Nada conocía de esta escritora, una de las precursoras del feminismo occidental, ni tampoco de la Querella de las Mujeres, un episodio que se originó en la literatura, a modo de debate académico en defensa de la capacidad intelectual, el derecho de las mujeres al acceso a la universidad y la política de las mujeres frente a la misoginia.
querelle des femmes es el nombre por el que se conoce al debate literario y académico que tuvo lugar a lo largo de varios siglos abarcando desde finales del siglo XIV, en la Europa medieval, hasta la revolución francesa en el siglo XVIII
¡Qué lejos parece y qué poco se ha avanzado en muchos ámbitos desde hace ya 7 siglos! Parece mentira, pero lamentablemente no lo es.
Se me rebatirá diciendo que se ha avanzado mucho, pero no me lo parece, teniendo en cuenta que es una justa reivindicación de hace 700 años. ¡Es una barbaridad!
Y también lo es que yo no supiera nada de ella, pero claro, no me lo contaron en todos mis años académicos.
Ahora una de esas barbaridades ha caído por casualidad, más que por causalidad: Viendo la serie The Great en la plataforma de vídeo bajo demanda (streaming) StarzPlay, me encontré desconfiando de la propuesta que le atribuían en la misma a la poco fidedignamente retratada Catalina II acerca de tratar la viruela con una «viruelización», que sería una especie de tratamiento similar a las vacunaciones.
Me dio por leer sobre la variolización y me di cuenta de que no era tan inverosímil esa atribución, pues ya a principios del SXVIII Mary Montagu había luchado por el reconocimiento de esta técnica para el tratamiento de enfermedades contagiosas, mucho antes de que se extendiese la sistemática vacunación atribuida a Edward Jenner.
Y leyendo sobre la biografía de tan singular mujer, me encontré con otra no menos relevante y también desconocida para mí hasta el punto de suponer que el feminismo había comenzado en el SXIX… en el mejor de los casos: la autora de la frase «Si todos los hombres nacen libres, ¿por qué todas las mujeres nacen esclavas?»», quien no era sino Mary Astell.
Me hizo mucha gracia encontrar en la descripción de su formación que aparece en la wikipedia la frase:
ella estaba asociada a la escuela filosófica con sede en Cambridge que basaba sus enseñanzas en los filósofos radicales tales como Aristóteles, Platón y Pitágoras.
pues no me había parado a pensar nunca en lo radicales que realmente eran, aunque sí, lo son en tantos sentidos que queda fuera de este texto el desarrollar su radicalidad. (Ay, querido Pitágoras…)
Quizá por una recomendación de la aplicación para teléfono móvil de la wikipedia, accedí a esta polémica de la Querella de las mujeres y a la primera mujer que pudo aportar su propia voz al debate (hasta entonces sólo mantenido entre hombres, «curiosamente»): Christine de Pizan de quien se dice:
Christine de Pizan (Venecia, 1364 – Monasterio de Poissy, hacia 1430) fue una filósofa, poeta humanista y escritora. Su obra más conocida es La ciudad de las damas (1454), considerada por algunas autoras como precursora del feminismo occidental y se sitúa en el inicio de la llamada querella de las mujeres, un debate literario surgido en torno a la situación de las mujeres y su defensa frente a la situación de subordinación que marcaba la época.
Aunque me parezca recomendable comprarlo, leerlo, regalarlo, etc, he encontrado esta versión escaneada en PDF (que usaré para mis talleres) de su libro más emblemático: La Ciudad de las Damas, una especie de primer protomanifiesto feminista, aún muy lejano del que en el SXX escribiera Mina Loy, pero desde entonces y hasta ahora… ¡Feminismo!