El libro colectivo de este curso iba a ser más caro que lo que fue finalmente, así que he decidido dar algo de ese dinero de vuelta en forma de un detalle que seguro que agradecerán.
He diseñado estas bonitas postales a modo de marcapáginas o recordatorio o lo que sea, que llevan un plus de diseño y uno más de suavizado en el acabado de las cartulinas contratando un millar en VistaPrint.
Ojalá no me dé muchos problemas y lleguen mal. El mundo de pasar de lo digital a lo analógico siempre tiene algo perturbador y complejo, de incompletitud (sin referencias a Gödel) e insatisfacción, pero al mismo tiempo de sorpresa y calidez como sólo tiene lo táctil.