Tras las contraventanas
el ruido de la noche
ronda mi almohada.
No hay tiempo
tras un ojo cerrado
por la tormenta
que no acabe en la duda
de la miseria.
Tras las contraventanas
la organización de la guerra
sigue su ritmo.
Diario
Tras las contraventanas
el ruido de la noche
ronda mi almohada.
No hay tiempo
tras un ojo cerrado
por la tormenta
que no acabe en la duda
de la miseria.
Tras las contraventanas
la organización de la guerra
sigue su ritmo.