Trabajo bueno bonito y barato

Podría resumirse en trabajo bien hecho, pero no sé si se ajusta la imprecisión de «bien» a lo que realicé instalando 2 servidores de ficheros linux en, casi, alta disponibilidad y resistencia a fallos, sincronizados, para una escuela de una compañía querida de teatro, llamada Residui.

Partíamos de un servidor (ubuntu 18) que usaban desde hacía décadas (sí, décadas) que había contenido windows que ya no usaban en dual boot, y funcionaba, pero claro, de cuando en cuando les daba sustos como el día en el que no arrancaba por un problema con el disco duro:

Era un equipo en el que había estado «metiendo mano» un montón de personas de manera desordenada, como viene siendo habitual en un entorno como este, de empresa minúscula que quiere gastar lo mínimo posible en esto, para poder dedicar su principal inversión a lo que verdaderamente hacen: Teatro.

Pero ya había llegado a un punto en el que el pobre chisme no daba más de sí. Y también lo necesitaban, así que les recomendé que compraran un segundo disco duro interno SATA (1Tb) como mínimo para incorporar a este PC (usado como servidor de ficheros con protocolo SAMBA/SMB).

Lo hicieron y me contrataron para reinstalar sistema operativo (iba terriblemente lento), borrar lo existente (menos sus datos compartidos), poner algo de orden y añadir el nuevo disco adquirido.

La placa SFF apenas tenía hueco para el disco incorporado, pero se pudo pegar al lateral de una de las paredes de la caja y quedó un poco chapucero pero funcionando por el mínimo precio posible.

Les avisé, no obstante, de que no me quedaba muy tranquilo, pues tener un único servidor y no hacer backups más que una vez cada año, aproximadamente, me parecía estar en la cuerda floja y son actores, no funambulistas.

Por fin, hace unos días, dado que el servidor les hacía mucho ruido, planteamos otra intervención, de nuevo, invirtiendo lo mínimo posible (otro disco duro interno de 2Tb) y un segundo PC que tenía mucho más espacio en la caja así como una placa muchísimo más moderna.

En esta situación, les he instalado el el segundo disco interno de 2Tb (DATOS1) y el que les pedí que comprasen para el antiguo servidor de 1Tb (DATOS2). Con esto, sin hacer muchas modificaciones a su linux mint 18 (que algún día tendrán que actualizar) y sin borrar las particiones que no usan de cuando en ese PC había instado un sistema operativo windows, tenían un flamante nuevo server (R1) en el que todo les funciona mucho mejor.

Pero aprovechando mi habilidad para recuperar cosas de trastos viejos, les dije que un antiguo portátil que tenían sin poder usar porque no funcionaba la fuente de alimentación, ni el conector de la corriente, contenía, sin embargo, un disco duro inutilizado que podíamos trasplantar a su antiguo server (R2). Con esto, teníamos en R2 dos discos duros, el interno de 1Tb (DATOS1) y el de 750Gb (DATOS2) que habíamos rescatado de aquel portátil para tirar.

Así, podíamos hacer un servidor de respaldo ante caídas inesperadas del R1, programando, además, una sincronización entre R1 y R2 con un rsync bastante sencillito, que replicase R1:/DATOS en R2:/DATOS para lo que tuve que configurar las conexiones SSH entre ambos equipos con sus claves públicas RSA intercambiadas.

Me quedé con una bonita sensación de satisfacción por haberles ahorrado todo el dinero posible y, al mismo tiempo, proporcionarles un sistema (2 equipos en alta disponibilidad) gastándonos lo mínimo, reciclando (reutilizando) recursos y, en la medida de lo posible, dándoles toda la autonomía necesaria para que no requieran mis servicios salvo muy puntualmente.

Sé que así no me haré rico, pero…

Cuando la cigarra despertó…

el dinosaurio…

[¡QUE NO, QUE NO ES OTRO MÁS DE ESOS CUENTOS!]

Repito:

Cuando la cigarra despertó
de su sueño feliz,
la hormiga
era vieja,
su sueño era plácido.

[TAMPOCO DOMINGO]

Vuelvo a intentarlo:

Cuando la cigarra despertó
de su sueño feliz,
la hormiga
había construido
una ciudad que habitar
donde las cigarras tenían
prohibido cantar.

Cuando la cigarra despertó,
también envejecida,
su sueño feliz,
ahora ajado,
se había desvanecido.

(Como si un dinosaurio
(llamado vida)
lo hubiese pisoteado).

Entropía, masa crítica, política y feminismo

Que las corrientes feministas se hayan separado (divergido, que no escindido) no es nada raro si se tienen en cuenta variables como la entropía, la masa crítica de cardúmenes varios y la incidencia de las campañas electorales en la tergiversación de la información hasta manipulación de la población.

Un sistema, generalmente, gana en complejidad a medida que el número de elementos del mismo aumenta, lo que significa que se tiende a aumentar el desorden (entropía), la desunión y, como consecuencia, las divergencias dentro del mismo aparecen, resultado de una natural dinámica de fluidos.

