No creo en el pecado

pecado Del lat. peccatum. 1. m. Transgresión consciente de un precepto religioso. 2. m. Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido. […]

No creo en el pecado.
No creo en la transgresión consciente de un precepto religioso.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo a la religión.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la naturaleza divina y esencia del ser de Dios.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la naturaleza divina y esencia del ser de Dios.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la naturaleza divina y esencia del ser de ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo.

Creo en el universo.
Lo demás, me resulta superfluo.

Yo soy el SPAM

Invitado por Andrea Vidal Escabí a participar en una iniciativa de arte postal en principio orientada a los 7 asistentes (ella incluida) de su grupo del Taller de Poesía de Clave 53 en el que se encuentra, decidí hacer extensivo del mismo a mi querida Carmen de la Rosa y enviarle esta postal fabricada con una fotografía orientada a una renovación de DNI o Pasaporte que, por la razón que fuera, había quedado sin usar. 8 fotos no usadas para una renovación que posiblemente ya no me servirían por el paso del tiempo fueron lo utilizado para la cara A de la postal, que rezaba SPAM.

La propuesta de Andrea era la de generar postales/collages con el correo no deseado, pero hace años que no recibo nada que no desee recibir. Es extraño, es como si hubiese dejado de existir como consumidor. ¿Se habrán dado cuenta?

Pero como no recibo SPAM (correo no deseado) en papel, estuve tentado de realizar algún tipo de collage con el SPAM electrónico, pero implicaba imprimirlo en algún momento y me parecía contrario al espíritu de la propuesta, que trataba de recuperar el papel innecesario, no tanto de generar nuevos papeles innecesarios.

Así que terminé por asumir que mis fotografías (ya obsoletas) eran ese papel innecesario con el que realizar, sobre cartulina negra, un simple mensaje que dijese que yo soy el SPAM, lo que no deja de ser triste: ¿no soy en absoluto deseado? e instaba a hacer «conmigo» lo que se quisiera.

En realidad, no sé si quería decir (sí lo sé, pero no pienso desvelarlo) si ese «conmigo» era conmigo como persona o conmigo como representación de una persona. ¿Quién está diciendo ese «conmigo»? ¿Soy yo (el que escribe) o es mi fotografía o la postal?

En cierto modo, cada cual es libre de interpretarlo a voluntad, teniendo en cuenta que me defenderé de aquello que no me guste que me hagan. Supongo.

Virginia Eubanks

Este lunes estuve leyendo sobre Desigualdad Social provocada (intencionadamente, sin mala intención) por los «Algoritmos», aunque no se refieren al algoritmo de Rufini para encontrar raíces de polinomios, ni al algoritmo de la raíz cuadrada…

Me topé con este artículo o entrevista a Virginia Eubanks: “Si no los diseñamos para inclinarse hacia la justicia social, los algoritmos ampliarán las brechas sociales

Y a raíz del mismo decidí dedicar parte del día a ver un vídeo suyo, una conferencia en la que profundizaba sobre el tema presentando su libro (casi sin presentar un libro, sino su contenido, lo que es muy de agradecer):

Algo me chirría cada vez que veo vídeos como este, casi contrasistema, que sin embargo están patrocinados por Telefónica, Banco Santander, accenture y El País.

El contenido sigue siendo importante, pero no sé por qué no puedo tomármelo demasiado en serio. Y por otro lado soy plenamente consciente de que son necesarias esas colaboraciones para poder llegar a tener algo de impacto social.

Es decir, lo que hace funcionar «el algoritmo» es que tenga sus propias autocríticas que nos hagan pensar/creer que todavía hay alguna oportunidad de luchar contra «él». Básicamente, la forma de funcionar del capitalismo. ¿Casualidad? ¿Causalidad?

nivel de inteligencia perturbada

El otro día me encontré con una de estas imágenes famosas de «fondo/forma», que tan de moda estuvieron hace unas décadas. Incluso llegué a verlas usadas en mis clases de Química Cuántica para explicar la dualidad onda-corpúsculo.

