Blues

No soy capaz
de escribir un blues.

Sospecho que no he vivido
lo necesario.

No he trabajado en un matadero.
No he alimentado ganado.
No he cosechado algodón
bajo la bota de un capataz
incapaz.

Apenas he salido de esta ciudad
de un continente
explotador
de otros continentes
salvo una excursión
que mi memoria fantasiosa
ha convertido en aventura.

Mi vida de privilegio
es ostentosa,
es normal
dentro de un universo
en el que la normalidad
triunfa,
la mediocridad
avasalla.

Mis dramas
son
si un poema
tiene que respetar
la canónica puntuación
que dicta una academia caduca
o no,
si un poema contemporáneo
ha de defenderse solo
o necesita ayuda,
explicación,
contexto,
concepto.

Estos dramas
ridículos
frente a un mundo
que deja que caigan bombas
sobre población indefensa
y discute sobre canciones
de un concurso musical trasnochado
no parecen tan ridículos
después de todo.

Pero es que ridículo
por ridículo
se anulan
en un rayo de luz ultravioleta
por decir cualquier cosa
que suene interesante.

Esto
obviamente
(adverbios mediante)
no es un blues.

La pesadilla de ver FERROS digitales en linux

Cuando me envían FERROS digitales de la imprenta para verificar que todo está OK y proceder a dar el VISTO BUENO para pasar a producción siempre me veo limitado por el hecho de que Linux no es muy amigo de Adobe, así que tengo que acabar haciendo una comprobación extra en una máquina virtual con Windows 7 (piratilla) con un Adobe Acrobat Reader instalado y abrir el documento ahí.

Hoy me encuentro con esto ahí:

Y me echo a temblar por no estar seguro de si es mi visor de PDFs el que está jugándome malas pasadas o hay algún error en el PDF original. Lo pruebo en varios sistemas: en Linux, en Windows 7 sobre máquina virtual, en el móvil Android… lo envío a alguna amiga a que lo vea en un Mac…

Y ya, desesperado, veo que está mal y lo comunico a la imprenta. Después lo resuelven y vuelta a empezar.

Ufffffffffff……….

Geográfico

En el glaciar de tu marisma
encontré la península donde perderme,
la cascada por la que dejar correr
un mar de recuerdos
que me conduzcan a la montaña
desde la que habitar una isla desierta
sin volcán que me expulse
a un cerro de porcelana.

En la cueva sucumbí
al manglar de tu sexo
abandonándome al acantilado que podría ser tus ojos
pero era delta del pecho
(costa de plata)
una llanura sin duna,
cañón sin esperanza.

Todo fue oasis abisal
en el estrecho canal de tu olvido.

Abandoné el atolón de meseta ciega
hacia el bosque del miedo
como todo bosque que se precie
de no ser laguna
en la que un archipiélago de memorias
de tus pecas en géiser
estalle contra mi valle de ternura
rozando el fiordo sin fin
de mi desesperación.

La selva me espera.
Mi río terminó.

Nota: Pequeño reto personal más o menos tonto basado en la utilización de la mayoría de las palabras de esta imagen:

Falsa Subasta

Me encantan las subastas subversivas (sub-realistas, no su-rrealistas) que ponen en cuestión o dejan de manifiesto que el valor y su relación con el precio, o el dinero, o su tasación económica es ridículo o ridícula, según hable del valor o de la relación.

Tuve la suerte de ser invitado a esta Subasta que organizaba Analía Beltrán, con quien ya realicé conjuntamente una suerte de broma sobre el precio del arte hace años.