Pero lejos de ser un mal síntoma cabría leerlo en clave «optimista» desde el punto de vista de quien ve que el número de seres humanos que se consideran feministas ahora mismo es tan elevado como para haber superado una masa crítica que produce la reacción de fisión correspondiente. No obstante, la reacción sigue teniendo lugar. La explosión de feminismo avanza por todas partes.

Si a ello le añadimos las tensiones partidistas resultado de la necesidad de desear imponer agendas electorales (suponemos que con la mejor intención posible de hacer que la ciudadanía sea más y más feliz cada vez), el resultado no podía ser otro que el de aparentar desunión, donde yo veo agitación (gases o fluidos versus estructuras cristalinas sólidas) esperable en un sistema de alta entropía.

Un encuentro inesperado

Viendo una serie bastante «tontuna» en netflix para pasar la sobremesa de diario con Carmen sin salir corriendo a trabajar, me encontré con este fragmento de la cabecera que me recuerda muchísimo a una amiga suya y coordinadora de una de las milongas más exitosas de Madrid.

(Con respecto al éxito de convocatorias de eventos:

No me canso de repetir que éxito no es tener mucha gente que acuda a tus eventos, sino tener mucha gente que está contenta de haber acudido a tus eventos. No siempre coinciden ambas acepciones)

Decimonónico

Cuando dices de algo que es decimonónico estás dejando claro que tu siglo es el pasado, el siglo de Cambalache, estás demodé y lo sabes o no lo sabes. No entiendes debates que parecen no ir contigo, no comprendes usos del lenguaje que te parecen modas, como si no fueran siempre las modas la forma de ir haciendo del lenguaje un habla, no te gusta la forma de vestir, te parece caro lo que antes era, según tú, accesible… vamos, que casi estás dispuesta a asumir que con Franco o contra Franco se vivía mejor.

No es mi caso, pero a veces sí siento que mi siglo ya no es este. Es curioso, porque es muy probable que acabe viviendo más años en este 21 que en el SXX, y sin embargo mi tiempo pasó.

Tengo un proyecto abandonado, o más bien postpuesto, de 100 CDs al que he llamado «mi siglo» que hace referencia a ese siglo que puede que viva, eso sin ser una, no tan velada, referencia al libro de Gunter Grass.

CDs: esas cosas que servían para almacenamiento de datos en una era que está más que terminada. Son algo casi decimonónico. Y quizá por ello tenía que usarlos.

Presentación de poemarios de Ernesto Pentón Cuza

Viernes 17 de Marzo a las 19:30
Presentación y recital de los poemarios de Ernesto Pentón Cuza en la Librería MenosDiez (Calle Espejo, 5, Ópera/SOL):

Editados por Giusseppe Domínguez y la Asociación Cultural Clave 53

Generoso ágape tras la presentación.
¿Te lo vas a perder?

La poesía IA IA IA…

He decidido que quiero entrenar a una IA (Inteligencia Artificial) para que escuche poesía, no para que la escriba, que eso ya lo hago yo. 😛

Harto de ver cómo la gente genera «poemas» con una IA no hago más que pensar (con esta inteligencia natural que tengo) que ¿por qué no se entrena a la IA para que escuche poesía y no para que la escriba?

En realidad, se entrena a las IA para que HAGAN cosas, pero eso está dejando claro a qué acciones no consideramos HACER, por ejemplo: escuchar, atender, aprender, respetar… y sólo son medios, caminos para conseguir fines en esta distopía maquiavélica llamada SXXI.

Voy a escribir (seguramente por carta y manuscrito en búsqueda de lo analógico anacrónico) a varias personas enviándoles un texto que diga:

Este poema está escuchado por una IA de código abierto.

Ucrania en pequeñas dosis

Veo esta pintura sobre un bolardo de piedra de la calle y lo fotografío para enviárselo a una alumna ucraniana de los talleres de poesía para decirle, sin decírselo, que estoy de su lado en esa «guerra» que es sencillamente una invasión.

Es curioso que, lo primero que le dije justo hoy hace un año es:

Pero dejar de depender de la energía rusa tendrá un coste complicado de asumir para europa y los europeos…

y no me equivocaba. Europa sigue con reacciones tímidas y negociando con Rusia pues la dependencia energética parece ser imposible de romper así como así. El otro día leía sobre la necesidad de seguir adquiriendo energía nuclear a Rusia y por muy rápido que queramos fluir a otras fuentes de energía, en una carrera que no se está haciendo seguramente con mucha cordura y planificación, no va a ser sencillo abandonar sin entrar en una crisis inasumible para la ciudadanía europea.

Así que hacemos pintadas en bolardos de piedra de la calle y algunos gestos incluso institucionales como las banderitas en la Cibeles de Madrid (aunque unos días después las sustituyeron por las de Qatar).

Yo aún recuerdo mi equidistancia o aparente neutralidad en el conflicto Libio y en tantos otros de cuyos resultados no soy consciente pues dejan de ser noticia y no es fácil permanecer informado.

Cada día me encuentro inserto en menos causas.
Cada día me encuentro menos.
Cada día menos.
Cada día.

Esto no es una broma