Esta vez era una imagen llamada test-viral-paloma (lo cual indica qué pretenden que se vea antes, aunque no se hayan dado cuenta de que es una indicación explítica).

El artículo en el que estaba anunciaba lo siguiente:

¿Cuál es tu nivel de inteligencia? Mira y responde con la verdad en este test de personalidad.

Una de dos opciones puedes percibir en el primer vistazo. Solo responde honestamente qué figura viste para que el test de personalidad de una respuesta certera.

El problema es que yo siempre veo más de una respuesta a la vez. Quizá sea un problema derivado de mi falta de visión, pues tiendo a desenfocar miopemente hasta que poco a poco voy centrándome en algún foco concreto.

Pero lo que puedo asegurar es que, igual que me ocurre con los «problemas de las 7 diferencias», siempre encuentro muchas más respuestas acertadas, haciéndome dudar de las presumiblemente respuestas acertadas.

Y es que la duda… ay, siempre la duda.

Lo que te dije que me dijiste que te dijo…

Tiene que haber un nombre para ese tipo de conversaciones que versan sobre si lo que se dijo se habría dicho o no se habría dicho antes, en una conversación que muy probablemente versó sobre si lo que se había dicho se habría dicho o no se habría dicho antes…

– Sí, si me lo habías dicho.
– Yo no te dije eso que dices que te había dicho.
– Sí, sí me lo dijiste.
– No. No te dije eso.

Y así se consumen minutos de una tarifa plana que está bastante aburrida de oírme.

Presentación La Piel del Ciruelo

Hoy presento el libro de Raquel G. Figueiras que ha editado la librería/editorial de Pepe Olona, Arrebato Libros, que lleva siendo un gestor cultural desde hace casi dos décadas.

La portada del libro es una ilustración/collage de mi querida Tanja Ulbrich.

Se presenta en la Galería Covington, en Madrid, a las 19:30 horas del viernes 20 de mayo de 2022.

Hay muchas personas «implicadas» en la presentación.

Yo no lo he escrito.
Yo no lo he editado.
Yo no lo he prologado.
Yo no lo he diseñado.
Yo no lo he organizado.

¿Qué pinto yo allí?

Hoy lo sabremos.

espacios vs tabulaciones

Me he reído muchísimo viendo este vídeo y recordando la cantidad de estériles discusiones entre seguidores de emacs y los que, como yo, adoramos el VI.

Iba a comenzar con espacios esta pequeña entrada en mi blog, porque son mucho más fiables que esos asquerosos tabuladores que no sabes a dónde te pueden acabar llevando.

De lo primero que hago en linux al instalarlo de nuevas, es configurar el número de espacios por los que se sustituye un tabulador en VI. Faltaría más. 😀 emacs… Puag!

Sé que mi humor es poco comprendido, pero me divierte tanto… como realizar mis piezas con material tan simpático como tarjetas de memoria RAM de 1Mb

Incendio

Así empezaban nuestros tres días de relajación en la sierra madrileña.

Le regalé a Carmen por su cumpleaños (porque le hacía mucha falta) una noche de hotel en un lugar maravilloso llamado Hotel Corzo en el puerto de Navacerrada que incluía restaurante de comida de autor (que satisfizo sobradamente expectativas).

Habíamos llegado al chalet de mis padres (ellos están en su residencia de invierno) el viernes por la noche, a eso de las 11:45. Tomamos una manzanilla y un poleo y nos acostamos con intención de despertarnos temprano al día siguiente y salir hacia Navacerrada antes de que saliese mucha gente y aprovechar la mañana.

A la 1:20 de la madrugada, oíamos ruidos y Carmen preguntaba cuál era el origen de los mismos, así que decidí levantarme para tranquilizarla y asomarme a la puerta a ver, intentando no temer que fuese alguien que quisiese descuartizarnos en mitad de la noche. Iba relajado, suponiendo que algún idiota estaría haciendo ruidos.