ACCIONES Y REPRESENTACIONES. Laboratorio escénico y performativo en el COAM” (2024). Acción colaborativa de @cuarto.x en @coamadrid dentro del festival de @malasanaaescena coordinado por @ninadelpez de @estoespez

Reflexionamos sobre los límites entre el teatro y la performance, como caminos paralelos y coincidentes.
Comisariado: @monicaranegui + @analia_beltranijanes

COAM | Planta Jardín. C/ Hortaleza, 63, 28004, Madrid.
29 Abril 2024 | 19:30 – 21:30

Tras mi participación con una acción para la que logré hacerme responsable mediante mi puja (puja inversa, pues se supone que me la pagarían y no que yo habría de pagar por ella), obtuve este cheque del Art-Bank que, como buen entendedor, puedo asumir que no tendrá validez legal y, por supuesto, sin fondos.

No obstante, lo pasé fantásticamente e incluso recibí elogios (lo que no viene mal para el ego) por mi simple acción consistente en trasladar sobre una silla una pelota a lo largo del espacio por el tiempo de unos 4 minutos aproximadamente, generando un ruido muy evocador de los célebres conciertos de Stockhausen.

ISBN

Hoy me ha llegado este artículo de la Agencia Española del ISBN y me ha hecho ilusión recibirlo ya que ahora soy un «editor consagrado» con sus ISBN adjudicados y todo eso, al mismo tiempo que he pensado que sigo pensando lo mismo sobre el ISBN que hace tiempo (que no es más que una herramienta más de control administrativo, en absoluto algo que define a un libro en cuanto tal, y si no que le pregunten a Cervantes).

Nuevo prefijo ISBN para España: 979-13-
Como ya se anunció en Liber 2023 y en otros foros, la Agencia del ISBN en España ha recibido -de la Agencia Internacional del ISBN- un nuevo prefijo (bloque de ISBN): el 979-13-

Desde su incorporación al sistema ISBN en 1972, la Agencia Española recibió el bloque de «ISBN-10» (es decir, de 10 dígitos) 84-. Posteriormente, al pasar en 2007 el sistema internacional a «ISBN-13» (compatible EAN de 13 dígitos), se actualizó el prefijo de España a 978-84- que es el que se ha seguido usando en exclusiva hasta ahora.

GS1, el organismo que está en la cúspide del sistema EAN, utilizado por el comercio en todo el mundo, asignó poco después el prefijo 979- a la Agencia Internacional del ISBN y esta Agencia ha asignado recientemente a la Agencia del ISBN en España el prefijo 979-13-

¿Van a tener ese prefijo 979-13- todos los ISBN que se compren a partir de ahora? La respuesta es no.

Siguiendo las normas establecidas por la Agencia Internacional, la Agencia española seguirá utilizando los ISBN del «viejo» bloque 978-84- hasta que se agoten. Los primeros ISBN 979-13- se entregarán, previsiblemente, este verano a los compradores de bloques de 100 ISBN, más tarde a los compradores de 1.000 ISBN, y así sucesivamente.

A partir de ahora, en el mercado español convivirán ISBN de editoriales españolas con los dos tipos de prefijo, 978-84- o 979-13-

Pues ahora me haría ilusión que la nueva remesa de ISBN que compre fueran de esta nueva serie numeral. No sé muy bien por qué. ¡Qué cosas!

La poesía siempre es verdadera

Esther Peñas me ha entrevistado (por intermediación de mi muy querida Isabel Jiménez) para este medio tan interesante que es Solidaridad Digital Nota.

(El libro del que hablamos es del curso 2022-2023 pero lo más antiguo es la fotografía que usa el artículo, que el tiempo va haciendo sus estragos… y me veo algo más envejecido ;-))

A continuación, incluyo la entrevista tal y como la entregué (que es tal cual la publicaron) para almacenarla en este diario incendiado tan recientemente.


Cuestionario para Giusseppe Domínguez

Una silla en el fondo del mar
Esther Peñas

• ¿Hasta qué punto se puede enseñar a escribir poesía?

