Este lunes estuve leyendo sobre Desigualdad Social provocada (intencionadamente, sin mala intención) por los «Algoritmos», aunque no se refieren al algoritmo de Rufini para encontrar raíces de polinomios, ni al algoritmo de la raíz cuadrada…
Me topé con este artículo o entrevista a Virginia Eubanks: “Si no los diseñamos para inclinarse hacia la justicia social, los algoritmos ampliarán las brechas sociales”
Y a raíz del mismo decidí dedicar parte del día a ver un vídeo suyo, una conferencia en la que profundizaba sobre el tema presentando su libro (casi sin presentar un libro, sino su contenido, lo que es muy de agradecer):
Algo me chirría cada vez que veo vídeos como este, casi contrasistema, que sin embargo están patrocinados por Telefónica, Banco Santander, accenture y El País.
El contenido sigue siendo importante, pero no sé por qué no puedo tomármelo demasiado en serio. Y por otro lado soy plenamente consciente de que son necesarias esas colaboraciones para poder llegar a tener algo de impacto social.
Es decir, lo que hace funcionar «el algoritmo» es que tenga sus propias autocríticas que nos hagan pensar/creer que todavía hay alguna oportunidad de luchar contra «él». Básicamente, la forma de funcionar del capitalismo. ¿Casualidad? ¿Causalidad?