Los días se suceden
como generaciones de lemmings
tirándose al precipicio del olvido.
Las semanas vuelan
en low-cost
casi sin poder respirar.
Los meses caen
hojas de calendarios
quedándose desnudos.
Las estaciones emigran
dejando tras de si
un rastro de cadáveres.
Los años pasan
de largo
abonando de nieve mi cerebro.
Las décadas emergen
única medida con sentido
para afrontar la vida.
¿Y las horas?
¿Y los minutos?
¿Y los segundos?
¿Y este instante?