Matizando: hablamos de Poesía Contemporánea y, como toda la contemporáneidad, no se puede enseñar una técnica que no es ni mucho menos lo más importante en la creación poética.
Claro que se pueden enseñar «técnicas» que ayudan a desarrollar la creatividad, pero la capacidad de creación la tiene toda persona de modo innato. Tan solo hay que dejarla crecer y surge, como por arte de magia, la maravilla de la poesía.
Si hablamos de poesía clásica (las minúsculas ahora son intencionadas) hay necesidad de entender los códigos que la rigen: métrica, rima, versificación, tipos de estrofas… pero eso no es la Poesía, eso es la poesía.
En el caso de la Poesía Contemporánea también surgen códigos, pero son otros muy diferentes y que tienen más que ver con la manera en la que entendemos la creación como algo relacionado con la ética y la intencionalidad.

• ¿Cómo se distingue un buen poema de un poema fallido?

No existe el error en poesía (sigo hablando de poesía contemporánea), sino una nueva búsqueda de un camino posible aún no explorado.
El mal poema es el poema no escrito.

• ¿Qué nos dice una silla en el fondo de mar?

Cada curso desde 2002 vengo proponiendo, en el Taller de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 que defiendo, el ejercicio final de aglutinar una serie de poemas de un dispar grupo de personas porque es un momento especial en el que, por fin, toca revisar (autorrevisar, seleccionar, corregir) en el sentido de echar un vistazo nuevo, de una manera que no habíamos hecho a lo largo del Taller, más centrado en la creación sin crítica, para practicar una parte muy importante del proceso creativo que es la toma de decisiones. En ocasiones de una naturaleza muy práctica, muy mundana, que nos acerca a la labor, a lo artesanal, a la otra cara de lo que entenderíamos por Taller.

«Una silla en el fondo del mar» es el título del libro del curso 2022-2023 que nos cedió una de las personas asistentes al Taller llamada Pepa Delgado, poeta que comentó que una amiga suya había pintado una silla en el fondo del mar… y la imagen nos embargó de poesía.

Tras intentar contactar con esa pintora, tuvimos el ingente honor de disponer de una portada pintada (acuarelada) para la ocasión por el pintor y grabador Iván Araujo y que dispuse en una cartulina de Tintoretto Gesso de 300gsm y para la que escribí una introducción en la solapa de la portada que habla justo de lo que encontrar en ella:

Hace referencia a la fauna abisal o abisopelágica que habitan en lo más profundo de los mares, en un terreno hostil, lo que podríamos entender como prosaico, y que sin embargo o por ello mismo, ha desarrollado habilidades como la bioluminiscencia y estructuras capaces de aguantar tanta dificultad.

• ¿Qué tienen en común este ramillete de poetas, aparte del hecho de formar parte del taller? ¿Qué destacaría de ellos?

Así, eso es justo lo que tendrían en común esta pléyade de poetas que habita naturaleza no amable con la poesía, pero su evolución deviene lucha perpetua para hacer del mundo un lugar en el que lo monstruoso, lo raro, lo diferente, lo bello tenga el espacio de libertad que le pertenece.

Aparte de esta permanente manifestación de voluntad poética frente al que podríamos llamar «spleen», son poetas humildes, que trabajan el músculo de lo poético sin ambicionar lo que, más tarde o más temprano, acabará apareciendo que es la creación poética, el hallazgo, el destello… o la inspiración, si así quiere llamarse.

No contentándose con el chispazo, lo aprovechan para convertirlo en fuego, en hoguera (hogar) permanente en la que habitar y con la que hacer más habitable el mundo.

• Un poema, ¿consiste «en desandar lo andado», como se lee en uno de los versos del libro?

Todo poema es verdad. Es verdad en el ámbito de ese mismo poema. Así, en ese mismo poema se podría afirmar sin caer en ningún tipo de error que un poema consiste en andar lo desandado, o en andar lo andado, o en desandar lo desandado. La poesía siempre es verdadera si tiene la base de la creación ética y comprometida con la creación propia. Si se tiene claro que se está en posesión de la responsabilidad de crear y defender la criatura creada.

