm/clave53/episodes/Amapola-044-ev17l5/a-a28efov