El futuro. Una familia ha conseguido embarcarse en una de las naves que dejan atrás la Tierra tras un cataclismo mundial. Sobreviven a una selección férrea de pruebas de aptitud diversas. La familia consiste en un padre, una madre, dos hijas y un hijo. Todo sin ambigüedad «ni cosas de progres«. Sobreviven a un aterrizaje forzoso en una galaxia muy muy lejana a la que no saben cómo han llegado. La madre es la ingeniera aeroespacial que sabe cómo funciona todo en la nave. Sobreviven al ataque de seres extraterrestres. Sobreviven a una noche a la intemperie intergaláctica. Sobreviven a una lluvia de meteoritos. Sobreviven a un hundimiento en un glaciar. Son una familia del futuro. Cenan comida procesada con una impresora 3D. Todo es muy moderno. Se van a descansar mientras la madre (la ingeniera aeroespacial que sabe cómo funciona todo en la nave), la madre recoge la mesa. Solo faltó que fuese a por las zapatillas espaciales, eso sí, y sacase una cerveza termonuclear para que el maridito pueda ver el partido de baseball (a punto estuvo) de su hijo contra un robot alienígena.
Bufff… no siempre el Test de Bechdel es suficiente para ver que el machismo está incrustado en nuestras mentes.