El viernes y el sábado pasado hemos estado en casa con cortes muy largos de agua, sin ninguna explicación por parte de ningún organismo responsable (ayuntamiento, por ejemplo) cuando ha sido un corte generalizado en una de las zonas más densamente pobladas del país.
No ha habido protestas, ni gritos, ni escándalo: somos una sociedad altamente sumisa.
Al fin, después de casi 2 días con dificultades como fregar, cocinar, ducharse, etc, se han dado por concluidas las incidencias y seguimos la vida tan normalmente, como si no hubiese guerras.