Ubuntu me ha perdido hace años

giusseppe@TANGOMIX:~$ sudo apt upgrade
Leyendo lista de paquetes... Hecho
Creando árbol de dependencias... Hecho
Leyendo la información de estado... Hecho
Calculando la actualización... Hecho
The following security updates require Ubuntu Pro with 'esm-apps' enabled:
libimage-magick-perl imagemagick libjs-jquery-ui libopenexr25
libmagick++-6.q16-8 libmagickcore-6.q16-6-extra libimage-magick-q16-perl
libmagickwand-6.q16-6 imagemagick-6.q16 libeditorconfig0
libmagickcore-6.q16-6 imagemagick-6-common
Learn more about Ubuntu Pro at https://ubuntu.com/pro

Tengo instalados varios ordenadores con Linux Mint, pero los de Carmen los tenemos instalados con Ubuntu, pues se enamoró de una distribución llamada TangoStudio que venía con muchísimas utilidades relacionadas con la música y con un fondo de pantalla que seguimos copiando de PC en PC.

Desde que Ubuntu apostó por Unity yo dejé de apostar por Ubuntu (al menos como tal) y aunque hay muchas ocasiones en las que he instalado distribuciones que no usan Unity (lo que en el mundo ubuntu se conoce como «flaveurs»), llevaba tiempo oyendo hablar mal en los foros de linuxeros sobre Canonical, que es la empresa que está «comercializando» ubuntu.

Pero hay un par de cosas que han colmado mi vaso:

En primer lugar, ha dejado de apostar por distribuciones ligeras (incluso la versión «Lubuntu» ha dejado de ser fiel a lo que significa esa L inicial, obligando a instalar, ni más ni menos, que KDE/Plasma como gestor de ventanas), así que he empezado a explorar la infinita variedad de distribuciones de Debian.org que hay disponibles y que, desde luego, son mucho más ligeras.

Pero en segundo y definitivo lugar, este mensaje que me ha salido en una de las actualizaciones de uno de los equipos de Carmen y que parece que quiere apostar por un «linux» PRO, que, por supuesto, tiene coste y no es en absoluto código abierto. Lo siento, pero antes que seguir por ese camino, acabaré adquiriendo un Mac.

Afortunadamente, aún hay muchas alternativas a Ubuntu que siguen manteniendo, en mayor o menor medida, el espíritu de software libre subyacente en los inicios de Linux. (Soy consciente del precio del software, pero también de la voluntad de cambiar el mundo con trabajos colaborativos que no tienen como único valor el precio).

Esto no es una broma