Apología de la violencia

El otro día un hombre me pidió ayuda:

Quería crear una página web
que pudiese recaudar dinero
(como si yo supiese hacerlo)
mediante algún tipo de mecanismo
similar a las ayudas de la web change.org.

Mi primera sugerencia
fue que crease la página
quizá con wordpress
y luego añadiese un plugin
de esos que abundan
para recolectar dinero.

Otra sugerencia
mucho más simple
era la de crear un botón
con una cuenta de paypal
como la que tengo en mi subscripción
a este diario
al que apenas hay dos personas
subscritas.

Pero seguía insistiendo
e incluso
quería contratarme para que yo lo hiciese.

Ahí le pregunté
(quizá tenía que haber empezado por ahí):

¿para qué lo quieres?

Y me explicó que su objetivo
era conseguir dinero para ofrecer una recompensa
por la captura de quien él consideraba
que eran los tiranos del planeta:
Putin, Milei, Trump, Pedro Sánchez…
y un sinmúmero de otros políticos
que no parecían tener un criterio de inclusión
muy definido.

Su frase empezó algo así como:

Pagar dos millones de dólares
por la cabeza de…

y ahí le paré.

No, mira, conmigo no cuentas
para eso
y no me agrada ni siquiera
tu propuesta
que es claramente una apología de la violencia.

Pero él insistía que así
los males del mundo se iban a terminar
y que si no para guillotinarles
sí para llevarles al Tribunal Internacional de la Haya.

Le comenté que en el Tribunal de la Haya
no les iban a condenar
y que su propuesta hacía aguas por varios sitios
aunque ya lo único que yo quería
era que se marchase de la mesa
que yo tenía que atender
y me dejase en paz.

Por supuesto
por ingenuidad
ni siquiera me detuve a pensar
que seguro que ese dinero
que él hubiese recaudado
no habría acabado sirviendo para ningún otro propósito
que su enriquecimiento personal.

Es una persona con la que prefiero
no tener que volver a cruzarme
pero el mundo
a veces
es demasiado pequeño.

Esto no es una broma