• Para hacer de la vida poesía, como proclamaban los surrealistas, ¿qué disposición de ánimo se requiere?

Vivir la poesía sin la vida o la vida sin la poesía es un sinsentido para quien decida denominarse poeta.

¿Es preciso hacer de la vida poesía? ¿Se puede vivir sin poesía? Es posible que haya quien pueda, no lo acabo de creer posible. De hecho, supongo que yo a eso no lo denominaría vida, pero quizá es prepotencia por mi parte.

• Cuando uno «amanece envuelto en sílabas», ¿hay que ofrecer resistencia?

¿A qué resistirse? Dejarse envolver por las sílabas como si fueran sábanas y hacer el amor debajo de ellas. O encima. Igual da. Las sílabas o las letras o cualquier otro signo significante es una más de las piezas de Lego con las que transformar el mundo a base de dotarlas de significado.

• ¿Qué pesa más en un poema, el ritmo, la métrica, la cadencia, la versificación..?

El deseo. La voluntad o la necesidad de expresión, de búsqueda; las ansias de libertad…

• El corazón, ¿siempre está despierto a deshoras?

Siempre que oigo hablar del corazón pienso en otras vísceras: bazo, hígado, riñones, pulmones… que siempre son olvidadas.
El corazón (metafórico) siempre está donde tiene que estar: en el deseo. Es el motor que nos pone en marcha… pero sin ruedas no se llega a ningún sitio.

• ¿Qué poetas son custodios de poetas?

Ni lo sé ni me importa. Los poetas y las poetas no se someten a custodia. Son libres (casi están obligados y obligadas a serlo, diría) y hacen lo que les da la gana. De hecho, cuando no lo hacen es cuando han dejado de ser poetas para ser… no sé muy bien qué, pero ya no me importa.

De cuando en cuando alguien se erige o le erigen en custodio de algo a lo que llaman

• La poesía, ¿tiene más de melancolía o de deseo?

Definitivamente: deseo. Lo que las vanguardias clásicas (curioso oxímoron) llamaban intención.

Es lo que más nos diferenciará siempre de las pesadísimas inteligencias artificiales.


NOTA

Aquí estaba el artículo originalmente, pero hay problemas en la web de Solidaridad Digital, así que lo dejo por si alguna vez funciona:

https://www.solidaridaddigital.es/noticis/la-poesia-siempre-es-verdadera-si-tiene-la-base-de-la-creacion-etica-y-comprometida-con-la

Chimenea

Enciendo la chimenea de una casa rural
haciendo turismo y pensando
que es lo menos ecológico que pueda haber
que es lo menos cuidadoso
con el entorno rural
al que verter los resultados
de una combustión innecesaria
en aras
(quería escribir «en aras»)
de un romanticismo irracional
que no tiene en cuenta
que ese árbol
no necesitaba
mi excursión
ni mi turismo
en un vehículo
también de combustión
necesario para acceder a una casa rural
con chimenea
para que yo
absoluto inexperto en estas lides
gaste 4 pastillas de queroseno
y 4 fragmentos de rama
de un árbol
que no tengo ni idea de reconocer
incluso después de haberlo usado
para calentar casi innecesariamente
la casa rural
en la que estuve alojado
casi innecesariamente.

La foto es simpática.
(Que se lo pregunten al árbol).
La vida no.

Colágeno

Tras un mes de cuarentena que ha sido bastante difícil mantener y con más miedo que vergüenza, que se dice, me atrevo a publicar esta tontería que capté en una conversación de una familia sentada a nuestro lado el viernes pasado en el asador de Montejo de la Sierra donde estábamos tomando un aperitivo tras haber hecho un par de excursiones por el hayedo y otros lugares de interés rural:

HIJA PEQUEÑA (8 años): ¿Qué es el colágeno?
MADRE (aprox. 40 años): Eso que perdemos con la edad.
GIUSSEPPE (56,92 años) [Hacia sí mismo]: No, eso es la ilusión.

Esto no es una broma