Enciendo la chimenea de una casa rural
haciendo turismo y pensando
que es lo menos ecológico que pueda haber
que es lo menos cuidadoso
con el entorno rural
al que verter los resultados
de una combustión innecesaria
en aras
(quería escribir «en aras»)
de un romanticismo irracional
que no tiene en cuenta
que ese árbol
no necesitaba
mi excursión
ni mi turismo
en un vehículo
también de combustión
necesario para acceder a una casa rural
con chimenea
para que yo
absoluto inexperto en estas lides
gaste 4 pastillas de queroseno
y 4 fragmentos de rama
de un árbol
que no tengo ni idea de reconocer
incluso después de haberlo usado
para calentar casi innecesariamente
la casa rural
en la que estuve alojado
casi innecesariamente.
La foto es simpática.
(Que se lo pregunten al árbol).
La vida no.