Desde la ventana frontal de la planta de abajo de la casa de mis padres en Colmenar, lo que vi era (literalmente) dantesco: Llamas de más de 4 metros de altura que cubrían la totalidad de la valla de la casa.

Inmediatamente, llamé a Carmen para que se vistiese por si teníamos que salir corriendo, o teníamos que ser rescatados por servicios de emergencia.

Carmen preguntó qué pasaba y le dije que había un incendio. Vino a ver(ificar) y entró en pánico, comprensiblemente, por otro lado. Le ordené (me puse un tanto imperativo, en un vano intento de poner orden) que cerrase las ventanas de abajo, mientras yo cerraba las de arriba. Así aproveché para tener una mejor imagen de lo que estaba pasando (desde ahí está hecha la fotografía que acompaña esta entrada en este diario personal) y parecía que el fuego era en la casa de enfrente, no en la nuestra.

Me precipité a llamar al 112, mientras mi querida Carmen lloraba y pedía que llamase a mi hermana. Así que ella la llamó y sobresaltó diciéndole que íbamos a morir, que no podíamos salir de casa… y yo le arrebaté el teléfono para decirle a mi hermana que la cosa no era tan terrible, pero que sí era bastante seria.

En el 112 me dijeron que ya estaban sobre aviso y vinieron en menos de 5 minutos desde que yo llamé. Volví a subir para ver si nos decían algo y realicé la fotografía de la portada.

15 minutos más tarde me atreví a acercarme a la vaya y, teniendo la precaución de no tocar nada metálico (que estaba a altas temperaturas) asomarme a ver la calle.

Abrí la puerta del jardín y pregunté a los bomberos si era seguro estar en la casa y me dijeron que sí. Que era lo más seguro.

Mi hermana estaba en la calle, acercándose lo más que le dejaban, pues habían cortado la misma. La dejaron pasar con la excusa de que sus padres eran muy mayores y estaban asustados en la vivienda. Es cierto que somos personas mayores que ella y seguramente más asustadizos, así que sólo era falso que fuésemos sus padres. 😉

Una vez en la casa, nos fuimos tranquilizando viendo que se podía salir y entrar, así que no íbamos a morir. Pero nos recomendaron cerrar y quedarnos un rato allí.

Así que estuvimos hasta las 3:30 de la mañana intentando bajar las revoluciones y atendiendo a las labores de extinción y precaución.

Nos dijeron que había una fuga de la tubería de gas natural que circula a lo largo de toda la calle pero que no podían cerrarla porque los grifos se habían derretido. Así que tuvieron que llamar a especialistas que cerraron toda la tubería desde más allá de 200 metros.

Ya no teníamos muchas ganas de quedarnos a dormir relajadamente en esa casa, así que nos fuimos con mi hermana y mi cuñado a dormir a la suya.

A la mañana siguiente, ya no teníamos tantas ganas de madrugar como para ir a hacer caminadas por Navacerrada, pero sí nos vino muy bien el relajante hotel que teníamos reservado, para pasar un par de días agradables y como en una nube (pero no de humo).

Pero eso es otra historia…

Sangre de mi sangre

Sangre de mi sangre
estampada en la pared.

Mancha
negra y roja
negra y rota
recordando un insomnio.

Vampiridad
asesinada.

Sangre de mi sangre
que será derramada por siempre
para el perdón de mis pecados.

Eran las cinco,
eran las cinco en punto
de la noche
y la bestia seguía matando
mi endeble
tranquilidad.

Sangre de mi sangre
nueva y eterna
células ocres de vida muerta
contra el cerúleo recubrimiento
de la obra de albañilería vertical
que limita mi sueño
de alas infinitas.

No creo en el pecado.
No creo en el sueño eterno.
No creo en la eternidad.
No creo en la verticalidad.
No creo en el infinito.

Pero la bestia,
minuto a minuto,
con su abuso de certidumbre
inyectaba
dolor
en mi incredulidad.

Esto no es una broma